LA FOTO: Lo que no dicen los héroes

Él, por supuesto no sabía que el lente lo estaba enfocando. 

Lo único que le interesaba en ese instante era espantarse aquel calor de mil demonios, el cansancio como de siglos… y también, la desolación.

No se lo decía a nadie, ni a él mismo. Con sentir el agua refrescante sobre la frente y corriéndole cuello abajo era suficiente, quizás como un “un barredor de tristeza”, aunque no hubiera lugar para el querube junto a las calderas del diablo.

La imagen la capturó el fotógrafo Julio César García, del periódico Girón, y posiblemente intuía él también todo esto mientras apretaba el obturador.

No se lo dijo el bombero, cuyo nombre probablemente no conocía. Pero no hacía falta. Aquel era en ese momento todos los bomberos, todos los corajes y los miedos bajo el momentáneo rescate del agua.

Quizás podría haber sido el agua última que bebiera, pero esos nunca serían sus pensamientos, tampoco suponer que hacía algo grandioso, de un valor y un amor inmensos, e imaginar aplausos, medallas, y mucho menos el quedar eternizado por la cámara de un fotorreportero. 

Son cosas que no piensan, que no dicen los héroes, ni en fotos.