Deporte cubano en 2024: frutos sangreados
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Cuba se apuntaló en este 2024 en la cima del béisbol five, disciplina que la actualidad goza de un crecimiento internacional gracias en gran medida a la labor desplegada por la nación en el fomento de la práctica de la disciplina.
Visto desde el punto de vista más básico, los resultados del deporte cubano en la arena internacional han mermado notablemente en los últimos años.
Es una verdad como un templo y ahí están los números para demostrarlo, pero en la gran mayoría de los casos la disminución de la preponderancia incluso en el área centroamericana no se debe a falta de talento de los deportistas ni de capacidades de sus entrenadores, sino a las difíciles condiciones que deben enfrentar nuestros atletas.
El asfixiante contexto económico que afecta el país se ve reflejado directamente en la esfera deportiva, con condiciones para entrenar insuficientes en la mayoría de las disciplinas, escaso fogueo internacional y otros imponderables que llevan a muchos a abandonar el barco y dejar más tocado aún nuestro presente.
A pesar de todo eso, la estirpe de nuestros atletas sale a relucir, y este año tuvimos varios momentos culminantes, principalmente los protagonizados por Mijaín López y Omara Durand, justamente seleccionados como los mejores de la temporada en toda Latinoamérica.
Pero más allá de esas individualidades, a las que dedicaremos un análisis aparte, vale la pena hacer el balance general de lo sucedido en este complejo 2024.
Evidentemente el evento cumbre fue la cita olímpica de París, donde la delegación cubana quedó por debajo de lo esperado y no pudo cumplir su propósito de mantenerse entre las 20 potencias del mundo.
El puesto 32 con solamente nueve medallas (2-1-6), su menor cifra desde Múnich 1972, cuando alcanzó ocho, es muestra clara de los efectos de lo que indicábamos previamente.
En la lid paralímpica Durand encabezó una actuación que sí cumplió con las expectativas, pues a las tres coronas aportadas por la corredora en su categoría de débil visual se agregaron las del vigente recordista mundial de salto largo, Robiel Yankiel Sol y las del jabalinista Guillermo Varona y el jugador tenis de mesa Yunier Fernández, esta última la primera presea de este deporte a este nivel.
Más allá de París, lo mejor de Cuba fue el título en el Campeonato Mundial de béisbol 5, que mantuvo la corona alcanzada en la primera edición con una mezcla de veteranos y caras nuevas.
El deporte nacional tuvo más decepciones que sonrisas una vez más, pero no se puede desechar el cetro en el Mundial para Ciegos y la Copa del Caribe sub-15 años.
De manera individual, fueron brillantes las actuaciones de los serpentineros Raidel Martínez y Liván Moinelo, este último seleccionado como el Mejor Lanzador de la Liga del Pacífico en Japón.
El voleibol tampoco firmó una buena campaña en lo colectivo, al quedarse fuera de la cita parisina, aunque los talentos siguen brillando en Ligas foráneas, y algo similar vivió el baloncesto, que terminó el 2024 con el consuelo de que sigue vivo en la lucha por acceder a la Copa de las Américas de 2025.
Tampoco fueron 12 meses buenos para el fútbol, que bajó de nivel en la Liga de Naciones de Concacaf y tuvo como consuelo los accesos a los Mundiales de futsal y sub 20.
Sin dudas el mejor deporte individual fue la lucha, encabezada por Mijaín, pero con otros cuatro medallistas en la justa bajo los cinco aros. Nótese que esta disciplina aportó cinco de las nueve preseas de Cuba en la lid.
El boxeo quedó por debajo en la Ciudad Luz y está a las puertas de una renovación, mientras los estelares se mantienen en activo en los carteles profesionales de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA). Ojo, preocupante aquí que nos fuimos sin títulos por primera vez en el certamen del orbe juvenil.
Muy pobres fueron los aportes del atletismo, el tiro y el judo, considerados estratégicos en el Sistema Deportivo Cubano.
En tanto, taekwondo y canotaje sacaron la cara con sus bronces parisinos, aunque la primera disciplina necesita también sangre joven para venideros ciclos.
Los demás deportes, tanto individuales como colectivos, estuvieron dentro de lo esperado tomando en cuenta el nivel de prioridad que se les da y sus posibilidades reales en el contexto internacional.
En los deportes especiales brillaron los dominadores del balón Erick Hernández, autor de cinco récords mundiales, y Jhoen Lefont, con cuatro en el agua, dos caras habituales en estos resúmenes.
Para 2025 no se espera una mejoría notable en el panorama deportivo, por eso adquiere mucho más mérito cuando cualquiera de nuestros muchachos saca un resultado sangreado. Para ellos, todo el respeto del mundo y el agradecimiento por la perseverancia y el sacrificio.
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