Contra Venezuela: Trump y su fábrica de mentiras
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Como hace cinco años, en su anterior mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a rebuznar contra Venezuela, preparando lo que pudiera ser una inminente agresión militar bajo el falso pretexto de que el gobierno de Nicolás Maduro es el principal artífice y sostén del narcotráfico de la región y causante de la muerte de miles de norteamericanos.
Guiado por su canciller, Marco Rubio, vocero de tantos males, se fabricaron acusaciones de todo tipo, como que Maduro era propietario de una inmensa fortuna en viviendas en Florida, lo cual justificaba una recompensa de 50 millones de dólares por su captura.
Todo esto fue antecedido con el despliegue de navíos de guerra con alto poder destructivo en las aguas del Caribe, principalmente frente a las costas venezolanas, amenaza que alertó a las Fuerzas Armadas Bolivarianas y provocó la movilización de millones de civiles venezolanos incorporados a las milicias.
Además de amenazar a Venezuela, Trump también lo hizo contra México, amenazando con bombardear lugares donde se hallaban presuntamente cárteles de las drogas, lo cual fue rechazado por la presidenta, Claudia Sheinbaum.
Si hace cinco años el motivo fue crear un clima propicio para apuntalar a su protegido de entonces Juan Guaidó como presidente de Venezuela -todo un fiasco-, esta vez la causa es mucho más peligrosa, porque se trata de calmar a los fuertes grupos de Florida, todos republicanos, por la política antiinmigrante del colorado y racista presidente, que les ha causado pérdidas millonarias. Así, con esta agresividad, Trump trata de complacerlos y evitar que se inclinen hacia sus opositores demócratas en las próximas elecciones de carácter intermedio.
Ahora, sin datos nuevos ni prueba alguna, la Casa Blanca reaviva la matriz de opinión sobre la supuesta relación de Maduro con el narcotráfico para justificar su movilización de fragatas y tropas.
Hasta este momento no se sabe si la acción del magnate se traducirá en agresión o es un movimiento trumpista en su ir y venir de crear situaciones en las que los complacientes y tarifados medios juegan un importante papel para enceguecer aún más a una población víctima continua de la desinformación.
Aunque Rubio, acumula gran fuerza política en torno a su narrativa contra Venezuela y Cuba, y su estadía en el cargo es un catalizador de los ataques hacia Caracas y La Habana, es preciso recordar que la primera administración de Trump también contó con funcionarios de un alto nivel de agresividad, como Mike Pompeo, Elliott Abrams y John Bolton. Esos 'halcones', además, tenían mayor experiencia en provocar y conducir conflictos.
Durante el primer período del magnate estadounidense, esa camarilla tuvo una fijación con Venezuela que, no obstante, nunca se trasladó al terreno militar, dicen algunos analistas, pero estimo que el peligro ahora es mayor por el tono beligerante de un individuo como Rubio, todo un odiador de lamentable origen cubano, a quien Trump pondera por su “buen trabajo”.
El colorado presidente, a quien su enemiga política Hillary Clinton dijo que lo propondría como Premio Nobel de la Paz si termina el conflicto entre Rusia y Ucrania, se caracteriza por su cambio de parecer de un momento a otro, casi siempre de malo para peor, por lo que se puede esperar un rumbo diferente al que ha practicado hasta ahora en su política antirrusa.
Así puede pasar en la acción contra Venezuela y esta vez, contrario a lo que comenta Rossia Today, hay que estar preparado para una agresión que puede extenderse a toda la región, sin importar que los gobiernos de Brasil y Colombia rechacen de plano cualquier intento de intervención, lo cual, estimo, agradaría a los regímenes de Perú, Ecuador, Argentina y Paraguay.












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