EDITORIAL: Vote a conciencia... pero antes lea
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Foto: ACN
El referendo para la aprobación del Código de las Familias es un asunto de suma importancia. Se estará votando por una norma integral, que incide en todo el entramado social.
En el nuevo código se habla de derechos y responsabilidades para todos, y el resultado del proceso de elaboración de la ley está a la altura de las demandas de sectores e individuos cuyos justos reclamos fueron ignorados o incluso vulnerados por décadas.
El Código es un acto de justicia.
Un análisis serio del texto que se somete a la votación popular (después de varias consultas en numerosos ámbitos) permitirá comprobar que no se despoja a nadie de sus derechos. No se le quita a nadie para darles a otros.
Y la decisión de que se apruebe por mayoría (que de hecho es polémica, teniendo en cuenta que plebiscita precisamente derechos) debería ser asumida con responsabilidad y sentido ético.
El referendo pudiera ser entendido como una aspiración de consensos.
Ahora bien, está claro que el voto es libre y que será la voluntad popular la que se instaure. A nadie se le impondrá una manera de votar.
Las autoridades han dejado claro (aunque es una obviedad) que si no es aceptada mayoritariamente, la ley no se promulgará.
Corresponderá entonces buscar alternativas, porque la desprotección de miles de ciudadanos (que implica evidentes discriminaciones) es sencillamente anticonstitucional.
Hay quien se queja de la campaña por el sí en los medios públicos de comunicación. Hay quien se queja de las campañas por el no que se articulan desde instancias religiosas o por iniciativa personal. Puede que ante ese cruce de opiniones haya ciudadanos indecisos.
Convendría que leyeran atentamente el texto. Que evacuaran dudas analizando sin prejuicios las propuestas, o intercambiando con personas o instituciones competentes.
Lo que no es serio, ni cívico, es votar sin conocimiento, a partir de rumores o interpretaciones aberrantes, o claras (e interesadas) distorsiones de lo que está escrito.
Si va a marcar el sí, hágalo sabiendo lo que aprueba. Si va a marcar el no, hágalo con clara noción de lo que rechaza.
Hay quienes votarán atendiendo a espurias conveniencias políticas, incluso aunque digan defender el derecho pleno de los demás. Dicen tener una agenda, pero cuando el gobierno coincide, aunque sea de manera muy puntual con esa agenda, la traicionan, porque el interés mayor es derrocar al gobierno, proponga lo que proponga. Con eso habrá que lidiar.
Lo más ético en esos casos sería no votar. Pero algunos tienen escasas nociones de la ética.
De cualquier forma, la posibilidad de votar es un derecho; el deber de todos es votar a conciencia, con pleno dominio de lo que se pone a consideración de todos.
Leer más: Código de las Familias: Votar por los afectos y desde el conocimiento
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Preocupado colorado
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