Verónica Lynn está otra vez en escena... y muy bien acompañada

La sala El Sótano, en el Vedado habanero, acogió el estreno de Un domingo llamado deseo, puesta en escena dirigida por Norge Espinosa a partir de su propio texto. La obra reúne en el escenario a dos leyendas del teatro cubano: Verónica Lynn y Carlos Pérez Peña, acompañados por Ernesto Pazos, Fernando Ramírez y Joel Sotolongo, quienes se alternan en un personaje. Esta coproducción del proyecto Trotamundo y Teatro El Público se presentará durante los fines de semana de septiembre.

A medio camino entre la invención y la biografía, la pieza relata el regreso de una ilustre actriz a un teatro para recibir un homenaje, mientras revive personajes y pasajes de su pasado que se proyectan en los desafíos de su presente. Desde esa premisa, se despliega un relato que combina memoria, emoción y reflexión sobre el acto teatral y su capacidad de trascender el tiempo.

Un domingo llamado deseo es también una evocación del gran caudal simbólico del teatro y una indagación sobre su historia en Cuba, con sus luces y sombras. La propuesta se detiene en la memoria viva de los escenarios, en las huellas que deja cada representación y en la manera en que la escena dialoga con la vida misma, abriendo espacios para la introspección y el homenaje.

La presencia de Verónica Lynn y Carlos Pérez Peña, ambos merecedores del Premio Nacional de Teatro, confiere a esta puesta un valor extraordinario. Su lucidez y permanencia sobre las tablas confirman que el arte escénico se nutre tanto de la experiencia como de la renovación, y que el homenaje al pasado es, también, un gesto de confianza en el presente y en la continuidad del teatro cubano.