ESTRENOS DE DANZA: Matria Etnocentra (+ FOTOS)

Matria Etnocentra, la más reciente creación de George Céspedes para Danza Contemporánea de Cuba, tiene mucho que ver con otras dos obras del coreógrafo para la compañía: Mambo 3XXI e Identidad (-1).  

Casi la misma estructura, el mismo rejuego geométrico y uniforme, que va en crescendo hasta la ruptura. La utilización del canon como elemento básico de la peripecia. La asimilación de patrones de los bailables populares y tradicionales cubanos (mambo, rumba, zapateo y otras danzas campesinas, ruedas de casino…) siempre en diálogo, o mejor, en contrapunteo con formaciones y evoluciones casi gimnásticas...

Estamos (otra vez) ante una indagación en las constantes de la identidad nacional. ¿Hasta qué punto se pueden individualizar las características esenciales del ser cubano? ¿Dónde están las fronteras? ¿Qué es natural, qué es impuesto, qué responde a circunstancias externas? Las dinámicas que asumen con singular hieratismo los bailarines son de alguna manera las respuestas a las interrogantes. La cubanía, obviamente, es un conglomerado vivo.

Matria Etnocentra combina, con inquietante naturalidad, dos ámbitos que en apariencia muy poco tienen que ver: por un lado la espontaneidad de la danza popular; por el otro la rigidez y la disciplina de la vida militar. Conflictiva mezcla, pero quizás no tanto. En definitiva, en nuestra historia, hemos bebido mucho de esas dos fuentes, hasta el punto en que se erigen como puntales de una idiosincrasia. Este el planteamiento, las interpretaciones son asunto de cada quien…

¿Se repite George Céspedes? Preferimos decir que vuelve sobre algo que parece una obsesión creativa. Él mismo asume las obras como piezas de una trilogía. Y es perfectamente legítimo. Hay que aplaudir, una vez más, el trabajo con el grupo, la singular concepción del diseño espacial, la alternancia de tempos. Pero si hablamos de vocabulario, no hay mucha novedad.

En ese sentido, Matria Etnocentra se regodea en una fórmula que en su momento resultó muy llamativa, pero que ya no sorprende demasiado. Cerrado el ciclo, estamos esperando otro aire.