Violentos disturbios entre activistas propalestinos y proisraelíes en la Universidad de California

Violentos disturbios entre activistas propalestinos y proisraelíes en la Universidad de California
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Fecha de publicación: 
1 Mayo 2024
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Manifestantes proisraelíes atacan un campamento propalestino, establecido en el campus de la Universidad de California (UCLA), en Los Ángeles, el 1 de mayo de 2024. © AFP/Étienne Laurent

Vestidos de negro y cubriéndose el rostro, un grupo de manifestantes proisraelíes derribó las protecciones que habían levantado los manifestantes propalestinos alrededor de su campamento en la Universidad de California (UCLA), en Los Ángeles, durante la madrugada de este miércoles 1 de mayo. 

Algunos de los activistas que se manifiestan contra la guerra en curso en Gaza se defendieron con palos y la violencia estalló rápidamente entre los dos bandos, con golpizas grupales y patadas. 

Los guardias de seguridad de la universidad presenciaron la escena sin intervenir, según aseguraron testigos a la cadena británica 'BBC'. Lo mismo ocurrió cuando llegó la Policía, que no intervino inmediatamente, según reportó la agencia de noticias de EE. UU. AP. 

Los manifestantes proisraelíes que originaron el ataque empezaron a gritar por una “segunda Nakba”, en referencia al desplazamiento forzoso y masivo de los palestinos en 1948. Entre los manifestantes del campamento universitario se encontraban estudiantes judíos que unen sus voces al rechazo de los ataques del Ejército israelí en el enclave palestino.

La tensión había aumentado horas antes del ataque, cuando la administración de UCLA calificó el campamento propalestino de “ilegal”. 

En reacción a los sucesos, Mary Osako, oficial de la UCLA, afirmó al medio de la universidad que “terroríficos actos de violencia ocurrieron en el campamento esta noche y llamamos inmediatamente a las fuerzas del orden para contar con su apoyo”. 

La UCLA es solo una de las universidades estadounidenses donde los estudiantes han organizado campamentos u otras formas de protesta para exigir a las instituciones que frenen el apoyo a Israel, país que desde hace más de seis meses lanzó una ofensiva contra el territorio gazatí, en respuesta al sorpresivo ataque de Hamás, el pasado 7 de octubre, en el que mató alrededor de 1.200 personas, entre israelíes y extranjeros.

No obstante, la mayor parte de las víctimas mortales en Gaza son civiles, incluidos miles de niños. La cifra de personas asesinadas ya asciende a 34.535, según indicó en las últimas horas el Ministerio de Salud local.

La Policía desaloja el campamento propalestino de Columbia

Durante la misma noche, al otro lado de Estados Unidos, las autoridades de la Universidad de Columbia, en Nueva York, llamaron a la Policía para desalojar el campamento propalestino que ya llevaba dos semanas ocupando las instalaciones. 

El martes, el centro educativo anunció que había empezado a suspender a los alumnos implicados en el campamento y las acciones de apoyo a la causa palestina. Columbia había impuesto un ultimátum a los manifestantes: o desalojaban antes del lunes, o iniciarían las sanciones en su contra. 

Columbia ha forzado a los estudiantes a intensificar las protestas al contribuir a un genocidio

El campamento se mantuvo el martes, y un grupo de estudiantes ocupó el Hamilton Hall, uno de los principales auditorios del campus universitario, e instaló una pancarta renombrándolo "Hind Hall", en honor a Hind Rabaj, una niña de seis años víctima del Ejército de Israel el pasado enero. 

“Columbia ha forzado a los estudiantes a intensificar las protestas al contribuir a un genocidio a la vez que se rehúsa a seguir unos estándares de conducta que posibiliten una negociación”, expuso en un comunicado uno de los grupos estudiantiles involucrados en las protestas.

Los activistas universitarios resaltaron que su objetivo es “desligar” a la institución del Estado de Israel, actualmente investigado por la Corte Internacional de Justicia por actos presuntamente genocidas, según la demanda entablada por el Gobierno de Sudáfrica. Los estudiantes denunciaron la respuesta “desproporcionada” de la universidad, acusada de “militarizar el campus con retenes, reprimir y aislar a los estudiantes y llamar a policías antidisturbios para que lleven a cabo arrestos masivos”. 

Después de recibir la llamada de la universidad, la Policía de Nueva York entró en el campus en la noche del martes 30 de abril y desalojó, tanto el campamento, como el auditorio, al que tuvo que ingresar por la ventana del segundo piso. Docenas de estudiantes fueron arrestados, pero no se reportó ningún herido. 

“La decisión de llamar a la Policía de Nueva York fue en respuesta a las acciones de los manifestantes, no a la causa que reivindican. Hemos dejado claro que la vida en el campus no puede ser constantemente interrumpida por manifestantes que violan las reglas y la ley”, declararon las autoridades de Columbia en un comunicado. 

La intervención de los agentes policiales ocurrió en el 56 aniversario de una acción similar para frenar la ocupación del Hamilton Hall por parte de estudiantes en contra del racismo y la guerra de Vietnam. 

La universidad ya había enviado a la Policía a desalojar el campamento propalestino, cuando solo llevaba un día activo. Las autoridades acabaron con la protesta y arrestaron más de 100 personas. Sin embargo, el campamento volvió a armarse y se mantuvo en pie dos semanas más. 

La Casa Blanca condena las acciones de los estudiantes

Antes de la llegada de la Policía a Columbia, el martes 30 de abril, la Casa Blanca condenó las protestas propalestinas en otras universidades estadounidenses. 

Joe Biden considera que las ocupaciones de los edificios académicos por parte de los estudiantes es “absolutamente un mal enfoque”, subrayó John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.

Las protestas tienen que ser pacíficas y legales

Las condenas al movimiento estudiantil también se alzan desde el Congreso. 21 legisladores demócratas enviaron una carta al consejo administrativo de Columbia pidiéndole que “actúe decisivamente” contra las manifestaciones propalestinas. 

En otra rueda de prensa, el portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, declaró que mientras el Gobierno “respeta la libre expresión, las protestas tienen que ser pacíficas y legales”, pero “tomarse por la fuerza edificios no es algo pacífico, está mal”. 

No en todas las universidades las protestas han acabado en disturbios o intervenciones policiales. El martes, la Universidad de Brown, en el estado de Rhode Island, que también pertenece a la Ivy League, alcanzó un acuerdo con los manifestantes en el campus.

Los estudiantes afirmaron que detendrían el campamento si la administración del centro de educación superior se comprometía a evaluar un cese de sus inversiones en Israel en octubre. 

El acuerdo entre ambas partes parece marcar la primera vez que una universidad estadounidense acepta revisar sus inversiones tras un movimiento de protesta estudiantil. 

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