El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) condenó este martes el nuevo crimen cometido por la entidad sionista de Israel en la zona de Al-Alam, en la gobernación de Rafah, donde decenas de civiles palestinos perdieron la vida mientras esperaban recibir ayuda humanitaria.

A través de un comunicado, Hamás denunció la naturaleza criminal del régimen sionista: “atacar a quienes padecen hambre mientras buscan sustento revela la naturaleza de este enemigo fascista, que utiliza el hambre y los bombardeos como armas de matanza y desplazamiento, como parte de un plan sistemático para vaciar Gaza de su población”.

La resistencia calificó el llamado «mecanismo israelí-estadounidense de distribución de ayuda» como una trampa mortal para humillar y asesinar palestinos. “El objetivo de esta iniciativa no es el alivio, sino quebrantar la dignidad de nuestro pueblo y convertir la vida de quienes se encuentran bajo asedio en un infierno, al servicio del desplazamiento forzado”, aseveró.

Con este crimen, el número de palestinos asesinados en centros de distribución de ayuda durante los últimos ocho días ascendió a 102. «Estamos ante una de las campañas de exterminio más atroces y públicas de la historia moderna”, donde se combina deliberadamente el hambre como arma de guerra con los asesinatos en masa, denunció la resistencia palestina.

Hamás hizo un llamado urgente a la comunidad internacional, en especial a las Naciones Unidas y al Consejo de Seguridad, para que cumplan con su responsabilidad de proteger a la población civil. Además, exigió la apertura inmediata de corredores humanitarios seguros bajo supervisión internacional, libres del control de las fuerzas de ocupación sionistas.

El movimiento también instó a los países árabes e islámicos, así como a los pueblos libres del mundo, a tomar medidas urgentes para detener uno de los desastres humanitarios más terribles de la era moderna.

Hamás también se refirió a las declaraciones del exportavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Matthew Miller, quien recientemente reconoció que Israel cometió crímenes de guerra en Gaza.

De acuerdo con Miller, no se le permitió hablar con libertad en el tiempo que se desempeñó en el cargo y tuvo que alinearse con la postura oficial de EE.UU. sobre las acciones israelíes.

Hamás indicó que sus palabras permiten probar los intentos del Gobierno estadounidense de ocultar la realidad sobre el exterminio en Gaza y evidencian la complicidad política de Washington con Tel Aviv y su respaldo a violaciones del derecho internacional.