Mario Benedetti y Eduardo Galeano junto a amigos en Montevideo

La XXXIX Feria Internacional del Libro (FIL) fue el pretexto para que esa institución cultural, junto a la embajada cubana en Montevideo y entidades uruguayas, organizaran un homenaje a los destacados intelectuales, que tuvo como colofón un concierto de Daniel Viglietti.

En un documental, el presidente de Casa de las Américas, Roberto Fernández Retamar, y Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias, disertaron sobre la presencia e impronta dejada por Benedetti y Galeano a su paso por La Casa.

'Mario era un hombre muy dulce, tierno y fraterno, y todos lo recordamos con mucha gratitud', dijo Retamar, y 'lo consideramos y él se consideró un integrante de La Casa', aseveró.

Mientras Eduardo fue 'lo mejor de aquello que nosotros aspiramos', apuntó el también poeta y ensayista cubano.

Por su parte, Caridad Tamayo, directora del Fondo Editorial Casa de las Américas, destacó que era una obligación hacer este homenaje para ellos, no hacerlo 'era impensable', apostilló.

En sus palabras recordó a la fundadora de la institución cultural cubana, Haydée Santamaría, cuando dijo que 'los verdaderos trabajadores de La Casa eran todos los amigos que estaban alrededor del mundo'.

El escritor uruguayo, Fernando Butazzoni, en tanto, agradeció a Casa de las Américas por la iniciativa de hacer este homenaje, que en su opinión, 'tiene muchísimas razones para hacerse, no solo por la coyuntura de la FIL, sino 'porque ellos caminaron por la misma senda e hicieron el mismo recorrido'.

Tanto Mario como Eduardo 'eran tipos entusiastas en la vida, muy alegres y muy llenos de esperanza'.

Butanozzi mencionó el compromiso de los dos intelectuales uruguayos como escritores con sus lectores, y destacó que si algo caracterizó la vida de ellos 'fue su compromiso con la literatura, la escritura y con sus lectores', y que se expresó 'de mil maneras diferentes', acotó.

Fueron dos hombres que no dieron la espalda a su tiempo ni a los desafíos, lo cual se vio, dijo, 'en la postura que asumieron respecto a la Revolución cubana'.

Señaló que otro factor que los unió fue su vínculo con Casa, 'compartido con miles de intelectuales del mundo, latinoamericanos, caribeños, europeos y asiáticos'.

Acompañado por su inseparable guitarra, Viglietti comentó que se cumplen 50 años de haber comenzado 'a aprender en Casa de las Américas', y enunció que tuvo el 'privilegio de haber trabajado con Mario y Eduardo'.

Interrogado por Prensa Latina sobre la memorable jornada, el cantante, compositor y guitarrista uruguayo subrayó que fue una noche de 'abrazos y memorias mezcladas muy fuertes'.

'Fue muy curioso porque aquí estaba omnipresente Cuba, la embajadora, la gente de Casa de las Américas que vino de La Habana, de modo que era muy fuerte toda esa mezcla cubano-uruguaya y la compañía de esos dos, que me gusta llamarlos maestros, porque aprendí mucho de ellos'.