¿Refundar el peronismo?
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La expreidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.
Realmente, nunca he creído que el peronismo sea el mejor recurso para los pueblos, porque en aquel conviven elementos que tienen suficientes recursos para enfrentar contingencias de la vida, con aquellos que nada tienen y solo les que queda confiar en quienes desde arriba desean el bien común con los de abajo.
La vida ha demostrado que esto no ha sido posible en muchos aspectos, aunque surgió honestamente en medio y en respuesta a la preeminencia del campo soviético en época de Stalin y el totalitarismo capitalista.
Si bien el peronismo tiene como ideales fundacionales y permanentes alcanzar la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación mediante el ejercicio de la justicia social, la libertad económica y la soberanía política, con memoria, verdad y justicia, su identidad ha ido cambiando en el tiempo.
Sin pretender profundizar, una fue la identidad peronista con gobiernos de Perón y la influencia de Evita, constituida en base a ideales nacionalistas, populares y antimperialistas, con fuerte orientación humanista y cristiana. Otras muy diferentes fueron las identidades durante los 18 años de la Resistencia Peronista, los efímeros gobiernos de Cámpora y Perón, durante las nuevas luchas que pusieron el pecho a la dictadura cívico militar. Pese a algunas diferencias y deserciones, en ese período la identidad peronista no sufrió grandes embates.
Los grandes cambios vinieron con el retorno a la democracia representativa, toda vez que el peronismo no había tenido la experiencia de actuar como oposición a un gobierno de esa índole, aparentemente resultante de elecciones libres y sin proscripciones.
Pese a su defensa activa de esa democracia durante los intentos golpistas contra Raúl Alfonsín, el peronismo no supo o no pudo readecuar su identidad a las nuevas circunstancias y la terminó distorsionando completamente durante el gobierno neoliberal de Carlos Menem y la continuidad radical con De la Rúa.
KIRCHNERISMO
Fue necesaria la crisis social del 2001, la transición de Duhalde y los gobiernos de Néstor y de Cristina para que el peronismo rehiciera su identidad en términos compatibles con su devenir histórico.
La identidad surgida con el kirchnerismo repuso los objetivos históricos del peronismo y agregó a sus tres banderas una cuarta: memoria, verdad y justicia; pese a esas mejoras, quizás fue un retroceso que se planteara que los derechos se originan cada vez que existen necesidades insatisfechas y que esos derechos no requieren de lucha o al menos movilización de los beneficiados ni conllevan obligaciones ni contraprestaciones de su parte.
La recaída neoliberal que significó el gobierno de Macri, así como la insignificancia del gobierno de Alberto Fernández y la enorme derrota a manos de Milei resultó en buena medida de esos retrocesos identitarios y sus consecuencias en materia de representatividad, organización y falta de propuestas.
CRISTINA
Medios progresistas como Página 12 y Telesur destacaron como Cristina Fernández de Kirchner volvió a ubicarse en el centro del escenario político nacional, al llamar a repensar el peronismo frente a la pobreza y exclusión promovidas por Milei.
Abogó por “replantear el modelo económico” desde el peronismo, sin aferrarse a clichés históricos y, en relación con la política interna, llamó a “dejar de ser militantes electorales para volver a ser militantes políticos”, además cuestionar las “mezquindades y egos” que, dijo, llevaron a una “fragmentación inútil”.
En ese mismo orden de cosas, y en el marco del Encuentro de la Cultura Popular realizado en el Polo Cultural y Deportivo Saldías, reapareció públicamente con un encendido discurso que combinó fuertes críticas al gobierno de Javier Milei, un llamado a la reconstrucción del peronismo y una reflexión sobre la situación económica actual.
Uno de los ejes centrales de su exposición fue el endeudamiento externo. “De seguir este rumbo, el décimo default no es una fantasía demasiado lejana”, advirtió la ex mandataria. En ese contexto, criticó duramente el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y sugirió que la entrega de recursos podría ir más allá de lo económico: “¿Les darán un pedazo de Ushuaia para hacer alguna base?”, refiriéndose a potencias extranjeras.
Cristina también analizó el presente del Estado argentino y la falta de sintonía con la sociedad. “Seguir hablando del Estado presente significa no estar acorde con lo que está pasando hoy. Tenemos que ver cómo logramos un Estado eficiente”, sostuvo.
Al abordar la situación económica, la expresidenta señaló que el modelo actual “solo le sirve al 30% de la población”, mientras que el 70% restante queda excluido. Puso como ejemplo el cambio en los resultados electorales en barrios populares, donde Milei había ganado en primera vuelta y ahora perdió, lo que atribuyó a los efectos inmediatos de la crisis: “Se termina la changa, no se puede contratar a la niñera ni al jardinero”.
También criticó el relato oficialista sobre el orden económico: “Quieren hacernos creer que encontraron la fórmula de la Coca Cola”, ironizó, en alusión a las políticas de ajuste y dolarización. Calificó la motosierra como una “figura mentirosa pero eficaz” y tildó al Pacto de Mayo como una “bomba de humo”.
Finalmente, apuntó con dureza contra la gestión libertaria:
“No construyeron nada, ni una escuela, un edificio ni un monumento. ¿Quién se va a acordar de estos tipos dentro de 20 años?”.
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