ESCENARIO: Dentro, de OtroLado

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ESCENARIO: Dentro, de OtroLado
Fecha de publicación: 
5 Diciembre 2024
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Folk Room, una de las propuestas de la temporada. Foto: Cortesìa de la agrupación.

La temporada Dentro, que presentó la compañía OtroLado hasta el pasado domingo en la sala Covarrubias del Teatro nacional, ha demostrado una vez más la capacidad del arte de la danza para articularse como un ente armónico. 

La danza es arte de decididas confluencias. Y la aspiración tiene que ser integrar, conseguir ese cuerpo único y polivalente que es esencia. Fue notable en esta propuesta el manejo de los detalles, la esmerada factura... el espectáculo no descuidó ninguno de los apartados, desde la pauta meramente coreográfica hasta los elementos del entramado plástico. 

En Dentro se buscó y se consiguió redondear esa idea de belleza que se asocia al imperio de la poesía: la instauración de una atmósfera, la celebración del misterio y la sugerencia.    

Las tres piezas que conformaron el programa —Ritual Garden, Inside y Folk Room— resignificaron una diversidad de referentes para conseguir un discurso coherente, con claras marcas de autor. 

Se trata de asimilar influencias y concretarlas en un lenguaje que se distingue en este panorama cultural. Eso denota una voluntad de estilo, que define las pretensiones estéticas de la compañía. Y todo, sin renunciar a la ejundia de un concepto. Pero sin densidades que enrarezcan la comunicación. Ese es uno de los desvelos del coreógrafo Norge Cedeño, uno de los fundadores de la agrupación. 

La propuesta construyó un espacio de sugerencias, donde el espectador, por supuesto, pudo vislumbrar múltiples caminos. Esto pudiera parecer arriesgado, hay personas que prefieren que les expliquen los temas, que el espectáculo deje bien claros sus mensajes, más allá de las pistas que pueda dar un programa de mano, o de las propias lógicas de una coreografía... 

Pero el ámbito de la poesía (y la danza, dicen, suele ser la poesía del movimiento) es el del enigma, el de la verdad que se recrea. 

Sin embargo, cabe señalar que en ciertos momentos, en la obra Ritual Garden específicamente, algunas dinámicas parecieron regodearse en su desarrollo, lo que dilató el ritmo y la concreción del planteamiento. 

Aun así, prevalecieron la contundencia de las imágenes y la efectividad de la atmósfera. 

Mención aparte merece el compromiso y la excelencia de los intérpretes. Hay un serio trabajo de grupo, de conjunto. Aunque Thais Suárez —otra de las fundadoras— establece un liderazgo indiscutible, demostrando no solo su virtuosismo, sino también una capacidad expresiva que guió emocionalmente las obras. Su presencia escénica reafirma que la danza puede ser un lenguaje en el que cuerpo e impulso espiritual se conjugan. 

La temporada de OtroLado ha sido oportunidad para celebrar los aportes de una joven agrupación al movimiento de la danza en Cuba. Un espectáculo de primera línea, fruto del empeño y de la constancia, de acuerdo... pero, fundamentalmente, del talento de sus protagonistas. 

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