Realizan en California caravana por reforma migratoria

Una caravana de vehículos realiza este miércoles un recorrido por California (oeste de Estados Unidos) para exigir que se agilice la reforma migratoria en el congreso, una de las deudas pendientes del presidente de ese país Barack Obama.

De acuerdo con grupos civiles, en la caravana se cuentan más de 200 automóviles, camiones y ómnibus que salieron del centro de Los Ángeles hasta la localidad de Bakersfield, donde radica el despacho del legislador republicano Kevin McCarthy.

Integrantes de los grupos civiles afirmaron a los medios de comunicación que el congresista McCarthy es el responsable de garantizar el apoyo necesario en cada votación que promuevan sus correligionarios en la Cámara de Representantes.

Los activistas se proponen sumar durante el trayecto hasta mil vehículos y también prevén informar sobre las dificultades que enfrentan familias que no tienen los permisos para permanecer en el país.

Entre los grupos que organizan la concentración están proinmigrantes, sindicatos, empresas y religiosos que piden a la mayoría republicana de la Cámara baja para que apoye la reforma migratoria.

La reforma tiene que pasar por el visto de la Cámara de Representantes para ser promulgada, no obstante la Cámara Baja, bajo control republicano, aún no ha dado luz verde a esta reforma.

Una de las principales promesas de Barack Obama como candidato presidencial (en 2008) fue la de concretar una reforma migratoria integral que legalizara la situación de 11,6 millones de inmigrantes sin papeles que residen actualmente en Estados Unidos.

La falta de acción gubernamental también motivó a varios estados para adoptar leyes antiinmigrantes como la SB1070 de Arizona, la cual autoriza a los policías chequear la situación legal de quienes consideren ilegales.

Pese a que Obama ha dicho que apoya la reforma migratoria para que los indocumentados en el país puedan legalizar su estadía, su gobierno ha deportado cerca de 1,5 millones de personas en su primer mandato.

Desde el 2012, en Estados Unidos se aprobó un programa que aplazó las deportaciones de los indocumentados, siempre que sean menores de 30 años, estén estudiando y hayan llegado al país antes de los 16 años.