La indigencia infantil en el mundo

La indigencia infantil en el mundo
Fecha de publicación: 
30 Marzo 2023
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Fotografía tomada de https://theconversation.com

Burlando la legalidad, millones de niños a nivel mundial son obligados a trabajar. Forzados por sus familias, intimidados por supuestos protectores, o comprometidos por las circunstancias de vivir desamparados olvidados por la sociedad, con necesidad de comida y sustento.

Se llama, abuso, trabajo infantil, palabras tan distantes de nuestra cotidianidad en Cuba, donde existen un grupo de exigencias, de leyes y normas para garantizar el pleno derecho en las edades infantiles, donde se vela porque la familia no solo atienda a sus pequeños, sino que les ofrezcan el mejor cuidado.

Mientras, la situación en el mundo es en extremo compleja. Gran cantidad de los niños que trabajan viven en zonas afectadas por conflictos de distinta naturaleza, violentos o no, pero que generan inestabilidad y situaciones vulnerables que marcan sus vidas, muchas veces para siempre.

Existen campañas, organizaciones, activistas y mecanismos internacionales que denuncian y combaten tal agravio contra la explotación en la infancia, sin embargo, aún es insuficiente, y así lo demuestra las estadísticas de varias entidades a nivel global, como la Organización de Naciones Unidas, ONU.

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Fotografía tomada de https://www.lasexta.com

¿Cuánto podemos hacer para concientizar a las masas sobre la magnitud del problema, desde lo social y lo psicológico, que representa el trabajo infantil? ¿En realidad podremos erradicarlo? Parece imposible ahora mismo.

Todo parece indicar que este fenómeno está muy relacionado con la indigencia. Esa es la cuestión de base, de ahí que sea tan complicado de resolver, sobre todo porque cada vez son más marcadas las diferencias, y más pobres los pobres.

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Fotografía tomada de https://www.perfil.com

No obstante, no creo que de este asunto queden exentos los países con mayores índices económicos. Es probable que en ellos se muestre en menor medida esta tendencia porque en teoría tienen sociedades con diseños de gobierno que dedican estrategias hacia la educación, lo social, la salud, y demás factores. Pero ninguna sociedad es perfecta y tienen fugas.

Precisamente ese respaldo falla en muchas naciones pobres, y es lo que escasea en aquellos territorios que viven en condiciones extremas por guerra o violencia constante, con Estados que no pueden hacerse cargo de sus poblaciones, y por tanto sus ciudadanos viven sin orden ni atención. Como es de esperar, en esa fórmula el eslabón más desamparado son los niños, a veces porque se rompe la estructura familiar y se ven forzados a trabajar, o son reclutados como soldados. Ese es el escenario que se repite: no estudian, y casi siempre no cuentan con hogar estable.

Muchos pueden ser los ejemplos. También existen familias que, por problemas económicos, les obligan a buscarse la vida. ¡Hay de todo! En esos casos, ¿dónde está el Estado que no lo identifica, lo condena, lo corrige y le da seguimiento? Es una situación muy complicada, pero en todos los casos los gobiernos deberían concentrar esfuerzos para erradicarlo, puede ayudar una adecuada asistencia social, aspecto que no funciona en los países de riesgo.

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Fotografía tomada de https://www.elnuevoherald.com

Niños que piden dinero en las esquinas y limpian carros en los semáforos; niños que limpian zapatos y venden periódicos en las calles, o empacan productos en mercados; niños que, incluso, trabajan en áreas peligrosas de construcción, industrias, minas y agricultura; y muchos más ejemplos en los que ponen en riesgo su salud y seguridad. Estas son escenas repetidas en el mundo, por suerte, ninguno es cubano. Y si apareciera alguno, muy probablemente será denunciado, identificadas las causas y se buscarían soluciones.

Es importante conocer que este problema favorece la mortalidad infantil. Los pequeños desahuciados tienen altas probabilidades de vivir poco, o que en el futuro jamás se lleguen a enmendar y se puedan convertir en delincuentes o criminales porque, a menudo, transitan por el camino de las fechorías para poder subsistir.

Un asunto que cuenta es la indiferencia de muchas personas que miran hacia otro lado ante una escena de este tipo, de tal manera lo permiten y fomentan, cuando deberían llamar la atención de las autoridades, y quizás así eviten un mal mayor, romper la cadena. Claro, siempre y cuando existan políticas públicas que dediquen recursos en programas sociales interesados en mantener a los niños en sus lugares, lejos de todo esfuerzo laboral.

La Organización Internacional del Trabajo, OIT, asegura que uno de cada diez niños en el mundo vive con dificultades de este tipo, por tanto, el desafío es enorme.

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Fotografía tomada de https://revistasumma.com

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