Adrián Berazaín: La esperanza no se cansa y anda suelta
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«La esperanza no se cansa y anda suelta» es un mensaje que sobrevive a los capítulos contados de una telenovela. ¿Quién lo duda? El tema de Adrián Berazaín, que forma parte de la banda sonora de Entrega, será pretexto y protagonista de un concierto el próximo 7 de marzo en el teatro Karl Marx.
Al decir de Adrián, más que ofrecer un recital, la idea es disfrutar de «una gala artística con amigos, más que un concierto.
«Tengo como invitados al Coro Diminuto y a Ray Cruz, el Manuel de Entrega, cantando este tema. También habrá otros invitados como Buena Fe, David Blanco, Mauricio Figueiral, Luna Manzanares, Annie Garcés y Kamankola».
Suelta tiene ya un videoclip, producido por Bis Music, en el que se suma a Berazaín el actor Ray Cruz, Manuel de la telenovela cubana. ¿Cómo surgió la idea de este dúo? Otra conspiración de amigos: «Israel Rojas me dice un día: ¿por qué no haces un dúo con el tema de la novela donde invites a Ray?; él tiene un proyecto de música y eso se vería muy bien, sería un golpe promocional. Y es increíble como a la gente le gusta ver a Ray cantando el tema de la novela y lo disfruta».
Sin dudas, Suelta es una canción bendecida por la amistad: «Ray y yo nos conocemos desde el pre, y ahora con la telenovela hemos sellado una amistad para siempre. Nos llamamos casi todos los días y ha sido muy satisfactorio tanto profesional como espiritualmente».
Adrián se graduó del ISDI por la misma época en que yo terminaba mis estudios de Periodismo. También desde entonces lo aplaudí mucho en las presentaciones de La Séptima Cuerda. Por lo tanto, me encanta ver cómo ha encontrado la manera de meter un talento dentro de otro, aunque sea para no perder el oficio:
«Sigo diseñando las portadas de mis discos, pósters y cualquier aplicación. Ahora mismo estoy inmerso en el concierto del 7 de marzo: le hice el spot, el póster, todo lo que tiene que ver con la imagen. Uso el diseño cuando algún que otro socio necesita que le haga algo y confía en mí, pero, profesionalmente, como diseñador, hace unos años que no estoy ejerciendo. La música lleva mucho tiempo, dedicación y sacrificio. A veces dejo de divertirme un poco, de ratos de ocio, para dedicarle tiempo a hacer canciones».
Y bueno, está claro que, entre la imagen y el sonido, ganó la música en el corazón de un niño de esos que «están en todo»: «Cuando entré al pre, le pedí a mi papá que me enseñara a tocar guitarra, y a finales de décimo grado ya estaba haciendo mis primeras canciones. Estaba el plan de estudiar Diseño. Se me da lo del dibujo y me han gustado siempre las computadoras. Pero durante la carrera seguí desarrollándome como trovador. Me gradué, pasé el servicio social, y a los dos años ya estaba dedicándome a la música».
Del éxito de su primer videoclip, junto a Diana Fuentes, usted tiene que acordarse; aquello de «yo me quedo en el club de los corazones rotos» y la oportunidad de grabar con Bis Music su primer disco en 2009 parecían señales: «Todo me llevó en la vida a que me dedicara a cantar, tocar la guitarra y componer».
El sueño de Adrián parece simple: «No dejar de soñar», y él lo hace viable, poniéndole ganas a cada proyecto, como este sencillo que defiende ahora y que formará parte de un fonograma futuro, otra vez de la mano de Bis Music, con el que, seguramente, mantendrá lo que considera la esencia de su música: «expresar, transmitir. Una música que sea el espejo de lo que vivo sin llegar a atosigar al público, que no tiene por qué compartir tu forma de pensar. Al público hay que enamorarlo, seducirlo, desde tu punto de vista».
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