Día sin automóvil: ¿Cómo lo piensas?
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Foto: EFE.
Si pensamos en la palabra transporte seguramente la asociamos a movilidad, recorrido, caminos, trayectos.
En los estándares de la Real Academia de la Lengua Española, el automóvil rara vez se asocia a un significado político. “Que se mueve por sí mismo. Dicho principalmente de los vehículos que pueden ser guiados para marchar por una vía ordinaria sin necesidad”, puntualiza la entidad.
El transporte, y el automóvil específicamente, mejora la movilidad, la disponibilidad, el tiempo y la construcción de la cotidianidad. Sin embargo, más que calidad de vida, se convierte en cantidad para la vida.
Pero eso está atravesado por la dimensión de la clase social. La utilización del transporte deja de ser una necesidad para convertirse en un lujo.
La apuesta de la necesidad se satisface con un transporte público que garantice seguridad desde todas las dimensiones, y que se adapte a las necesidades concretas de las personas. Un transporte que satisfaga la vida.
Sin embargo, los países pobres y los ricos no pueden acceder a un transporte digno y con precios justos.
Y a esta realidad se le suma la contaminación que provocan los automóviles, incluso el índice en los países desarrollados. De acuerdo, al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, el transporte supone el 25 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en el país.
De este 25 por ciento, el 95 por ciento es transporte por carretera. Esto se traduce en que más del 90 por ciento de la población vive en lugares donde la calidad del aire supera los límites de contaminación recomendados, informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En un análisis de la plataforma Desinformémonos sobre las energías renovables y los nuevos metales que “garantizarían un camino para reducir la contaminación” por el uso de automóviles eléctricos, confirma que “hoy por hoy, dado que la energía eólica y la solar solo representan el 7 por ciento de la producción mundial de electricidad y que menos del 1 por ciento de todos los vehículos que circulan son eléctricos, la producción de estos minerales es más o menos suficiente para satisfacer la demanda mundial”.
“Claro que si Estados Unidos (EE.UU.) y otros países optan realmente por un futuro energético verde, tal como plantea del presidente Biden, la demanda de estos minerales crecerá rápidamente y la producción mundial no podrá responder ni de lejos a las necesidades previstas”, subraya la plataforma.
Qué salidas quedan ante estudios de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), titulado The Role of Critical Minerals in Clean Energy Transitions, que confirman que la demanda de litio en 2040 podría ser 50 veces superior a la actual, y la de cobalto y grafito 30 veces superior si el mundo se apresura a reemplazar los vehículos que funcionan con petróleo por vehículos eléctricos.
El uso de alternativas, no por necesidad, sino por conciencia (la utilización de otros medios que no impliquen el saqueo de los recursos naturales y la explotación entre países).
Cambiar los tiempos y la reproducción de la vida cotidiana.
Transformar el sistema capitalista y sus lógicas de consumo.
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