Estado Islámico: Proyéctase otra vez sobre Asia

Golpeado fuertemente en el Medio Oriente, a pesar de sus protectores israelíes y norteamericanos, el Estado Islámico, sin abandonar esa región, envía células y exacerba las internas en países con gobiernos nada sumisos al imperialismo norteamericano en zonas ubicadas en el este de Asia, principalmente los integrantes de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático).

Allí se reportan violentos atentados y sublevaciones en Indonesia y Filipinas, así como infiltración en la seguridad de Singapur, donde en junio venidero tendrá lugar la inusual e inesperada entrevista entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente estadounidense, Donald Trump.

En la más reciente cumbre de la ASEAN algunos líderes de los diez países integrantes del cónclave, habitados por 650 millones de personas, habían advertido sobre la amenaza del EI, principalmente en Indonesia y Filipinas.

Desde hace cuatro años el territorio indonesio ha sufrido algunas incursiones terroristas, en las que, como sucedió hace unos días, toma ribetes muy personalizados y difíciles de detener, como es el caso de familias enteras que se prestan a ser inmoladas y asesinar a otros inocentes en aras de un Islam tergiversado a la conveniencia de quienes dirigen el engendro, casi siempre elementos reclutados por agencias de inteligencia occidentales y que jamás han pensado en suicidarse.

El entuerto ha sido mayor en Filipinas, donde el presidente Rodrigo Duterte, quien ha asestado fuertes golpes al narcotráfico y la delincuencia en general, tuvo que dirigir personalmente una victoriosa lucha contra integrantes del ejército fanáticos del extremismo islámico que se habían apoderado de una amplia región, que incluía la ciudad de Marawi. No obstante, el conflicto prosiguye en otras partes de la nación.

AMENAZAS MUY REALES

El sudeste asiático se enfrenta a amenazas "muy reales" del grupo Estado Islámico, a pesar de su derrota en el Medio Oriente, y de ciberataques, advirtió el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, en la apertura de la más reciente cumbre de la ASEAN.

Partes de los 10 países de la región, que agrupa a 650 millones de personas, llevan tiempo enfrentando la amenaza de la militancia islamista. La emergencia del grupo EI sirvió como nuevo punto unificador para los radicales y dio impulso a los grupos extremistas.

Por otra parte, el hecho de que cada vez más personas adopten la tecnología digital en su día a día en el sudeste asiático hace que aumente el riesgo de ciberataques en la región.

Los líderes de Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Birmania, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam acordaron aumentar la coordinación en materia de ciberseguridad, y coincidieron en que la apertura de los sistemas globales de comercio, que permitió el florecimiento de muchas de las economías de la región, basadas en la exportación, está bajo una amenaza creciente, debido a las políticas proteccionistas de las grandes economías, como Estados Unidos.

Todos coincidieron en que para defenderse contra el terrorismo, cuando se habla con una voz, se puede ser efectivo.

En este contexto, agencias de inteligencia de seis de los países miembros de la ASEAN han coordinado esfuerzos para detener la entrada y acciones de los terroristas y, pese a la inesperada situación, no han respondido a la ayuda ofrecida por órganos similares de Estados Unidos, Israel y Australia, no se sabe a ciencia cierta si porque las dos primeras son señaladas como máximas incIadoras del Estado islámico y la última extremadamente sumisa a los dictados de Washington.

Y no es para menos, porque en el portal del colega Cubadebate se publicó el 21 de agosto pasado un artículo de la especialista Nazanín Armanian, en el que el ex asesor de seguridad de la Casa Blanca, Zbigniew Brzezinski, declaró a la revista francesa Le Novel Observateur que había creado al Estado Islámico y que no se arrepentía.

“¿Qué es lo más importante para la historia del mundo? ¿El Talibán o el colapso del imperio soviético?”, fue la respuesta a la pregunta sobre las atrocidades que cometen los terroristas, lo cual demostraba una escalofriante falta de ética de individuos como él que destruyen la vida de millones de personas para alcanzar sus objetivos.

Pero más exacta que la declaración de Brzezinski es a mí entender la de Edward Snowden, quien reveló que Israel creó el EI para inventar un “enemigo” y justificar su genocidio.

Snowden, ex empleado de la agencia de inteligencia del gobierno de Estados Unidos, NSA (siglas en ingles), explicó como los servicios de inteligencia de EE.UU., Reino Unido e Israel colaboraron juntos, a través de la Mossad (Agencia de seguridad de Israel), en la creación del Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL o también conocido como ISIS, hoy denominado simplemente EI).

Fue la Mossad, quien formó una organización terrorista que pretendía unir a todos los grupos extremistas del mundo en un sitio, usando la estrategia denominada “El nido del avispón”.

De acuerdo con documentos publicados por Snowden, el propósito de esta organización es la salvaguarda del Estado Sionista, a través de la creación de lemas religiosos e islámicos, de tal manera que “la única solución para la protección del Estado judío es crear un enemigo cerca de sus fronteras”.

En ese sentido, el Mossad procuró el entrenamiento militar, cursos de oratoria y teología, al líder del Estado Islámico, Abu Bakr Al Baghdadi. Hay que señalar que el EI jamás molestó, ni accidentalmente, a soldado israelí alguno, en tanto Israel le sirvió de refugio, avituallamiento y hospital, además de punto de partida de numerosas incursiones genocidas.

Ahora, tal enemigo, con muchas de sus huestes originarias del Sudeste Asiático derrotadas en Sira e Iraq, regresan a su terruño nada arrepentidas, sino listas para seguir aterrorizando a diestra y siniestra mientras puedan.