¿Y usted qué prefiere, la pelota o el balompié?

La chispa de los play off del campeonato nacional de béisbol de Cuba, que se inician hoy, sirvió para inflamar aún más la llama de la porfía de la popularidad de este deporte frente al fútbol.

 Por cuestiones horarias el conflicto de las preferencias no será al menos este martes un problema mayor. Simple, el Barcelona  enfrenta en crucial partido al Chelsea de Inglaterra en el Camp Nou horas antes del béisbol.

 Mientras los azulgrana liderados por el argentino Lionel Messi se juegan el avance decisivo para la final de la Champions League luego del descalabro ante el Madrid 1-2 en la Liga Española-, los aficionados de la Isla aguardarán tranquilos por la pelota.

 Es decir, en breve Bar a-Chelsea y a las 22:00 GMT en La Habana, Industriales-Cienfuegos; con Matanzas en sus predios frente a Sancti Spiritus a las 01:30 GMT en el arranque de los play off o cuartos de finales de la 51 Serie Nacional de Béisbol de Cuba.

 La situación se hará un poco más compleja en la jornada del mañana miércoles para los fanáticos cubanos en la dicotomía de decidirse por el momento más interesante de la fecha.

 Estará el duelo también crucial del Real Madrid ante el Bayern Munich en el Santiago Bernabeu de los merengues, y acto seguido, cuatro partidos del deporte de las bolas y los strikes.

 Se estrena la zona oriental con desafíos entre Las Tunas-Ciego de Avila y Villa-Clara-Granma, junto con los segundos topes de  Industriales-Cienfuegos y  Matanzas-Sancti Spiritus.

 Apuestas de diversa índole, estrategias nacionales y hasta un programa de la FIFA denominado Un gol por Cuba, parecieron por fin fusionarse para inocular la fiebre del fútbol en Cuba.

 Por primera vez en la historia, el balompié, pudiera decirse, forma parte sobresaliente del apasionado mundillo del deporte en Cuba y, sorpresa, es capaz de disputarle la supremacía de la popularidad al pan nuestro de cada día, el béisbol.

 No tanto, me decía un colega que no cree posible el desplazamiento de la  pelota, como lo llaman aquí.

 Es un problema transitorio, la pelota no pasa por su mejor momento y la gente se refugia en otras cosas. Sobre todo porque vemos el fútbol de mayor nivel del orbe, mientras no es lo mismo con el béisbol.

 La valoración se antoja tal vez festinada. En un país donde de punta a cabo, de Maisí a San Antonio, niños y jóvenes no cesan de tomar bates y pelotas para desarrollar la pasión por doquier, comienzan, empero, a llamar la atención las canchas improvisadas de fútbol.

 En cualquier tiempo, sin mediar, como en el pasado, campeonatos internacionales del más universal de los deportes o finales de relevantes ligas, las calles del país devienen escenarios de partidos de balompié acompañados del ensordecedor grito de  ¡gool!.