Assange: Un hombre en peligro

Assange: Un hombre en peligro
Fecha de publicación: 
22 Agosto 2012
0

Otras veces he comentado las dificultades afrontadas por los fundadores de los Estados Unidos para dotar al país de una Constitución, proceso que requirió 11 años, desde 1776 hasta 1787. Ello se debió no sólo a que se trataba de la primera república, sino también a lo ambicioso  del proyecto de convertir las 13 Colonias de Norteamérica, virtualmente 13 países en un solo Estado.

En ese período se realizaron intensas reflexiones y negociaciones para formular preceptos, establecer compromisos y asegurar que no hubiera perdedores y que la nueva entidad nacional ofreciera garantías para todos. El federalismo, la limitación de las atribuciones del gobierno central y el control social del poder atribuyendo los máximos poderes al Congreso, un órgano colegiado suficientemente numeroso, fueron algunas de las soluciones.

En particular los constituyentes se preocuparon de que las actitudes opositoras no pudieran ser sofocadas por vía judicial para lo cual en algunos asuntos se llegó a detalles, entre ellos figura la definición en el texto constitucional del delito de traición y la adopción de la Declaración de Derechos (“Bill of Rights”) que no dejan lugar a dudas ni ofrecen margen a interpretaciones diversas.

Precisamente esos dos elementos se volvieron un obstáculo cuando en 1917, en una fase avanzada de su desarrollo imperialista, Estados Unidos se involucró en la Primera Guerra Mundial lo cual encontró una severa oposición en importantes sectores de la sociedad norteamericana.

Para sofocar el disenso el presidente Woodrow Wilson hizo aprobar la Ley Contra el Espionaje que relacionaba la oposición a la guerra y la critica a la administración con la colaboración con el enemigo. Aunque la constitucionalidad de aquel texto todavía se discute fue invocado para condenar a opositores a la guerra, años después se utilizó para enviar a la silla eléctrica a los esposos Julius y Ethel Rosemberg y todavía está vigente.

 
Debido a que su actividad se relaciona con la información, la circulación de noticias y la opinión, los delitos que pudieran ser imputados a Julian Assange serían confrontados con la Primera Enmienda que señala: “El Congreso no hará ley alguna…que coarte la libertad de expresión o de la prensa…” y debido a lo especifico de la formulación del delito de traición en el texto constitucional, es poco probable que la fiscalía escoja ese camino.

Más viable puede ser acusar a Assange de espionaje o de conspiración para realizarlo que son delitos que pueden ser cometidos por extranjeros, que no requieren estar físicamente en territorio norteamericano y por el cual se puede condenar con las máximas penas. El fundador de Wikileaks pudiera además ser involucrado en el proceso contra Bradley Manning, con lo cual sería convertido en virtual prófugo de la justicia norteamericana.

En cualquier caso aunque, hasta el momento, Estados Unidos se ha abstenido de presentar cargos y demandar su extradición, Assange tiene razones para temer que si logra echarle mano, el gobierno norteamericano pudiera tomar venganza por la revelación de más de 300 000 documentos secretos, enviarlo a la cárcel y dar un escarmiento.
De momento la viril actuación del gobierno ecuatoriano le han salvado la vida, no obstante el peligro lo acecha. Allá nos vemos

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.