Embarazo adolescente en Cuba: ¿Preparar la fiesta, o la cuna?

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Embarazo adolescente en Cuba: ¿Preparar la fiesta, o la cuna?
Fecha de publicación: 
15 Julio 2025
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Imagen principal: 

Foto: tomada de e-embarzo.org

Cuando se teclea en el buscador de Facebook “embarazo adolescencia Cuba”,  lo que aparece en las tres primeras opciones, las más vistas, es: test de embarazo en la Habana, Test de embarazo la habana y Venta de Test-Prueba de embarazo en la habana.

No por gusto el Dr. Antonio Aja Dáz, director del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la U.H:, ha insistido en diversos espacios en la importancia de la comunicación para modificar conductas.

En su más reciente aparición pública, en la revista televisiva Buenos Días, del pasado 11 de julio, subrayaba al respecto: “podemos tener todos los anticonceptivos necesarios -que hoy no los tenemos-, que si no trabajamos estos aspectos, realmente no vamos a transformar la situación, que es una conducta, y la transformación de conductas lleva mucho tiempo”.

 

Foto: captura de pantalla

Y explicaba el papel de la comunicación en modificar actitudes, conductas, estados de opinión, fenómenos, decía, con los que uno convive y quizás no se percata de ellos. “La comunicación. El sensibilizar a través de los medios de comunicación, de las redes sociales, yo te diría que es de los elementos más importantes en el complejo escenario económico y social que tenemos”.

Precisamente en respuesta a su exhortación son estas líneas, y también porque el más reciente teleplay cubano, del espacio Una calle, mil caminos, titulado “Después del abrazo”, anda dando mucho que hablar.  


Foto: tomada de tvcubana.icrt.cu

A no dudarlo, el embarazo en la adolescencia cubana está recolocándose al centro de la atención mediática, y ojalá no sea de modo coyuntural.

Motivos para el llanto del bebé... y de la mamá adolescente

Mientras los nacimientos en general continúan disminuyendo en esta Isla a un ritmo preocupante,  con una tasa global de fecundidad de 1,29 hijos por mujer , el número de nacimientos aportados por madres adolescentes va cuesta arriba.

A  juicio de la Dra. Ilda Molina, subdirectora del CEDEM, en el escenario demográfico cubano ese es el motivo de mayor preocupación porque se trata de la mayor desarticulación en la fecundidad cubana.

Y si ya esta situación es de gravedad, aun más lo es el incremento de los embarazos en adolescentes con edades muy tempranas, incluso por debajo de 15 años.  Así lo subrayaba el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, durante las sesiones de la Asamblea Nacional en julio del año pasado.

Si en el año 2021, del total de los nacimientos, el 17,1% correspondió a mamás con edades entre 15 y 19 años; y en el 2022, esa estadística alcanzaba  el 17,9%;  ya para el año siguiente rebasaban el 18%, sin incluir a las menores de 15 años.

 


Foto: Jorge Luis Baños / IPS

 

Esta Mayor de las Antillas cuenta con algunos indicadores demográficos semejantes a naciones desarrollados, pero en este particular de la fecundidad adolescente, los números nos equiparan con países de escaso desarrollo.

 “Es un problema social, aun cuando existen políticas educativas, de salud y leyes de protección para niñas, niños y adolescentes. Se eliminó el matrimonio infantil, pero continúan las uniones consensuadas, la violencia, las brechas de género y la deserción del ámbito escolar, que trunca la posibilidad de desarrollo intelectual de las más jóvenes”, aseguraba al respecto la  Dra. Molina.

Los expertos en el tema coinciden en apuntar entre los motivos de este fenómeno el inicio precoz de las relaciones sexuales, aun antes de los 15 años -que incluye cierta permisividad hacia las uniones precoces entre muchachas muy jóvenes y hombres ya adultos-; la falta de educación integral de la sexualidad, la baja percepción de riesgo sobre prácticas sexuales sin protección, el pronunciado déficit de métodos anticonceptivos, así como las carencias- de orden material y espiritual- que en general marcan hoy la realidad nacional y limitan el acceso y las alternativas para la planificación familiar.

Y las consecuencias de ser madre a tan tempranas edades son lastimosas tanto para ellas como para sus bebés.

En el caso de la mamá adolescente genera abandono escolar y mayor vulnerabilidad social, a la vez que las tasas de morbilidad y mortalidad son significativamente más altas para ellas y su descendencia.

 


Foto: Internet

El interrumpir los estudios limita, a su vez, las oportunidades en el mercado laboral, perjudicando el bienestar de esas jóvenes y de sus hijos.

Se añade a lo anterior que existe cierto patrón intergeneracional que se repite como serpiente mordiéndose la cola: las hijas de madres adolescentes tienen un mayor riesgo de igual ser madres adolescentes, perpetuando un ciclo de desventajas.

¿Quiénes son y de dónde?

La  mayoría de las madres adolescentes, sobre todo las más jóvenes, no trabajan. Se dedican a los quehaceres domésticos y de cuidado de terceros, lo cual igual limita sus oportunidades educativas y el comprender mejor a lo que se exponen con la llegada de un bebé.

Estudios han corroborado que la mayor cantidad de los embarazos adolescentes son no intencionales.  Pero el 75% de las niñas que tienen su primer hijo antes de los 15 años, vuelven a tener un segundo antes de los 20.

Aun cuando se trata de un fenómeno que va expandiéndose también geográficamente, los embarazos adolescentes son más en la región oriental del país. Las Tunas (22,7%), Holguín (21,3%), Camagüey (20,5%) y Granma (20,3%) registran los mayores porcentajes de esos nacimientos.


Foto: tomada de periodico26.cu

En las Tunas en particular, las menores de 22 años son quienes más tributan a la cifra de fecundidad total concentrando cerca del 23% de todos los nacimientos de la provincia.

Son las zonas rurales en particular el contexto donde ocurre mayoritariamente ese fenómeno, aunque en provincias  como Pinar del Río, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, el contexto urbano se erige en el principal. 

Lo determinante para disminuir la fecundidad adolescente es la educación integral de la sexualidad, que anda de la mano con una mayor autonomía de las mujeres para hacer valer sus derechos reproductivos.    

 


Foto: Jorge Luis Baños / IPS

Entender el embarazo en adolescentes como solo un problema de salud es un error. Se trata de todo un desafío de orden social que golpea a las familias, las comunidades y la sociedad toda porque, entre otras consecuencias, limita el desarrollo inclusivo, aumenta las desigualdades, las desventajas sociales, y agrava las brechas de género así como las diferencias entre territorios, por no insistir en los problemas de salud que acarrea.

El Vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), Juan Carlos Alfonso Fraga, así lo recordaba  y también que hoy se está avanzando, decía,  en una estrategia mucho más integral que sería una de las apuestas fundamentales para abordarlo desde el ámbito de la salud, la educación, el legal, la igualdad de género y la educación.

 

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