Vinicius, Jair y octubre que viene

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Vinicius, Jair y octubre que viene
Fecha de publicación: 
20 Septiembre 2022
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"Vengo de un país donde la pobreza es muy grande, donde la gente no tiene acceso a la educación y, en muchos casos, no tiene comida en la mesa. Dentro y fuera del campo, he desarrollado una aplicación para ayudar a la educación de los niños en las escuelas públicas sin ayuda financiera de nadie. Estoy construyendo una escuela en mi nombre. Haré mucho más por la educación. Quiero que las siguientes generaciones estén preparadas, como yo, para luchar contra los racistas y los xenófobos".

No son palabras de candidato a cargo alguno, sino de un brasileño, Vinicius Junior, jugador de fútbol del Real Madrid, reflejando lo que pasa en su país y denostando contra todos aquellos que lo desprecian por ser negro y bailar la samba cada vez que convierte un gol, para un equipó español realmente championable, cuya directiva y compañeros lo han respaldado en todo momento.

De una forma u otra, revela lo que etapa pasando en su nación, hoy gobernada por un hiperreaccionario mandatario que pretende reelegirse a toda costa y, al saberse en minoría, amenaza con acudir al ejército para lograr sus fines, logrados en el 2018, al enviar a la cárcel por un año al que pudiera derrotarlo y es hoy es favorito en todas las encuestas: Luiz Inacio Lula da Silva.

Precisamente, la amenaza con recurrir a unos militares que están enquistados en su gobierno y principales puestos de la nación han puesto en alerta a la ciudadanía, y más cuando sus partidarios han recurrido hasta al asesinato para hacer prevalecer su poder.

En este contexto, Gregorio Duvivier, un cómico de 36 años y extremadamente popular en Brasil, advierte que no es exagerada la hipótesis de golpe de Estado, porque Bolsonaro trabaja todo el tiempo con ella, vive del miedo al golpe, más que del golpe, y explicó: 

“La amenaza lo hace poderoso. Y además empezó a aplicar, digamos, pequeños golpes y tal vez ya ni siquiera necesite dar el gran golpe. Cambió los jefes de la policía que investigaban a su hijo, el presupuesto secreto del Congreso… No tiene fuerza para dar un golpe, solo un montón de locos armados. A nadie le interesa, ni al mercado ni a nadie, pero mete miedo para negociar una salida honrosa y evitar la cárcel”.

Duvivier dice que se estrenará como elector en este 2022, votando por Lula, al contrario de las recomendaciones del mercachifle del imperialismo y escritor Mario Vargas Llosa, quien reiteró que, a pesar de las “payasadas” de Bolsonaro, es preferible votar por él antes que, por Lula, una recomendación no muy confiable, ya que en su natal Perú hizo campaña infructuosa por su otrora enemiga Keiko Fujimori, con el fin de evitar que Pedro Castillo venciera en las elecciones por la presidencia. Luego, en Chile, apoyó al ultraderechista José Antonio Kast, quien fue vencido por Gabriel Boric.

DERECHA EN ASCUAS

A pesar de tener una larga y mediocre trayectoria política e incluso defender posiciones absurdas –a favor del golpe de Estado, la dictadura militar, la tortura, la pena de muerte y el armamento generalizado de la población, entre otras posiciones–, la derecha montó hace cuatro años en torno a este candidato una operación monstruosa, centrada en las noticias falsas y en la connivencia con el Poder Judicial con el fin de encerrar a Lula y los medios de comunicación para elegir a Bolsonaro.

Encarcelado injustamente Lula, la reacción derrotó al Partido de los Trabajadores, pero, como gobernante, Bolsonaro demostró ser un fracaso, desatendiendo una epidemia de coronavirus que ha causado más de 600 000 muertes, solo superado por Estados Unidos; defoliando una Amazonía para complacer a la oligarquía nacional y monopolios extranjeros; despreocupado ante las necesidades de una población hambreada en una nación que es la cuarta mundial en la exportación de alimentos.

Al mismo tiempo, cuando Luiz Inacio Lula da Silva recuperó sus derechos políticos y se proyectó como un fuerte candidato para volver a la presidencia de Brasil, el nivel de rechazo al bolsonarismo se reveló mayor que el antipetismo con el que la derecha había logrado construir la imagen de Bolsonaro.

Emir Sader escribe en el periódico mexicano La Jornada que Bolsonaro llega al final de su gobierno, en vísperas de las nuevas elecciones presidenciales, derrotado, no sólo por todas las encuestas, sino también por su incapacidad para proponer un programa que justifique un segundo mandato, y se limita a señalar los supuestos riesgos para la nación con el regreso de Lula al poder, contando con cierto olvido de lo que fue el gobierno del ex presidente y con la desinformación de parte de la población.

Las posturas de ambos candidatos son reveladoras. Lula habla y es entrevistado como nuevo presidente de Brasil. Sus discursos muestran el diseño de programas y medidas concretas, y sus entrevistadores le hacen preguntas como si fuera el próximo mandatario.

Por su parte, Bolsonaro se comporta como un perdedor, ya sea manifestando estados de ánimo depresivos cuando responde en las entrevistas, en sus declaraciones, en las que sus temas continúan siendo el cuestionamiento sobre los resultados electorales –que sabe que serán negativos para él–, igual en la pregunta respecto a cómo se va a comportar ante el resultado electoral negativo o cómo conducirá, en su opinión, Lula al país.

La secuencia interminable de encuestas –especialmente las más confiables– reitera el nivel de apoyo a Lula, así como los difíciles resultados para Bolsonaro. Tener 50% de rechazo y 35% de apoyo sólo lo condena a la derrota en octubre entrante. Además de que el tiempo es cada vez más corto para él.

Comentarios

buen comentario
leonardo@hlg.provari.co.cu

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