¡Guarda tu teléfono!
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Fotografía tomada de https://www.lavanguardia.com
¿A quién no le ha sucedido encontrarse caminando por la calle sin mirar ni a los lados por estar pendiente del teléfono móvil? Algunos responderán negativamente, pero muchos se identificarán y, quizás, recuerden algún susto.
Es una situación recurrente y peligrosa porque podemos provocar un accidente por estar distraídos y no concentrados en el camino. Corremos el riesgo de tropezar y caer, no ver un vehículo que se aproxime, además, nos hace andar distinto, más lentos porque ajustamos nuestro movimiento, y por si fuera poco, a largo plazo nos afecta la postura por mirar constantemente hacia abajo.
Es un problema porque nos confiamos y creemos que seremos capaces de reaccionar con celeridad ante la dificultad, que tendremos un sexto sentido para ver llegar un imprevisto, pero no, en realidad es que este tipo de conducta ocasiona no pocas lesiones porque los reflejos fallan más de lo que pensamos.
Analice su alrededor, sea autocrítico, ocurre mucho. Llevamos los dispositivos todo el tiempo en las manos, aunque no los estemos utilizando, y en la primera oportunidad los revisamos así estemos en marcha entre la multitud o, peor, conduciendo. Y es ahí cuando perdemos conciencia del entorno, es lógico, no podemos mantener la concentración en varios frentes al mismo tiempo, alguno se descuida. Le dicen “ceguera por falta de atención”.
Y, llegado a este punto, ralentizamos el paso sin darnos cuenta porque no tenemos seguridad para movernos. Por eso cuesta tanto deambular entre la multitud ensimismada, pues cada persona va a un ritmo distinto, más torpe, y se crea, entonces, congestión en aceras y calles.
Además del trance de provocar un incidente por pérdida de equilibrio, cuando menos, me preocupa cuánto puede estropear nuestra salud porque relajamos la postura y en lugar de andar erguidos, nos acomodamos al teléfono con ligera inclinación de la cabeza y esto puede enfermar los músculos de la zona del cuello, los hombros y la espalda. Le llaman “síndrome de cuello de texto”.
Es más, incluso este tipo de situaciones es asociado con el incremento de los niveles de cortisol, o sea, la famosa hormona del estrés. Algunos estudios sugieren que, aunque no seamos conscientes en el justo momento, puede afectar nuestro estado de ánimo. Como lo lee. Investigadores encontraron la relación entre este comportamiento y sentimientos negativos, de tensión, debido a la falta de conexión con el contexto.
Todos sabemos que no está bien, pero seguimos mirando el teléfono como si no hubiera un mañana. La nomofobia es real, existe, y no solo nos aísla como seres sociales, perjudica nuestra salud mental y física, también nos hace actuar como tontos del camino.
Recuerde que basta solo un segundo de distracción, y que siempre habrá tiempo para más. Extreme los cuidados si debe responder algún recado urgente, deténgase un instante si es preciso, evite entretenerse si anda por zona concurrida, pero también si está dentro de su casa u oficina.
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