En el cerebro, un circuito que reconoce las emociones de los otros
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Existe un circuito en el cerebro que nos permite conocer las emociones de los demás, de acuerdo a un hallazgo realizado por investigadores italianos.
Es una habilidad fundamental tanto para los animales como para los humanos porque les permite interactuar con los de su propia especie y aumentar las posibilidades de supervivencia.
El descubrimiento, publicado en la revista Nature Neuroscience, se debe al grupo de investigación internacional liderado por el Instituto Italiano de Tecnología de Génova, con la colaboración del Iit de Rovereto y la Universidad de Catania.
El estudio podría ayudar a comprender por qué, en condiciones como el autismo o la esquizofrenia, esta capacidad se ve alterada y podría sentar las bases de nuevas terapias.
A pesar de la importancia de la capacidad de comprender las emociones de los demás, los mecanismos cerebrales mediante los cuales esto ocurre siguen siendo en gran medida desconocidos.
Por eso, investigadores coordinados por Francesco Papaleo intentaron arrojar algo de luz sobre este misterio, descubriendo un circuito nunca estudiado formado por un grupo de neuronas que conecta dos áreas del cerebro bastante alejadas entre sí, la corteza prefrontal y la corteza retroesplenial.
El papel fundamental de esta conexión quedó demostrado posteriormente con un experimento en el que participaron más de 1.000 participantes.
"Estamos entusiasmados con los resultados obtenidos porque constituyen un primer paso hacia la comprensión de los diferentes circuitos cerebrales con los que nuestro cerebro es capaz de codificar y hacernos reaccionar ante las emociones de los demás.
Nos gustaría tener una visión más amplia del funcionamiento de estos mecanismos, también para entender cómo se alteran en patologías psiquiátricas y del neurodesarrollo", afirma Papaleo.
"Actualmente, los fármacos utilizados para el tratamiento de estas enfermedades no son selectivos y afectan a muchos tipos de neuronas sin hacer distinción - añade Anna Monai, primera firmante del estudio junto con Daniel Dautan - por lo que la idea es desarrollar terapias dirigidas, para así reducir los efectos secundarios aumentando la eficacia del tratamiento".
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