«Todo lo que necesitas es amor»

«Todo lo que necesitas es amor»
Fecha de publicación: 
22 Julio 2021
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Imagen principal: 

Escultura de John Lennon en un parque de La Habana. De la autoría de José Villa Soberón.

Me reconoció mientras yo descansaba en un parque habanero y me pidió que escribiera su historia. «Mis hijos no quieren que yo la cuente, así que te ruego que pongas un nombre falso. Ponme Beatriz, que es un nombre que me gusta mucho, si hubiera sido luchadora de la clandestinidad ese hubiera sido mi nombre en clave.

«En 1959 yo tenía 17 años. Unos años después se fueron mis padres y mis hermanos más pequeños para los Estados Unidos. Pero yo decidí quedarme. Yo creía y sigo creyendo que mi lugar es Cuba.

«Fui a la universidad, trabajé en el campo en trabajos voluntarios, hice guardias en el CDR... Era una estudiante ejemplar. Me hice ingeniera, fui a trabajar a pie de obra. Era una mujer feliz. Pero un día me llamaron para cuestionarme el apoyo que le había dado a una compañera que era homosexual y que habían querido botar del trabajo. ‹La suya no fue una actitud revolucionaria›, me dijeron.

«No me pude aguantar. Les dije que la muestra mayor de mi compromiso con la Revolución era que me había quedado aquí, cuando casi toda mi familia estaba fuera. Y uno de ellos, que ahora no vive en Cuba, me respondió: ‹Ahí está precisamente su debilidad ideológica›.

«Me dolió mucha esa reunión. Y me dolió más porque en los ojos de ese hombre vi odio. Y esta es una Revolución Martiana, y en una Revolución martiana no puede haber cabida para el odio.

«Me levanté y le dije: ‹Todo lo que necesitas es amor›. Y me fui. Y seguí haciendo mi vida. Él no tenía la menor idea de dónde yo había sacado esa frase. Pero esas palabras me reconfortaron tanto, que me permitieron seguir creyendo en lo que creo, en la utilidad y la virtud de esta Revolución que ha tenido el coraje de rectificar cuando ha sido necesario.

«Ahora son momentos difíciles, y te digo que no podemos dejar que el odio entre cubanos tome la batuta. Tuve una idea: quise escribir un cartel con esa frase y sentarme al lado de la escultura de Lennon en estos días. Quería llamar a mi amiga, la homosexual del cuento, que vive aquí, y siguió aportando a su país. Es mi amiga y sé que me iba a apoyar. Pero mis hijos no me lo permitieron. Dijeron que era peligroso para una mujer mayor. 

«Pero yo creo que eso es lo que hay que potenciar ahora. Amor, mucho amor. Si tú escribieras esto que te cuento, yo sentiría que estoy aportando algo en estos momentos tan difíciles; hazlo por mí y hazlo por ti».

Comentarios

Si, mucho amor y mucho diálogo.
caridadag70@nauta.cu

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