Ajedrez, bálsamo en tiempos de pandemia

Ajedrez, bálsamo en tiempos de pandemia
Fecha de publicación: 
12 Mayo 2020
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Cuando el genial José Raúl Capablanca movió sus primeras piezas a finales del siglo XIX, nadie podía imaginar el rumbo que tomaría el ajedrez muchos años después. Imposible pensar entonces que dos personas disputarían una partida sin tablero de por medio en una sala.

Jugar ajedrez era una actividad tan social como compartir una conversación tomando café. Y el intercambio en los clubes clasificaba entre lo más fascinante de un deporte ahora practicado por millones de personas.

Disímiles estudios confirman que el ajedrez desarrolla la concentración, la lógica, el análisis, la combatividad y otras habilidades. Ahora podemos añadir una más: el intercambio social desde la distancia, como ninguna otra disciplina probablemente.

Varios fenómenos del ingenio humano, como las nuevas tecnologías de la comunicación, con internet a la cabeza, han hecho posible esta bondad.

Pocos, como el Juego Ciencia, han evolucionado de la mano de herramientas informáticas y acortado las distancias físicas. Tal realidad, evidenciada desde hace décadas, toma fuerza ahora, en un mundo casi paralizado por la pandemia de la COVID-19.

Aunque varios deportes se las ingenian para mantener vivo su espíritu, mediante opciones virtuales, ninguno se compara con el ajedrez, muy activo sin renunciar a su esencia ni variar las reglas fundamentales, apenas algo en el ritmo de juego y —claro está— en la distancia de los trebejistas.

Existen incontables portales digitales para competir, recibir una clase o revivir algún famoso match por la corona mundial. Esas son, desde hace más de dos décadas, opciones a la vista de profesionales y aficionados. Sin embargo, el boom de las últimas semanas no tiene precedentes.

Playchess, Chess24, Lichess, Buho21, Ajedrezonline, ChessCube… Una larga lista de sitios web, gratuitos o sujetos a pago, están a disposición de los amantes del ajedrez, sin importar su rango o experiencia.

Cifras estimadas de las últimas semanas precisan, por ejemplo, que solo en Chess.com aparecen registrados 36 millones de usuarios, y que por estos días se contabilizan hasta 8,5 millones de partidas diarias.

El promedio anual de suscriptores de ese sitio crecía a ritmo de 35%, pero el confinamiento mundial ha ocasionado en un solo trimestre la cifra proyectada para el próximo decenio.

Las opciones de torneos van de un extremo a otro: los libres, en que los usuarios no necesitan calificación o especificación alguna para intervenir; y los organizados, dotados de ciertos requisitos.

Muchos países, incluido Cuba, han propuesto lides nacionales individuales y por equipos. Federaciones regionales también han convocado disputas en forma de liga, con varias etapas o pactados para un solo día. Grandes figuras se han sumado para concertar sus propios eventos.

El caso más significativo, entre estos últimos, fue el Magnus Carlsen por invitación, en el cual se enfrentaron ocho de los mejores jugadores de la actualidad, con una bolsa de premios ascendente a 250 mil dólares, y con duelos tipo match de cuatro partidas rápidas. El organizador se llevó un esperado triunfo final.

Otro ejemplo de la actividad competitiva en la élite, devenido en notable entretenimiento para miles de aficionados, fue la Copa de las Naciones que reunió a Rusia, Europa, China, India, Estados Unidos y Resto del Mundo.

En la lid, ganada por el Gigante Asiático, participaron estrellas como Fabiano Caruana, Ding Liren, Wesley So, Maxime Vachier-Lagrave, Hikaru Nakamura, Viswanathan Anand y Teimour Radjabov, todos desde la tranquilidad de sus casas.

Un detalle importante en este tipo de eventos es el llamado al juego limpio o fair play. Evitar ayudas externas, ya sea de otra persona o de un dispositivo informático, resulta imprescindible y existen mecanismos para detectar a los tramposos. En algunas lides se exige, incluso, contar con una cámara directa que muestre al jugador en “vivo” todo el tiempo.

CUBA SUMADA A LA INICIATIVA

En Cuba, aunque el acceso a internet no alcanza el nivel de otros países, la comunidad ajedrecística ha conseguido participar en citas internacionales y organizar sus propios certámenes.

Un campeonato por equipos constituyó el paso inicial de una experiencia que empieza a ser habitual para los jugadores de la Isla, incluidos los que ya no tienen al ajedrez como profesión, pero recuerdan buenos momentos al sumarse a estas iniciativas.

El Memorial Capablanca, el Torneo María Teresa Mora solo para mujeres, y el tradicional dedicado a Guillermito García en Villa Clara, permitieron seguir disfrutando cuando las circunstancias obligaron a migrar hacia las redes digitales.

La justa Batalla de América, jugada por equipos femeninos en forma de liga, cada semana, quedó como otro ejemplo de estos tiempos, en que la consigna #QuédateEnCasa significa la mejor opción para superar la pandemia del nuevo coronavirus.

El ajedrez ha demostrado un vez más sus bondades, de ahí que valga —y mucho— otra de las etiquetas con las cuales se han identificado los torneos en redes sociales: #AjedrezSalva.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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