Sándor González: Me corresponde denunciar los males que sufre la humanidad

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Sándor González: Me corresponde denunciar los males que sufre la humanidad
Fecha de publicación: 
19 Marzo 2019
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Siempre vi en la obra de Sandor González, en sus escaleras y edificios, en las banderas con las que a veces coloreó sus piezas, una vibra optimista, quizás porque lo conozco y sé que es un tipo alegre y lleno de energías. Luego se enamoró del mar y la madre de las aguas le ha dado la bendición de recibirlo para crear allá abajo donde empezó la vida según casi todos.

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Y de pronto aparece con esta muestra Del horror y otros demonios y lo encuentro a primera vista en otra dimensión pero, después del asombro y la consternación ante algunas de las piezas que logran ser muy reales, impactantes, aún envueltas en metáforas, no andan con rodeos, me doy cuenta o me hago la idea, o tengo la corazonada, de que toda esta muerte no es más que otro  discurso sobre la vida, otro llamado urgente a la vida.

A propósito de la exposición, que permanece abierta al público en el capitalino Centro Cultural Fresa y Chocolate, conversamos con Sándor  González.

¿Qué te motivó hacia esta temática de la violencia?

"He tenido la dicha de viajar desde hace muchos años y la desgracia de palpar la violencia, sobre todo hacia la mujer, he conocido proxenetas, incluso una vez en Madrid saqué a empujones a uno del establecimiento en el que me encontraba, de ahí devino una gran amistad con el dueño pues compartía mi repudio, solo que ese tipo de personas son complicadamente violentos y ese era su barrio... La calle barco en Madrid. El proxeneta invitaba a un muchacho a conocer las chicas nuevas que le acababan de llegar. Son seda, le decía y estaban tranquilitas (drogadas)... Se vanagloriaba de su mercancía... Fue muy duro, creo que eso me marco mucho, entre otras experiencias..."

"También he visto dar machetazos, puñaladas, tirar tiros, conozco cada rincón de Cuba, he estado en las fabelas de Sao Paulo, Caracas, Haití, Rusia, Sudáfrica, Buenos Aires, y cuando digo que he estado es porque las he sentido, recuerdo que una vez tuvimos que pagar tres mil dólares para entrar a una a filmar dos horas y fueron las dos horas más largas de mi vida..."

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La pieza del disparo tiene un enfoque personal toda vez que apareces tú mismo ¿Por qué?

Revólver es un acto de fe, me doy un tiro con la fe de que nada me sucederá, es una pieza dedicada a mis enemigos, yo me muero cuando me toque, no cuando nadie quiera.

Yo percibí una relación entre la muerte y la soledad ¿Cuántas emociones y preocupaciones humanas intentaste reflejar?

La muerte está acompañada de la soledad y la soledad en muchas ocasiones conduce a la muerte, he perdido amigos por el suicidio... Y estoy convencido de que se sintieron muy solos para llegar a ese acto tan dramático.

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La mujer tiene un espacio amplio en esta colección y, aunque va de la violencia, esas piezas tienen otro tratamiento en cuanto a la claridad, los títulos... ¿Qué mensajes o simbolismo sobre la mujer quisiste compartir?

La mujer es lo más grande. Lo más hermoso. También la que más sufre. Soy de una sociedad machista, lo llevo en la sangre. Pero eso no quita que quiera ser mejor y más justo cada día, creo en el mejoramiento humano y debo empezar por mi si pretendo cambiar mi entorno. Cada cual tiene su roll en la vida, yo decidí ser artista por tanto me corresponde asumir y denunciar los males que sufre la humanidad, esta expo es una deuda saldada con mi obra, por tanto con mis creencias.

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