Las dos pasiones del cantautor cubano Raúl Paz

Las dos pasiones del cantautor cubano Raúl Paz
Fecha de publicación: 
29 Agosto 2013
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Un artista cubano sin dudas difícil de encasillar, Paz se define como un tipo tímido y familiar, que no cree en lo definitivo y que ha hecho muchas cosas para estar seguro de lo que no quiere hacer.

Autor prolífico, cuyas letras de lírica urbana tienen mucho en común con las crónicas juglarescas, Paz le aseguró a Prensa Latina que el oficio de escritor le seduce, pero a la vez le intimida.

"Siempre me fascinaron los trovadores que iban cantando historias de pueblo en pueblo, y me gusta ese rol de cuenta cuentos, ya sean reales o inventados", comentó con su sempiterna sonrisa cansada.

Al preguntarle si se atreverá a escribir prosa responde: "Cuando me aburra de subir a los escenarios... ¿por qué no? En anécdotas solo tengo mucho que contar".

Y en verdad ha vivido con intensidad desde que vino al mundo en 1969, en el occidental poblado de San Luis, provincia de Pinar del Río: es un artista cosmopolita, pero pinareño de alma.

Antes de entrar al bachillerato quería ser arquitecto, pero igual tocaba en un grupo musical aficionado cuyos integrantes se creían, recuerda, "los Beatles de Pinar del Río".

Como cuenta en su canción "Revolución", a los 15 años comprendió que sus sueños solo serían posibles en La Habana, y vino a vivir con una tía, hasta entrar al Instituto Superior del Arte.

Ahí conoció al profesor Armando Suárez del Villar, que abrió su espectro musical y lo introdujo a la ópera, el ballet y la música clásica, mientras alternaba sus estudios de canto y actuación.

Por aquella época tuvo la suerte de ser elegido por el cineasta cubano Fernando Pérez para su filme "Hello Hemingway", experiencia enriquecedora que lo convenció de que lo suyo era el canto.

Sobre Pérez, uno de los realizadores más importantes de Cuba, Paz aprendió lo importante de comprometerse con su obra, el sacrificio que entraña todo, y la necesidad de ponerle la vida a su arte.

En música tenía cierto retraso respecto a sus compañeros de aula, provenientes del sistema cubano de enseñanza artística, como Iván del Prado, que llegaría a dirigir la Orquesta Sinfónica Nacional.

Pero tenía talento y condiciones, y se ganó una beca de canto clásico en la Schola Cantorum del Conservatorio de París: allá, tan lejos de Cuba, fue que conoció mejor la música de su país.

Para ganarse la vida, pagarse el alquiler y demás, iba de bar en bar con su guitarra, hasta caer en un restaurante de comida mexicana dirigido por un árabe, donde se especializó en música tradicional.

Aquello estaba cantado, porque Paz nunca se vio vestido de frac, cantando ante un piano: "ser cantante de ópera es como ser cura, exige rigor, sin fumar, beber o trasnochar", evocó.

Después vino el éxito, el reconocimiento, el álbum Mulata (2003) y tres más, que le enseñaron que el secreto estaba en ser honesto, no hacer demasiadas concesiones y respetarse a si mismo.

"Mi música se parece a mi", afirma rascándose su incipiente barba y reconociendo la influencia de la música profunda de Cuba, desde el trío Matamoros y Guillermo Portabales hasta una rumba de cajón.

En su lucha constante por ser actual, Paz defiende su manera de decir las cosas, y no teme al riesgo, como cuando compuso Carnaval para la cantante francesa Camille, "más loca que yo", dice.

Amante de las historietas de adulto, Paz lee relatos cortos y le gusta Julio Cortázar, aunque tiene menos tiempo que antes para la lectura, entre sus dos pasiones: la música y la familia.

Ser padre le cambió la vida, e intenta ser lo más correcto, pues la de músico es una profesión que tiende al desenfado, y cree que la familia es como un país pequeño que hay que crear y defender.

A veces siente que le debe una canción a Hemingway, personaje que parece perseguirlo, pero tendría que grabar cientos de discos para pagar las deudas sentimentales que tiene con musas y amigos.

Por eso evita las dedicatorias directas tanto como explicar sus canciones, porque este músico tan relajado asegura que solo hay una cosa que lo traumatiza: dar órdenes.

Comentarios

Este cubano simple de alma y complejo de sentimientos. Es uno de los talentos mas grandes que e conocido en este ultimo tiempo. Lamentablemente, aun no visita mi pais, chile. Ojala puedan difundir su musica, por aca y ser posible su visita.

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