Cuba: Familias que crecen en pandemia 

La pandemia ha espaciado a muchos intenciones y planes futuros que desde antes del 2020 venían en mente y planificación. Así es, por ejemplo, el de la reproducción para muchas parejas jóvenes que anhelaban traer al mundo y sus vidas un hijo. Sin embargo, el temor por la enfermedad frenó los deseos. Aunque no fue para todos, una parte sí se sintió atada.

Meses atrás, la COVID-19 invadía espacios de inseguridad y miedo ante el desconocimiento de una enfermedad que protagonizaba titulares de noticias, y el número de contagios desde Asia, Europa, hasta llegar a América, estaba cada vez más en crecimiento, así como también el porcentaje de decesos preocupaba a todos por lo peligroso de enfermar y desarrollar una complicación.

Aunque hoy día la pandemia no se ha ido, no es menos cierto que prima, al menos en Cuba, un sentimiento de seguridad, al estar casi todos vacunados y hasta con dosis de refuerzo anti-COVID-19. Los pocos casos reportados oficialmente son muestra también de la efectividad de Soberana y Abdala, además de que los enfermos pasan el virus más leve que antes, y que con otras variantes.

A nosotros nos tomó por sorpresa empezando el año un test de embarazo rápido positivo, y es que, aunque la idea del hijo ya estaba en proceso, nunca pensamos en la rapidez de la efectividad. Enero arrancó con esa gran noticia para toda la familia, tranquila, además de que ya todos en diciembre nos habíamos vacunado con la dosis de refuerzo, una garantía para nuestra salud.

Pero ello no ha sido motivo para que dejemos de cuidarnos, al contrario. Al haber una embarazada en la familia, se toman más precauciones: el nasobuco está más presente que nunca, incluso dentro de la propia casa, y aunque ya haya espacios de recreación abiertos, tratamos de evitarlos para no compartir en grandes aglomeraciones que pudieran representar un riesgo.

La constancia de las consultas desde las diferentes especialidades: nutrición, estomatología, psicología, medicina interna, genética, ginecología, todas han sido cumpliendo con las medidas sanitarias. La doctora y enfermera de la familia nos ofrecen un cuidado extra, pues, además de los controles por el embarazo, hay un chequeo ante cualquier síntoma respiratorio. 

Nuestro embarazo nos ha llegado con un poco más de experiencia sobre el SARS-CoV-2 y la COVID-19, cosa que nos permite no crear alarmas de pánico innecesarias, pero, a la misma vez, estar conscientes de todas las medidas de protección que debemos adoptar y los síntomas que caracterizan a la variante ómicron, la predominante en estos momentos.

En las últimas semanas, cuando los malestares del estómago, con náuseas, mareos, fatigas, asco a olores y comidas y migrañas se han minimizado, nuestro futuro bebé nos ha dado la alegría de hacerse sentir en una barriguita pequeña que con las semanas irá creciendo, y en el comienzo de un nuevo capítulo, el día del parto, irradiará de luz nuestra familia en crecimiento.