CIA otra vez a la carga contra Bolivia

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CIA otra vez a la carga contra Bolivia
Fecha de publicación: 
30 Mayo 2023
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Mientras el separatista gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, sigue preso y esperando un juicio por diversos delitos contra el Estado, el Imperio ha reforzado a su tan golpista como golpeada Agencia Central de Inteligencia para tratar de deponer al presidente Luis Arce, luego de que este prefiriera aceptar la inversión de empresas chinas en la explotación del litio y criticara a la Organización del Tratado del Atlántico Norte por su responsabilidad en la crisis militar que tiene lugar en Ucrania.

Camacho es imputado por los delitos de financiamiento al terrorismo, cohecho de activos, seducción de tropas, instigación pública a delinquir y asociación delictuosa; así como uso indebido de bienes y servicios públicos.

Y como a veces la llamada justicia boliviana no está a la altura ni del Ejecutivo ni del legislativo, no ha admitido aún la participación de Camacho junto a la CIA en el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales en el 2019 y su estrecha colaboración con la ilegal mandataria Añez, con quien se distanció posteriormente por el ansía de llegar al poder.

PARTICIPACIÓN DE LA AGENCIA

Con pruebas fehacientes, ha sido publicada una lista de agentes de la CIA que prepararon el golpe de Estado en Bolivia.

El sitio Belinda Back Dorso publicó un artículo titulado “La intervención de Estados Unidos contra Bolivia” en el que detallan los pasos que seguiría el Golpe de Estado, que se cumplieron como si se tratara de un guión.

El artículo “Tras el golpe: Los agentes más importantes de la CIA en La Paz, Bolivia. Primera parte”, dio a conocer una lista de espías, entre los que destacan los generales bolivianos Williams Kliman Romero, Yuri Calderón y Rómulo Delgado.

Allí se alerta que es el inicio de lo que el cuartel central de la CIA “tiene reservado para los países de América Latina que no les gustan”.

La estación de la CIA en La Paz estaba a cargo de Rol Bolsón y Annette Dorothy Blakeslee, quienes reclutaron para el golpe al responsable del espionaje argentino AFI en la capital boliviana, José Sánchez.

Annette Dorothy Blakeslee estuvo en Nicaragua como médico de la USAID, una de las tapaderas diplomáticas usadas por la CIA en sus operaciones encubiertas.

Sánchez tenía cobertura diplomática del gobierno de Mauricio Macri, pero en realidad servía de enlace con los servicios secretos de varios países latinoamericanos. 
Estaba a cargo de dos estaciones de la AFI en Bolivia: una en La Paz y la otra en el Consulado de Santa Cruz. Este último fue utilizado para repartir fondos entre los golpistas de la ciudad. Los fondos, a su vez, eran proporcionados por la embajada de Estados Unidos. 

El Comité de Acción de Emergencia y el Comando Sur de EE.UU. ya habían contemplado en el 2008 un golpe de Estado en Bolivia o el asesinato del presidente Evo Morales, según un documento de la Embajada de EE.UU. filtrado por WikiLeaks y analizado por el especialista noruego Erik Volad, publicó en ese entonces Prensa Latina.

Según correos electrónicos datados entre el 2006 y el 2009, la ya mencionada Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) entregó al menos cuatro millones de dólares a movimientos separatistas de la región conocida como la Media Luna, que integra los departamentos orientales del país.

La estrategia de EE.UU. contra el gobierno boliviano debía ser llevada a cabo por grupos opositores radicales que debían volar gasoductos para obligar a La Paz a aceptar la separación de esos departamentos.

Washington estaba al corriente de los planes de esta serie de atentados, pero no los denunció, aseveró Volad. El periodista noruego ha explicado que existen más de 14 000 documentos de WikiLeaks en los que figura el nombre del presidente Evo Morales, lo que verifica la importancia de ese país rico en hidrocarburos y otros recursos naturales para la estrategia norteamericana.

Y AHORA EL LITIO

La CIA sigue moviendo sus peones en Santa Cruz y otras zonas bolivianas susceptibles al separatismo insuflado por la reacción local y externa, aunque no ha sido aún oficialmente comprobada la vinculación de Camacho con el ente del espionaje estadounidense, aunque tenga igual propósito.

Según el presidente Luis Arce, Bolivia está “amenazada” y “en los ojos” de la “derecha internacional” por su riqueza en litio, el mineral fundamental para la producción de baterías eléctricas y, por tanto, uno de los recursos naturales estratégicos de este siglo, en un discurso ante las bases de su partido, el Movimiento Al Socialismo, en respuesta a Laura Richardson, jefa del Comando Sur del ejército de los Estados Unidos.

Unos días antes, en una declaración ante una comisión del Congreso de ese país, ésta había exteriorizado su preocupación por la presencia china en el denominado “triángulo del litio” de Sudamérica, formado por tres países productores del mineral, Chile, Argentina y Bolivia. 
“Esta región está llena de recursos y me preocupa la actividad maligna de nuestros adversarios, que se aprovechan de ellos aparentando que están invirtiendo cuando, en realidad, están extrayendo”, dijo la estadounidense.

Aunque no es la primera vez que Richardson y Arce chocan en torno a este tema, la última declaración de la jefa militar se dio dos meses después de que Bolivia firmara un convenio con el consorcio chino CBC (conformado por las empresas CATL, BRUNP y CMOC) para construir dos plantas en los salares de Coipas (en la región de Oruro) y Uyuni (en la de Potosí). Cada una de estas plantas tendrá una capacidad de producción de más de 25 000 toneladas anuales de carbonato de litio con grado de batería (es decir, de alta pureza) y deben estar listas en el 2026.

Este convenio implicó dos novedades: concretó la asociación del gobierno boliviano con una empresa extranjera para explotar las reservas de litio de este país, que son las más grandes del mundo en salmueras (ascienden a 21 millones de toneladas). Esto es algo que, por la oposición de la región productora de Potosí a los socios previos, el país no había podido lograr hasta ahora. Y, además, constituyó la primera inversión industrial en una tecnología de “extracción directa” del litio de las salmueras, que hasta ahora ha sido experimental.

Con la tecnología convencional, mediante piscinas de evaporación, Bolivia solo ha logrado producir 600 toneladas al año de carbonato de litio, por lo que todavía no ha entrado en el club de los grandes jugadores en el mercado de esta materia prima. Sin embargo, se espera que este año entre en funcionamiento una planta completamente boliviana que, según los planes gubernamentales, producirá 15 000 toneladas. En total, se espera que, en el 2025, Bolivia produzca más que sus vecinos, Chile, que exporta alrededor de 40 000 toneladas, y Argentina, que vende 6 000 toneladas anuales.

Aunque el consorcio chino está compuesto por empresas prestigiosas (CATL es la mayor productora de baterías del mundo), la declaración de Richardson repite un ataque constante que se hace contra China, a la que se acusa de invertir en Latinoamérica para extraer recursos para su propio desarrollo, sin ocuparse del local, cuestión realmente que no es así, pero que sí es propio de las empresas de origen estadounidense.

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