Venezuela: Golpe suave contra la revolución

Derrotados en par de comicios presidenciales (octubre 2012 y abril 2013), uno regional (diciembre 2012) y otro municipal (diciembre 2013), los sectores más radicales que adversan al gobierno activaron un plan de acciones violentas tendentes a generar desestabilización.

En minoría frente al potencial político del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y las fuerzas del Gran Polo Patriótico (GPP), la ultraderecha nacional e internacional activó una ofensiva mediática cuyo fin es mostrar una imagen distorsionada de la realidad en el país.

El dirigente del PSUV Aristóbulo Isturiz expuso elementos que revelan la práctica de medios privados y portales digitales, donde fotos de una protesta en Cataluña (España) se convirtieron de pronto por la magia de la manipulación en una cadena humana ubicada en Táchira.

Además, imágenes de acontecimientos en Grecia, Siria, Brasil e incluso Venezuela en años anteriores fueron reproducidas bajo el argumento de denunciar presuntas acciones de represión por parte de los cuerpos de seguridad.

Sin embargo, silencian o apenas mencionan la violencia opositora que desde el 12 de febrero y hasta la fecha dejó un lamentable saldo de tres fallecidos y varias decenas de heridos, además de importantes pérdidas materiales, según el balance presentado por el Ministerio Público.

Para los expertos, el origen del plan de subversión apunta a Estados Unidos, cuyas intenciones quedaron al descubierto tras la exigencia al gobierno venezolano de cesar acciones legales contra Leopoldo López, dirigente del partido de derecha Voluntad Popular.

Con un extenso historial golpista, López es responsabilizado con la actuación de los grupos fascistas involucrados en los intentos de desestabilización y contra la institucionalidad en el país.

Por supuesto, no faltan los que como el gobernador opositor Henrique Capriles del estado Miranda atribuyen a las autoridades centrales la responsabilidad de la violencia.

Estudiantes de diversos centros privados de enseñanza superior, activos participantes de las protestas, reclaman de manera periódica su derecho a expresarse de manera pacífica, lo cual contempla la Constitución.

Empero, se muestran contrarios a la labor de instituciones como la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana cuando actúan de forma enérgica y contenida para restablecer el orden público.

Frente a esa coyuntura, el llamado del PSUV a su militancia, al GPP y movimientos sociales es a ocupar las plazas Bolívar en todo el país, además de sitios estratégicos, con un mensaje de paz y al mismo tiempo, de defensa de las conquistas del proceso revolucionario.