Enrique Ubieta, el marxismo como brújula

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Enrique Ubieta, el marxismo como brújula
Fecha de publicación: 
3 Octubre 2025
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Marxista y cubano, por supuesto. Revolucionario hasta la médula, desde la cuna, siempre joven gracias al pensamiento que no descansa, la inquietud constante por ser parte de la historia, pero no de la que se va a contar luego, sino de la que se escribe todos los días, preocupado por ser sujeto activo en los procesos en los que cree, pero siempre, al decir de Miguel Barnet, con una brújula muy precisa:

“Lo más importante es el modo en que Enrique Ubieta ha logrado, a pesar de los tiempos tan contradictorios y difíciles que hemos atravesado, donde tanta gente le dio la espalda a la Revolución, al socialismo, marxismo, creo que uno de los más grandes méritos de este joven es que ha logrado poner en vigencia lo que nunca ha perdido vigencia, que es la teoría marxista, porque uno analiza toda su obra periodística, literaria y siempre está presente la visión filosófica, la visión marxista”.

Así lo expresó recientemente, al abrir el panel que compartió este insigne etnólogo y escritor cubano con otros relevantes intelectuales como Omar Valiño y Fernando Rojas en el espacio El autor y su obra, que el Instituto Cubano del Libro y la Biblioteca Nacional dedicaron al filósofo, periodista, ensayista, Enrique Ubieta.

Un “discutidor” de ideas

“Yo creo que la obra de Ubieta viene de unas fuentes muy claras, su sólida formación familiar, no quería olvidarlo, atravesada, por supuesto, por una alta condición ética. Los propios avatares que implica, desde niño, ser hijo de la Revolución cubana, puesto que nació en el año 58, cuatro meses antes, ya la Revolución existía, sin triunfar, pero ya estaba en las montañas y en las ciudades, y ese modo de vivenciar la Revolución y absorberla está en la genética de este escritor, ciudadano, periodista”, consideró el Director de la Biblioteca Nacional, Omar Valiño y agregó:

“Enrique, además de una alto nivel cultural, tiene sempre un pie en la calle, en la acera, en la vida popular y en la cultura popular cubana y, por último, sin orden, están sus estudios en Kiev, en Ucrania, allá desde el final de los años 70 y principios de los 80. Eso le ha dado una formación muy sólida, de ahí se explica también su conocimiento profundo del marxismo.

“Otro momento fundamental es su vinculación al Instituto de Literatura y Lingüística, que trajo la solidez, justamente de esa formación, al territorio de la literatura y de la cultura cubana plenamente. Eso explica Ensayos de identidad y explica esa obra diversa, entre comillas si se quiere, de Ubieta” y así señala el Director de la Biblioteca Nacional José Martí, de un lado, el Diario de Turín o Zona Roja: Cuba y la batalla contra el ébola en África occidental  y otros libros que ya el propio Valiño ha reseñado anteriormente:

“Cuba, revolución o reforma, enmarca el repugnante bombardeo al que nos someten diariamente, con la ventaja de un libro que se propone y logra un análisis sistémico de lo que su autor denomina una guerra. Es decir, Ubieta no observa los cotidianos obuses como textos casuales o aislados en el tiempo y el espacio, lo cual inclinaría su balanza a tratarlos en consecuencia como conversaciones de pasillo, sino como una hostilidad coordinada, organizada y enlazada a importantes grupos de poder mediático, gobiernos, fondos, etc.

“Esto no es desconocido, pero Ubieta tiene el mérito de revelar el todo como tejido desde una perspectiva muy actual. Tampoco insiste en cómo y de qué manera son financiados. Se concentra en los modelos ideológicos y los ideologemas que estructuran una contienda. Yo creo que eso atraviesa la obra de Ubieta. Y ahí se podría sumar también que, en general, él no es un discutidor de personas. Es un discutidor y un polemista de ideas”.

Si como decía Buffon, el estilo es el hombre, el estilo es el ser humano, en Enrique Ubieta la ética, la coherencia, la utopía y la defensa de la Revolución son el objetivo y la práctica de su vida. 

Revistero a Contracorriente, en Cuba Socialista, haciendo Revolución y Cultura

Su amigo Fernando Rojas, señala que “Ubieta ha sido hacedor de revistas, líder de las publicaciones que ha dirigido en todos los sentidos. Estas revistas, todas, aunque no se parecen una a la otra y hay que acercarse a ellas en su conjunto y a cada una de una manera diferente, son también, en este caso para hablar del combatiente, medios que han surgido según las necesidades de la lucha. O sea, tienen contenidos que son fundamentales para entender la historia de las ideas en el país y, a la vez, han ido respondiendo a determinadas necesidades de los momentos en que fueron concebidas y realizadas. Otro elemento común es la participación en ellas de intelectuales, escritores, artistas cubanos y extranjeros de distintas zonas de la creación y del pensamiento”.

Entre las publicaciones que fundó y dirigió está la Revista Contracorriente, que vio la luz en el año 1995 y donde Ubieta consiguió reunir las plumas de “intelectuales cubanos  y extranjeros muy destacados en textos, reflexiones, entrevistas y tenía siempre una sección de debate, un debate colectivo entre intelectuales de gran calibre. 

“Algo también muy importante en esos años, es que publicó textos inéditos. Por ejemplo, en una de las Contracorrientes salió algo que ya hoy es muy conocido, pero que se publicó por primera vez allí: la carta que el Che le escribe a Hart desde Dar-Es-Salaam, en el año 65, el 4 de diciembre, cuando se conoce que Hart está asumiendo la responsabilidad de Secretario de Organización del Partido. 

Fernando destacó que “esta revista, Contracorriente, coincidió con el premio Pensar a Contracorriente, una coincidencia feliz. Y después, fue el nombre que asumió la Videoteca Contracorriente, que Enrique dirigió también desde el ICAIC, como director de la Cinemateca.

“La siguiente revista es La Calle del Medio, que se hizo con 100 mil ejemplares entre 2009 y 2016. Publicó 102 números. Está completa en Internet. Se buscaba muchísimo. Se compraba en los estanquillos. Tenía mucha, mucha demanda. Tenía también una presencia importante de colaboradores, de humoristas gráficos, de poesía.

“Como dijo el propio Ubieta,  se trataba de un nuevo espacio de opinión y debate, una muestra del arte en su sentido más amplio, desde nuestros entretenimientos y la pasión por el béisbol, hasta temas directamente artísticos como la televisión y la literatura. Es una revista pensada para el gran público y que cumplió, a juicio nuestro, su cometido”, valoró. 

Más tarde, Enrique Ubieta pasa a dirgir Cuba Socialista, en lo que Fernando Rojas intuye como “una mezcla de compromiso, vocación y encargo. No puedo dejar de mencionar el blog La Isla Desconocida, en este ejercicio de Ubieta “revistero”, Ubieta periodista. 

“Yo creo compartir con él la comprensión de la hermosa y compleja dialéctica entre nuestra historia y la historia de nuestro pensamiento, de un lado, y el socialismo, en tanto realidad y en tanto pensamiento, de otro. Y por esa razón, Ubieta me enseñó algo que para mí ha sido fundamental: que las conquistas de la Revolución Socialista hay que mirarlas en una escala de conquistas universales mucho más trascendente que nuestras propias experiencias. Y en particular, lo que hay o lo que pueda haber de bienestar en las sociedades capitalistas es también una conquista del socialismo”. 

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