Lopetegui y Sevilla, las formas y no el fondo
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Era un secreto a voces que Julen Lopetegui dejaría de ser en cualquier momento el entrenador del club español Sevilla.
Un puesto 17, a solamente un punto del descenso, hacía insalvable la permanencia del exportero, que solamente cosechó cinco unidades en los primeros siete partidos de la Liga.
Ya el cierre de la pasada campaña fue funesto para el plantel andaluz, pero Lopetegui recibió un voto de confianza por los éxitos cosechados en los últimos tres años, que incluyen un título de Europa League y la presencia permanente en la Liga de Campeones.
Sin embargo, el equipo se cayó en el último tramo del pasado curso, lo que unido al buen momento del rival eterno de los sevillistas, el Betis, hizo agotarse el crédito del DT vasco.
Aunque la soga siempre se rompe por el lado más débil, no es él el único responsable, y su despido deja un mal sabor porque se hizo de la peor manera.
Mientras le aseguraban que su puesto no corría peligro, ya en las oficinas del Sevilla se había contactado con el chileno Jorge Sampaoli, quien asumirá desde este jueves, pero cuya llegada ya era harto conocida por filtraciones a la prensa.
Así es muy difícil trabajar, pero Lopetegui mantuvo la compostura y no dejó frases altisonantes…al menos hasta ahora.
Su adiós entre lágrimas este miércoles en el estadio Ramón Sánchez Piuzjuán estuvo marcado por una pésima gestión deportiva, que no es achacable a él.
Desde diciembre del año pasado se sabía que no seguirían en el conjunto sus dos centrales de lujo: el brasileño Diego Carlos y el francés Jules Koundé, pero ni con todo ese tiempo, ni con los 100 millones de euros ingresados con su venta, se encontró un reemplazo a la altura.
Los brasileños Alex Telles (cedido) y Marcao (15 millones) y el francés Tanguy Nianzou (16), ninguno comparable con los dos primeros, llegaron para colmo lesionados, y el DT tuvo que improvisar hasta con zagueros de la cantera para su último encuentro, que terminó 1-4 ante el Borussia Dortmund alemán en la Champions.
Además, su gran reclamo, que era un delantero, no fue concedido como quería. Pidió a gritos a Raúl de Tomás, que llegaría a precio de ganga del Espanyol, pero en cambio le trajeron al danés Kasper Dolberg, nada menos que por 20 millones de euros y cedido.
El responsable de fichajes del once de Nervión, Ramón Rodríguez “Monchi”, prefirió guiarse por el entrenador del Espanyol, quien desaconsejó la incorporación de RDT por cuestiones extrafutbolísticas.
Con estos truenos era muy difícil trabajar, porque esa plantilla no daba para mantener las altas aspiraciones de las campañas previas, y Lopetegui pagó los platos rotos.
Ahora se habla de un interés del Wolverhampton en la Liga inglesa, así que después de todo, el técnico podría no salir tan mal parado, pero aquí el problema fueron siempre las formas.
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