¿Guerra civil en Estados Unidos?
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No hacía falta que el reputado periodista norteamericano Tucker Carlson advirtiera sobre la probabilidad de una guerra civil en Estados Unidos para constatar el cada vez mayor enfrentamiento entre fuerzas opuestas estadounidenses y la probabilidad de que si la hecatombe se produce será aún más sangrienta que con un adversario extranjero.
Uno de cada cinco norteamericanos es latino y forma parte de una población que tiene menos cosas en común consigo misma y entre sí que nunca antes.
En este contexto existe un gran peligro en la decisión de Trump de calificar -sin prueba alguna- de terrorista al movimiento Antifa, de clara postura antifascista, y alentar la represión con plena impunidad del Servicio de Inmigración y Control (ICE).
Y es que la población estadounidense tiene menos cosas en común consigo misma y entre sí que nunca antes, y no sólo en la diversidad racial.
Volviendo a Carlson, un periodista de la ultraderecha que evolucionó a posturas progresistas, la culpa de todo la tienen aquellos que durante 40 años no hicieron nada para solucionar este cuestión:
"Es patético. Es política de ricos. En realidad no significa nada. Es solo un adorno. Es joyería política. Es una pegatina para el parachoques. No es una identidad nacional. Y no es suficiente para mantener unido a tu país".
UNA BURLA
Hasta hace unas pocas horas, Donald Trump casi lloraba porque no le concedieron el muy desprestigiado Premio Nobel de la Paz por haber terminado siete guerras (auspiciadas directa o indirectamente por Estados Unidos) y lograr un acuerdo de paz entre Hamás e Israel, después que el ejército sionista asesinara a más de 67 000 palestinos con las armas y municiones norteamericanas.
El sainete llegaba al ridículo cuando alegó que motivos políticos dieran el ya sucio galardón a María Corina Machado, una figura que ha llegado a pedir la intervención militar de Estados Unidos en Venezuela, algo que pudiera suceder en cualquier momento.
Pero el colorado personaje no se inmuta al respecto -para eso tiene a su Marquito. Y volvió a ocuparse de las cosas domésticas, amenazando ahora con aplicar la Ley de Insurrección para desplegar al Ejército en las ciudades del país que, según considera, deben ser salvadas del crimen.
Por su parte, el gobernador del estado de Illinois, el demócrata Jay Robert Pritzker, arremetió contra el mandatario por ordenar el despliegue de la Guardia Nacional en Chicago, trazando un paralelismo entre su política y "los primeros días del régimen nazi".
A este se sumó el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, quien manifestó que las palabras del presidente indican que "quiere ocupar nuestra ciudad y romper nuestra Constitución".
A finales de septiembre, Trump ordenó al Departamento de Guerra enviar "todos los soldados necesarios" a Portland (Oregón) para asegurar la ciudad y salvaguardar al personal del ICE.
La violencia contra el ICE está creciendo en EE.UU. en medio del descontento popular por las políticas migratorias y masivas deportaciones de la Administración Trump. Las protestas han causado heridos e incluso muertos, mientras Washington intensifica las medidas antiinmigrantes.
¿SEMEJANZA?
Para muchos se está produciendo una acción semejante a la que narra la película norteamericana Civil War, presentada y comentada poco después de su estreno en el 2024 por el colega Jorge Legañoa en Sólo la verdad, por Cubavisión.
La trama trata sobre una guerra civil en Estados Unidos entre el gobierno federal autoritario, liderado por un presidente en su tercer mandato, y tres movimientos secesionistas. A pesar de que el presidente afirma que la victoria es inminente, se espera ampliamente que Washington, D.C., pronto sea alcanzada por las "Fuerzas Occidentales", lideradas por Texas y California.
Tras sobrevivir a un atentado suicida en la ciudad de Nueva York, la veterana fotógrafa de guerra Lee Smith y su colega periodista Joel, de Reuters, se reúnen con su mentor Sammy, reportero de The New York Times, para compartir su plan de entrevistar al aislado presidente. Mientras intenta disuadirlos de dirigirse a la capital, Sammy se une a ellos para llegar al frente en Charlottesville, Virginia. Al día siguiente, Lee descubre que Joel ha permitido que Jessie Collin, una joven aspirante a fotoperiodista, se una a ellos.
Sammy perece mientras salvaba a sus compañeros, y Lee cae muerta ya dentro de la Casablanca mientras empujaba a Jessie a un lugar seguro.
Jessie, impasible, continúa hacia el Despacho Oval, observando cómo los soldados sacan al presidente de debajo de su escritorio y se preparan para ejecutarlo sumariamente. Joel los detiene momentáneamente para obtener una cita del presidente, quien suplica: “No dejen que me maten”. Satisfecho, Joel se hace a un lado mientras ejecutan al presidente, antes de que Jessie fotografíe a los soldados de la Fuerza Aérea posando con su cadáver.
Lovia Gyarkye, de The Hollywood Reporter, Escribió: "Con la precisión y la duración de sus violentas secuencias de batalla, es evidente que Civil War funciona como un llamado de atención. Garland escribió la película en el 2020 (al final del primer mandato de Trump), mientras veía cómo giraban los engranajes de la máquina excepcionalista automitificadora de Estados Unidos, impulsando a la nación a una pesadilla. Con esta última película, da la voz de alarma, preguntándose menos sobre cómo un país camina ciegamente hacia su propia destrucción y más sobre qué sucede cuando lo hace".
Y Manohla Dargis, de The New York Times, se hizo eco del sentimiento, escribiendo: "Rara vez he visto una película que me hiciera sentir tan incómoda o he visto el rostro de una actriz que, como el de Katie Dunst (Lee), expresara la enfermedad del alma de una nación tan vívidamente que parecía una radiografía".












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