La redención de Marifélix
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Tuvo que sobreponerse a una suspensión por dopaje en la que no tuvo culpa luego de coronarse en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2023, pero esos casi 12 meses alejada de los escenarios y luchando por su inocencia en los tribunales la hicieron más fuerte.
Con nombre de diva de cine MarifélixSarría mostró su carácter y tras volver a encaramarse en las plataformas demostró que aquel accidente doméstico (ingestión de carne contaminada) no pararía de ninguna manera una carrera deportiva destinada al estrellato.
Fue apenas un tropiezo en la danza de la existencia, que la pesista eligió transformar en una sinfonía de fuerza y resiliencia, hacer de su dolor una fuente de inspiración, en una muestra más de que la verdadera grandeza no radica en estar libre de caídas, sino en levantarse con mayor determinación.
Su primera gran clarinada fue el título mundial juvenil conseguido el pasado año; era el aviso de que estaba de vuelta, lista para inscribir su nombre entre las grandes del planeta en la máxima división.
Este fin de semana lo refrendó como flamante subcampeona mundial de levantamiento de pesas en más de 86 kilogramos, con apenas 21 años y un futuro más que promisorio entre palanquetas.
La ciudad noruega de Førde fue testigo de la redención de la joven cienfueguera, que alzó 118 kilogramos en el arranque, 157 en envión y 275 en total, solo superada por la sudcoreana Hyejeong Park, subcampeona olímpica en París 2024, con 125, 158 y 283, por ese orden.
Sus fallos (uno en el primer ejercicio y dos en el segundo), dejan claro que tiene para mucho más, sobre todo el último sobre 165 kilos que le habría asegurado el oro en el evento, pero no fue considerado válido.
De todos modos su temperamento, digno de la Doña del cine mexicano, le hizo reponerse de sus errores y superarse para escalar tres veces el difícil podio del orbe.
Fueron las únicas preseas de Cuba en la competencia, pero no se puede obviar el sexto puesto de Ludia Montero, quien había ganado dos metales de plata en la justa del orbe de Pattaya, Tailandia, en 2019.
La granmense llevaba tres años fuera de competencia por maternidad, y es muy loable su regreso a los grandes escenarios de este deporte en la división de 49 kilos.
La pequeña guerrera vuelve más fuerte luego de este paréntesis, lista no para recuperar el tiempo perdido, sino para volver a regalarnos nuevas alegrías, porque en su corazón ya no lleva consigo solo sus sueños, sino también los de su semilla.
A base de sudor y pasión, la halterofilia cubana cuenta ya con dos candidatas a brillar en el presente cuatrienio olímpico, que concluirá bien cerca de Hollywood, donde especialmente Marifélix podría emular con la estrella que le dio su nombre, y de la cual parece haber heredado también el espíritu indomable.
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