Heras León: «Si viene el Premio, Aleluya» (+ FOTOS)

Heras León: «Si viene el Premio, Aleluya» (+ FOTOS)
Fecha de publicación: 
5 Enero 2015
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Fotos: Cortesía de Xavier Llovet y Archivos del IILA

Con cuatro tipos de sangre en sus venas se define este habanero, que prefiere como primera profesión la de maestro.

 

Su marfilina y perfecta dentadura asoma en su rostro que denuncia el “ajiaco cubano” de tantas razas mezcladas y favorecedoras  de una apariencia siempre juvenil, no obstante haber nacido en 1940.

 

Me acompaña en esta conversación la voz parsimoniosa, que en ocasiones se apaga por la emoción o se interrumpe con la risa provocada por las propias ocurrencias de uno de los cuatro finalistas candidatos al Premio Nacional de Literatura 2014.

 

A pocos días de la notificación del Premio que se entregará en la Feria Internacional del Libro de febrero próximo, se disparan las expectativas entre quienes siguen de cerca la trayectoria de los narradores Eduardo Heras León y Mar¬garita Mateo Palmer, así como la de los poetas Lina de Feria y Delfín Prats.

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No dejé pasar la oportunidad de intercambiar con Heras León, tras 14 años de su primera visita -como él mismo denomina- a la “hermosísima Roma hasta en sus piedras viejas” para representar a Cuba en la VI Conferencia Italia-América Latina y el Caribe, en el marco de la Feria Nacional de Editoriales Pequeñas y Medianas “Más libros, más libres”, que anualmente organiza el Instituto Italo-Latinoamericano(IILA), junto a las 20 embajadas miembros.

 

- ¿Cómo fue la acogida de Cuba en la VI edición de “América Latina Tierra de Libros” Encuentros y Desencuentros?

 

- Yo participé en tres paneles en esa Feria del Libro: Uno dedicado a la Nueva Novela Latinoamericana con un grupo de escritores de la Región. Fue un panel muy interesante.

 

El segundo panel fue “El Microcuento, relatos breves y las nuevas formas de narración” acerca de la microficción, osea del minicuento. Este género en Cuba ha tenido un auge extraordinario en los últimos años sobretodo gracias al concurso de minicuentos El Dinosaurio, en honor a Augusto Monterroso y que convoca el Centro. Ahora mismo hay como un boom del minicuento en Cuba. Ya hemos publicado varios libros. Y déjame decirte que se parangonan con cualquier minicuento de cualquier país latinoamericano, con muchos años más de desarrollo. Sin embargo, bueno, como en todo caso, se advierte el talento del cubano que está ahí, y bueno hoy en día hay una riqueza enorme de este minicuento.

 

El tercero fue “Formas de la Literatura Latinoamericaca en el Nuevo Milenio”, que propició acercarnos a los nuevos medios tecnológicos que se están empleando recientemente para hacer narrativa.

 

Además impartí la charla “La Narrativa Cubana Contemporánea” en el Aula Magna de la Universidad de Estudios Internacionales de Roma para los estudiantes de la Facultad de Interpretación y Traducción. El encuentro me dejó satisfecho porque realmente se vió que los muchachos estaban muy interesados, tomaban muchas notas, me hicieron muchas preguntas.

 

- ¿Por cuáles temas se interesaron?

- En general por la situación que vive Cuba, en la literatura que se produce en la Isla. Un joven me preguntaba que si los escritores viejos perseguían a los escritores jóvenes. Y yo le dije, te voy a responder como mi amigo fallecido Luis Rogelio Nogueras, el inolvidable Whichy a quien le hicieron esa misma pregunta una vez y dijo: “Mira, no es que los escritores viejos estén persiguiendo a los escritores jóvenes, sino más bien los escritores viejos persiguen a las escritoras jóvenes”. (risas) Y el muchacho se reía porque relamente entendió el chiste.

También se interesaron en saber si y cómo se reflejan a Fidel, a Raúl y al Che en la literatura nuestra, en el desarrollo de los jóvenes, si ha existido la censura en Cuba, en fin... las preguntas habituales que se hacen siempre, pero me pareció que fue muy, muy provechosa la charla, y quedé muy contento.

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EL CENTRO LES DA UNA NUEVA DIMENSIÓN DE LA LECTURA

- ¿Qué diría Ud. respecto al impacto entre el público de la Feria durante sus intervenciones acerca del trabajo del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso y la preparación del joven relevo de narradores cubanos?

- Mira, eso me llena de orgullo y de satisfacción haber contribuido a este auge de la narrativa entre los jóvenes cubanos y que el auditorio se haya interesado por las experiencias de trabajo en el Centro y sus resultados. Primero porque yo soy maestro fundamentalmente. Yo te diría más que escritor. Si me ponen a escoger mi vocación primaria es la de maestro. Y yo me siento muy feliz de poder interactuar con los jóvenes.

Por el Centro han pasado más de 800 jóvenes narradores, aseguró el autor de “La guerra tuvo seis nombres”, “Los pasos en la hierba”, “Acero”, “A fuego limpio”, “Cuestión de principio”.

Por supuesto, se los digo siempre –continuó Heras- no todos van a salir escritores, pero si no salen escritores, salen promotores de la literatura, asesores literarios o amantes de la lectura, porque el Centro les da una nueva dimensión de la lectura que es importante.  

Llevamos 17 años ya. Al principio algunos decían: “¡qué bueno que estábamos creando una escuelita de escritores! o que los escritores no se formaban así”. Pero un día Lisandro Otero me dijo algo que le salió del fondo del alma. Me dijo: “Eduardo, tú sabes cuál es el problema, que tú nos estás preparando la competencia, viejo. ¿Entiendes?” (risas)

Entonces, bueno... estos son jóvenes con mucho talento.

Ante esos criterios, el escritor, editor, periodista, crítico literario y de danza, reafirma: “Nosotros no tenemos una escuelita de escritores. Nosotros les damos las técnicas narrativas, les damos un poco más de cultura literaria y luego los soltamos al ruedo. Cada cual con su talento, saldrá o no escritor; pero en todo caso salen mejores seres humanos, que es lo importante”.

- ¿Algunos nombres de esos jóvenes talentos que hoy día están puntando en la narrativa cubana?

-Están, por ejemplo, Jorge Enrique Lage, Amelis Hechavarría, la holguinera Mariela Varona, Anieska Hernández, de Pinar del Río. Son muchachos que tienen un enorme talento. Por el Centro pasó Alberto Garrido, bueno... de Holguín hay una gran cantidad de escritores, prácticamente vienen de todas las provincias... y lo más importante: ¡se ganan todos los premios literarios! Últimamente la gente asiste a las premiaciones a ver qué premio dejó vacante el Centro Onelio, porque realmente casi todos los premios se los ganan ellos. Y eso es algo, ¿no? Eso, por lo menos, es una huella.

- Y sobre todo pensando en cómo están muchos jóvenes en el mundo. Tener este nido, esta cueva, esta fábrica de corazones, porque escribir es dar amor.

-Claro, mira, incluso el compañero Abel Prieto, que tuvo tanto que ver con la fundación del Centro, porque él me estimuló mucho por un lado, y me presionó también por el otro para que acabara de hacer ese Centro; siempre decía en las graduaciones de nuestros cursos: “Eduardo, tú no sabes lo que significa venir aquí y estar con 50, 60 jóvenes que te hablen de literatura, que no te hablen de frivolidades, ni de banalidades, sino que vienen aquí por la literatura; y esto para mí es un abrigo, un refugio, donde yo me siento a las mil maravillas. Te das cuenta, estar discutiendo de literatura con jovencitos escritores. Bueno, eso es más de lo que uno pueda aspirar”.

- ¿En manos de quién están las riendas de la narrativa cubana actual y cómo Ud. la valora?

- Goza de muy buena salud últimamente, sobre todo por la irrupción de una promoción nueva de jóvenes escritores que en nada se parecen a nosotros, lo cual es muy lógico.

- Cierto, cada generación tiene su toque...

-Claro, y todo proceso cultural está hecho a base de continuidad y ruptura. Entonces, cuando asume una nueva promoción, se rompe con todo lo anterior. Como se dice “mata a los padres” y se lanza por su camino a ocupar su sitio bajo el sol. Me parece muy bien, ¿no? Y tienen derecho a eso, sobretodo cuando tienen talento, ¡que lo tienen!

Antes difícilmente encontrabas a un joven con menos de 30 años escribiera un libro. Hoy en día, jóvenes de 18, 19 años escriben, y con una enorme calidad. Y eso no solamente es de agradecer, es muy estimulante, ¿no? Realmente uno se entusiasma con esos jóvenes, que -por supuesto-  tienen sus temas y sus conflictos que son diferentes a los nuestros.

Ellos no vivieron el pasado que vivimos nosotros y bueno, pues adelante. Y nosotros en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorje Cardoso y en general, en mi actividad, yo los estimulo siempre, les lleno de entusiasmo porque me parece que por ahí va el camino.

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EN ONELIO TIENEN LA OBRA DE UNA DE LAS GRANDES FIGURAS DE LA CUENTÍSTICA LATINOAMERICANA

- Vigencia de “El Cuentero Mayor” Onelio Jorge Cardoso en el centenario de su natalicio.

- En el Centro hemos hecho lo posible y lo imposible por rescatar a Onelio para los jóvenes y creo que hemos logrado algo. Sobretodo para que se den cuenta que en Onelio tienen la obra de un cuentero y de un cuentista que es una de las grandes figuras de la cuentística latinoamericana. Creo que eso ha ayudado un poco en el rescate de la lectura de sus obras, cuatro o cinco cuentos de Onelio que son obras maestras de la literatura universal ¿no? Y bueno, hemos logrado de cierta manera rescatar un poco su memoria y su obra.

 

Onelio fue un gran amigo mío. Yo lo respeté, lo quise mucho siempre y de cierta manera fue recíproco conmigo. Cuando fundé el Centro entre los muchos nombres que pude haberle puesto, le puse precisamente el de Onelio, primero porque está muy relacionado conmigo, muy ligado a mi vida cuando yo comencé a escribir. Recibí mucho estímulo de parte de él. Después, incluso me consultaba cosas y tuve una amistad estrecha. Entonces, qué mejor que ese nombre para presidir un Centro que prepara jóvenes narradores, porque él tuvo con los jóvenes una cercanía muy grande.

 

Y bueno, tú sabes, su obra es importantísima. Un poquito venida a menos, se lee un poco menos por otras motivaciones.

 

Durante el 2014 por el centenario del natalicio de Onelio el 14 de mayo de 1914 hicimos un montón de actividades, coloquios, encuentros literarios, participamos en homenajes organizados por su ciudad natal Calabazar de Sagua, en la provincia de Villa Clara.

 

Por otra parte, yo estaba muy vinculado Onelio, siendo mi madre de la misma ciudad, ellos compartieron aulas, fueron alumnos de la misma escuela y mantuvieron también una buena comunicación.

 

UN GUAJIRO INVENTOR DE HISTORIAS FABULOSAS

 

- Del trazado de la escritura de Onelio, ¿qué lleva Ud. al Centro, qué transmite a sus pupilos de ese cuentero excepcional?

 

-Mira, transmitimos, primero su enorme y maravilloso sentido del humor, su capacidad de narración oral que era extraordinaria, ¿no? Yo tengo a flor de labios montones de anécdotas relacionadas con él y de lecturas que hicimos juntos. ¡Cosas así increíbles! A veces hago esas anécdotas, esos cuentos y los jóvenes se ríen y se divierten mucho porque era un hombre extraodinario. Como decimos nosotros era un “Guajiro Natural”. Un guajiro inventor de historias fabulosas. Nada más hay que leerse el cuento El Cuentero, que no es más que él mismo, es decir, su álter ego que ha dejado tanta huella en la literatura cubana.

 

YO ESCRIBO LO QUE YO VIVO

 

- Profesor Heras, la noticia más grata para quienes le conocemos y admiramos su obra es su candidatura entre los cuatro finalistas al Premio Nacional de Literatura 2014. ¿Cómo Ud ha recibido todo este proceso del jurado?

 

-Mira, desde hace tiempo he estado propuesto en distintas ocasiones. Este año cambió un poquitico la metodología del Premio y se dieron a conocer los finalistas. Tengo entendido que tengo muchas nominaciones de muchas instituciones culturales. Y bueno, en caso que se diera, sería un Premio que es el colofón de toda una vida. Y entonces, uno puede decir que no escribí en vano, ¿no? Que por lo menos he dejado una huella.

 

Los premios son menos importantes, lo importante es dejar huellas y escribir para la posteridad. Sobre todo, para que cuando te lean puedan estudiarse una época a través de esa literatura. Me parece que mi obra en ese sentido es así. Yo escribo lo que yo vivo; y he vivido un proceso revolucionario difícil, de años duros y magníficos también.

 

Bueno, si viene el premio ¡Aleluya! (risas) Sería una maravilla y sería un colofón hermosísimo para mi vida, que ha sido dedicada sobre todo a enseñar a los otros. Me parece que es una de las mejores maneras que yo tengo de decir que sigo vivo, que estoy vivo.

 

- Si, precisamente pensaba que entre los candidatos –sin desdorar la obra de los otros contrincantes-, Ud. ha dejado una profunda huella en la formación de los narradores cubanos.

 

-Si, mira, posiblemente uno de los premios o galardones que he recibido y más me ha conmovido es el de “Maestros de Juventudes”, que me otorgó la Asociación Hermanos Saíz. Ese premio está en los libros que hacen los jóvenes egresados del Centro y en que ellos escriban cada día mejor. Ese es mi mayor premio.

 

OJALÁ PUDIERA VOLVER OTRA VEZ A LA HERMOSÍSIMA ROMA

 

- Emociones que porta consigo a Cuba tras este viaje a Roma...

-Bueno, imagínate, he vuelto a este sitio, al cual pensé que no iba a volver. ¡Me he saturado de Roma, es decir, he vivido Roma!

 

La otra vez, cuando estuve por aquí, pasé, vi tres o cuatro monumentos históricos que pude ver y terminó. Pero bueno, ahora me he sentido muy bien con atenciones que no esperaba tener.

 

No tengo palabras para elogiar a los compañeros de la embajada de Cuba en Italia, no esperaba un trato así. Sin embargo, he visto cómo aquí se atiende la cultura, qué concepto se tiene de la cultura, se ve cómo hay comprensión de que la cultura abre puertas, abre relaciones, y me he sentido muy bien. Estoy  colmado de atenciones y eso me hace sentir muy bien. Ojalá pudiera volver. Ahora sí quisiera volver otra vez a esta ciudad hermosísima que es Roma.

 

-¿Cuándo fue que estuvo Ud. en Italia por primera vez?

 

- Estuve en el año 97, invitado a un festival del periódico L’Unitá a través del periodista Gianni Miná. Estuvimos un mes aprovechando el maravilloso viaje por Italia, pensado que a lo mejor ya no habría oportunidades de volver por este país.

 

Como tú sabes, los tesoros artísticos de esta nación son una cosa extraordinaria. Prácticamente me pasaba todo el día llorando, ¿no?.

 

- ¿En qué sentido?

 

- En el sentido de que, imagínate, estudiaba eso en Historia del Arte, allá en Cuba, y entonces de pronto estar al lado del David, del Moisés, de las esculturas de Bernini o de las pinturas de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, en fin...

 

Durante un mes recorrimos una gran parte de Italia. No pensé que iba a volver, y mira, aquí estoy de nuevo, y en Roma, una ciudad hermosísima. Hermosa hasta en las piedras viejas.

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- Italia y La Dolce Vita, su más reciente publicación dedicada a Julio Cortázar. ¿Alguna relación?

 

-Mira (risas). El problema es que –como todo lo que yo escribo- fue una cosa que me sucedió a mí. Es un acontecimiento medio extraordinario y medio fantástico, por eso se lo dediqué a Julio Cortázar.

 

Cortázar decía que a veces en la vida no se sabía por qué, en un momento determinado, se abría una puerta y uno aparecía en otro mundo, donde las leyes de ese otro mundo no funcionaban exactamente igual.

 

Bueno, a mí me pasó algo parecido. Hay como un atisbo ahí fantástico. Ese cuento durante muchos años estuve por escribirlo, pero no sabía cómo lo iba a terminar. Lo que pasa es que hubo ahí un colofón extraordinario. Nos reunimos en un lugar un grupo de escritores y surgió ese tema. Conté el cuento y alguien se puso de pie pálido y dijo que a él le había sucedido lo mismo, en el mismo lugar. Y eso fue como un chispazo, el impulso que me faltaba para escribir el cuento.

Le puse Dolce Vita porque tiene mucho que ver con una pizzería nuestra. El cuento me ha dado muchas satisfacciones. Lo he leído en muchos lugares y la gente me pide siempre que lo lea.

 

YO SOY CUBA, EL MISMO AJIACO QUE DECÍA DON FERNANDO ORTIZ

 

- Siempre he tenido la duda de si sus raíces asiáticas le vienen por el apellido León, ¿es de origen chino?

 

-Mi origen es un poquito distinto. Yo soy nieto de chino por vía paterna. Mi apellido Heras es catalán. Mi padre tenía su nombre chino, pero quedó huérfano muy joven, casi un niño, y una familia catalana lo adoptó, lo bautizó, le dio su apellido, y por eso somos Heras. León era el de mi mamá.

Mi abuelo por parte de madre era canario, un rubio de ojos verdes. Y mi abuela materna era descendiente de indios. Entonces, se creó el ajiaco cubano, o sea, que yo tengo las cuatro razas: yo soy Cuba, como se dice popularmente. Hay una mezcolanza ahí que cada vez que en la escuela iba a llenar una planilla y preguntaban qué raza, la maestra me decía: pon cualquiera (risas).

De mis raíces chinas tal vez conserve un poco la paciencia, creo que algo capté de eso. Y bueno, esos son mis orígenes. Ya te digo, es una mezcolanza completa, el mismo ajiaco cubano al que se refería Don Fernando Ortiz.

 

Como tantos cubanos dignos, es motivo de orgullo nacional este formador de generaciones, acreedor de la Distinción por la Cultura Nacional en 1990 y  próximo a cumplir 75 años.

 

Su trayectoria laboral, iniciada prematuramente a los 12 años de edad por su condición de huérfano en tareas de limpiabotas, vendedor de periódicos y otros oficios, no le impidieron continuar estudios, recibir galardones literarios, graduarse en la Escuela Normal de Maestros hasta obtener títulos universitarios en Filología y en Periodismo, sin dar la espalda a la realidad social de su entorno.

 

En la historia política e intelectual del Premio Nacional de Edición 2001, se distinguen su condición de asociado al Movimiento 26/7, de segundo jefe de la Batería 7 de morteros 120 mm en los combates de Playa Girón, de jefe de Redacción en varias publicaciones periódicas de la Mayor de las Antillas, y editor jefe en diversas editoriales cubanas.

 

“Si viene el premio... ¡ALELUYA!”, asevera con modestia el también académico universitario con una fecunda obra narrativa en rumbo ascendente que lo ha avalado –entre otros méritos- para importantes reconocimientos internacionales y para ser el actual vicepresidente primero de la Asociación de Escritores de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba. Estoy segura que tantos mortales ya lo felicitan por la obra de su vida.

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