Conspiración en Perú: Revanchismo político contra Castillo

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Conspiración en Perú: Revanchismo político contra Castillo
Fecha de publicación: 
2 Octubre 2021
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El presidente de Perú, Pedro Castillo.

A las cada vez más intensas acciones legislativas contra el gobierno de Pedro Castillo, se une la judicial del Consejo de Estado, al conminar al mandatario que resuelva la inestabilidad política en que se encuentra la nación.

El Consejo de Estado, formado por el Poder Judicial, la Contraloría de la República, la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía de la Nación, pidió una sesión urgente para evitar que se afecte “la buena marcha de la administración pública”, aumentando el clima de tensión creado en el Congreso por la mayoría de derecha.

Esta vez, los elementos conservadores tratan de imponer una moción de censura contra el ministro de Trabajo, Iber Maraví, que de ser aprobada plantearía una cuestión de confianza a todo el gabinete, lo que forzaría una eventual remoción completa del consejo de ministros.

La Constitución peruana precisa que, si el Parlamento rechaza dos pedidos de confianza del Ejecutivo, el presidente está facultado para disolver el Congreso y convocar a nuevas elecciones legislativas, tal como hizo Martín Vizcarra en el 2019.

Durante su interpelación, Maraví negó haber participado y tampoco cometido "los hechos que se me atribuyen tendenciosamente", en referencia a su presunta intervención en atentados terroristas en la región de Ayacucho en los años 80.

"Hay supuestas imputaciones que luego fueron negadas ante un juez penal. Ninguno de los hechos que figuran en la pregunta formulada corresponden. Hay un sector de la prensa que ya no quiso investigar", las denuncias, agregó el ministro.

El primer ministro, Guido Bellido, declaró a la prensa que no hay argumentos para censurar a Maraví, sino “interés de revanchismo político contra este Gobierno…. está claramente orientado no al ministro Iber Maraví, sino hacia el Presidente de la República".

EN LA MIRA DE LA ULTRADERECHA

El gobierno, con poco tiempo de gestión, está en la mira de los sectores de la ultraderecha que, por todos los medios, intentan desestabilizarlo.

La situación política e institucional en Perú es por demás frágil. Aunque el presidente y líder campesino Pedro Castillo fue designado al frente del Ejecutivo, desde los sectores de derecha en el Parlamento, los grandes medios de comunicación y los poderosos empresarios del país, están decididos a que el gobierno electo por una mínima mayoría no llegue a buen puerto.

Recordemos que antes de que se tratara de censurar a Maraví por hechos no comprobados, la arremetida derechista forzó la renuncia del canciller designado, Héctor Béjar, un reconocido dirigente de la izquierda peruana.

Béjar puso en palabras algo que cruza no solo a Perú, sino a todo el continente latinoamericano: la complicidad de las fuerzas armadas en el terrorismo de Estado. En este caso, el ahora malogrado canciller había dicho el 15 de agosto, en un programa televisivo y antes de asumir el cargo, que “el terrorismo en el Perú lo inició la Marina y eso se puede demostrar históricamente”. En apenas unos días, Béjar fue demonizado y, bajo la presión de la Marina de Guerra, tuvo que presentar su renuncia.

Ante este panorama, la Articulación Continental de Movimientos Sociales y Populares hacia el ALBA (ALBA Movimientos) difundió una declaración en la que alertó sobre “un golpe de Estado en marcha” en Perú. Desde la plataforma, aseguraron que esta estrategia golpista comenzó “el mismo día de la victoria” de Castillo.

En el comunicado, también subrayaron que la derecha del país desconoce “a las mayorías populares”, además de puntualizar que los planes desestabilizadores tienen “como centro el Congreso, dominado por las derechas, que ha presentado el ‘récord Guinness’ de 19 mociones para cuestionar a siete ministros en apenas 15 días de gobierno”.

En diálogo con la publicación izquierdista La tinta, José Carlos Llerena, miembro de la Coordinación Política de ALBA Movimientos, sintetizó que la derecha peruana “ofrece golpe y desestabilización”.

Y es que los planes desestabilizadores no comenzaron con la proclamación de Castillo como mandatario, sino con anterioridad.

RECORDATORIO

Recordemos que el sábado 5 de junio, un día antes de la segunda vuelta electoral, los bancos y centros comerciales de los principales grupos empresariales, que son de las familias de la oligarquía peruana que dominan los distintos estamentos del Estado peruano desde hace más de 200 años, desplegaron una estrategia de terrorismo mediático y económico, diciendo que al día siguiente de las elecciones iba a haber un estallido social.

La derecha de Perú impulsa distintos tipos de tácticas golpistas. La primera fueron los intentos de invalidar los resultados del balotaje, plan gestionado por el fujimorismo con el apoyo de los principales estudios de abogados de Lima.

Con argucias legales, intentaron invalidar el voto de millones de peruanos de las distintas regiones del país, donde Pedro Castillo tiene mucha aceptación y opinión favorable, como lo son los territorios donde están los pueblos originarios.

En paralelo se dieron algunas tentativas inconstitucionales de que las Fuerzas Armadas intervinieran, y a partir de ahí se comenzó a fabricar, y hasta el día de hoy lo vemos, un golpe parlamentario.

Aunque Perú Libre –el partido de Castillo- tiene la mayoría de congresistas, los de derecha, en total, tienen el control del Poder Legislativo. Este escenario se complejiza por el hecho de que el país viene de una crisis política profunda desde el 2017, cuando las tensiones entre los poderes Legislativo y Ejecutivo fueron trascendentales para la coyuntura nacional.

Por ejemplo, la oligarquía tiene la dirección del Parlamento y de las principales comisiones del Congreso, como la Constitucional, que es fundamental, porque la principal propuesta de Castillo, y que serviría para aliviar y darle una solución a esta convergencia de crisis que padece el país, es la Asamblea Constituyente.

A ello se agrega el terrorismo mediático, porque los medios, propiedad de las grandes familias peruanas, adjudican cualquier mala noticia, o aparentemente perjudicial para la gente, con el gobierno de Pedro Castillo, que también enfrenta el económico, para generar desazón y zozobra.

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