Un poco más de respeto al descanso ajeno

Un poco más de respeto al descanso ajeno
Fecha de publicación: 
5 Abril 2022
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Tania es una joven podóloga, madre de dos hijos menores de 11 años, quien desde hace pocas semanas se mudó dentro del mismo municipio Plaza de la Revolución, de Nuevo Vedado, en las alturas de un piso 12, al corazón del Vedado, pleno 23 y J, en un edificio en planta baja, donde todavía no se acostumbra al cambio espacial y sonoro, característico de ese entorno.

Vivir a unas cuadras del Coppelia, el cine Yara, próximo a la vida popular de la Rampa, el Malecón habanero, ocasión perfecta de salidas en pareja y grupo, para muchos podría ser un sueño o la divina comodidad, sin embargo, la algarabía que retumba contra paredes y ventanas, sobre todo los fines de semana, atentan contra el sueño nocturno de muchas Tanias.

Así nos explicó que, entre desvelos y sustos, las madrugadas de viernes y sábados no parecen proporcionarle un descanso pleno. La tanda empieza bien temprano, nueve o 10 de la noche y se extiende como hasta las 5 de la madrugada. Es un todo mezclado de muchachos con bocinas portátiles sin control del volumen, y ellos haciendo coro así sea bien tarde.

Los choferes tampoco respetan las leyes, suenan el claxon lo mismo que a las 12 de la noche o las 3 de la madrugada, son motos, carros particulares, taxis colectivos, guaguas. Nos cuenta ella que, para ponerle un buen cierre a la noche, por lo menos uno de los dos días por general se siente una peleíta, el corre corre, la guapería, gritos, toda una obra de teatro en tiempo real.

Por supuesto que hay que entender que los jóvenes y también los que ya no lo son tienen derecho a una recreación, divertirse los fines de semana, pero, por otro lado, hay que interiorizar que más allá de esas aceras hay casas y apartamentos donde viven personas que necesitan y disfrutan descansar para el otro día, o tan solo ver una película sin tanto ruido ambiental.

Tania con el cursar de los días, sentirá menos y hasta lo dejará de hacer, toda es bulla característica de una avenida, más 23, una de las más transitadas en el país, y con mayor cantidad de población flotante. Se acostumbrará a todos los sonidos, sin embargo, pese a todo, la educación y el respeto deben prevalecer en cada uno de nosotros como sociedad.
 

Comentarios

El ruudo y la indisciplina social es mucha. Disfrutar de silencio es un lujo. La gente cree que poner Reguetón o música alta es algo normal. Te ponen un taller de motos o de autos al lado de tu casa, los perros ladrando a cualquier hora, es un infierno. La contaminación sonora se debe controlar y castigar.
tamara.dovale@etecsa.cu
Lo de la música a todo volumen en las casas es algo inexplicable y me parece raro la actitud de muchos hogares pues o sacan los equipos para la acera y el portal o simplemente abren todas las puertas y ventanas de la casa reproduciendo a todo volumen ese ruido llamado Reguetón. No exagero si digo que en ese movimiento musical suenan algunas de las voces más horribles producidas por la naturaleza humana. Lo de los claxons de guaguas y autos es también reflejo de la apatía y dejadez de las autoridades hay guaguas y carros con pitos de barco así de simple y la policía ¿Bueno por fin que es lo que hace la policía?
castillo1359@yahoo.es

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