Sorrentino prepara filme sobre Maradona

La pasión visceral del realizador italiano Paolo Sorrentino por el Napoli y por los años míticos de Diego Maradona se transformará en una película, "La mano de Dios", producida por Netflix.

El exfutbolista argentino es, desde hace años, fuente de inspiración cinematográfica, como lo demuestran los documentales "Diego Maradona" (2019), de Asif Kapadia, y "Maradona por Kusturica" (2008), del realizador serbio Emir Kusturica.

Pero la película de Sorrentino, anunciada, será distinta a las demás porque el premio Oscar italiano (por "La Gran Belleza") es un encendido "tifoso" del Napoli. Vale recordar que cuando recibió la estatuilla de la Academia de Hollywood en 2014 agradeció en este orden: "a (Federico) Fellini, a Talking Heads, a (Martin) Scorsese y a (Diego) Maradona", además de a sus familiares. Por eso, "La mano de Dios", cuyo rodaje es inminente, será antes que nada un gran acto de fe.

Además, está el regreso del director a Nápoles. Sorrentino había comentado que meditaba regresar a su hogar al cumplirse veinte años de su primer film, "L'uomo in piú" (El hombre extra, 2001), con Toni Servillo, quien se transformaría en su actor fetiche y lo catapultó como debutante en la Mostra de Cine de Venecia, lo que le permitió iniciar una carrera internacional. Al parecer, para Sorrentino, quien el 31 de mayo pasado cumplió 50 años, es tiempo de balances, que coinciden con la nostalgia del hogar de origen y de sus afectos estables. Porque a él, lo confesó no hace mucho en una entrevista con el Corriere della Sera, Maradona le salvó la vida. Literalmente. El ahora afamado director tenía 16 años cuando, en septiembre de 1986, le rogó a su padre que lo dejara ir a Empoli a ver el partido Napoli-Empoli. Solo le permitía ver al club de sus amores cuando jugaba de local pero esta vez accedió. Sus padres se fueron la noche anterior a la casa de veraneo en Roccaraso y él se quedó en Nápoli. A la mañana siguiente, recibía la noticia de la muerte de sus padres por una fuga de gas.

Tocaron el portero eléctrico. Pensé que era mi amigo que venía a buscarme para ir a Empoli. Era el encargado del edificio. Tenía que decirme algo. Bajé, y con los ojos llorosos me dijo que mis papás habían muerto durante la noche en nuestra casa de veraneo. Hubo una fuga de gas y fallecieron durante el sueño. Yo salvé mi vida gracias a Maradona", relató en aquella oportunidad. El cine italiano durante el bloqueo por la pandemia de coronavirus, imaginado desde la espectacular terraza sobre los techos de Piazza Vittorio (Sorrentino publica casi todos los días en Instagram imágenes de los atardeceres romanos sobre la iglesia Santa Maria Maggiore desde aquel ángulo) se transformó en un episodio del ciclo con autores de todo el mundo "Homemade" pero ahora es tiempo de volver al set. Todavía deberá esperar para rodar en Estados Unidos el filme que prepa con la actriz (y productora) Jennifer Lawrence, "Mob Girl", hasta que se controle la pandemia de Covid-19. Pero en Italia ya empieza a haber movimiento y, en breve, Sorrentino iniciará el rodaje en el barrio Napolitano donde nación, Arenella. Su sueño se hace realidad con la producción de Netflix, el nuevo jugador mundial del cine, que tras haber producido las películas de mexicano Alfonso Cuaron ("Roma") y de Martin Scorsese ("The Irishman"), ahora respalda el trabajo del italiano.

Hasta el momento, solo se sabe que será una historia de ficción pero no se conoce al elenco ni los roles. "Me emociona la idea de volver a Nápoles", sostuvo Sorrentino.

"Fue gracias a 'La mano de Dios', un film íntimo y personal, una novela de formación alegre y dolorosa. Estoy feliz de compartir esta aventura con el productor Lorenzo Mieli, con The Apartment, y Netflix", agregó. Sostuvo que "la sintonía con Teresa Moneo, David Kosse y Scott Stuber, de Netflix, sobre el significado de esta película, fue inmediata y deslumbrante".

"Me hicieron sentir en casa, una condición ideal para que este film que para mí significa exactamente eso: volver a casa", subrayó. Por su parte, Stuber, de Netflix, sostuvo que se trata de "una historia escrita de manera espléndida, con el estilo inconfundible" de Sorrentino. Sobre el título no hay mucho que explicar. Baste con recordar que fue "la mano de Dios" la justificación que el exfutbolista argentino dio, y que pasó a la Historia, al marcar un gol con la mano, por lo tanto de manera irregular, contra Inglaterra y a favor de Argentina en los cuartos de final del Mundial de Fútbol 1986.