Por encima del jonrón y del gran fildeo, son 14 y serán más
especiales

Ilustración de Alma Mater, tomada de Cubadebate.
Son 14 los peloteros del equipo Matanzas que se incorporan a la Guerra Necesaria creada por José Martí. Las pelotas, los bates, los guantes, al descanso, los cambian por el fusil y el machete redentores. La patria sufre encadenada. El escenario para los seres humanos de bien es la manigua en lugar de los estadios: más patriotas que peloteros, para ellos es algo natural.
No olvide los nombres de los nuevos mambises: Ricardo Cabaleiro, Waldemar Schweyer, Arturo Valdés, José Castañer, Julio López, Pedro y Leopoldo Matos, Leopoldo Posada, Emilio Ruiz, Manuel Parón, Carlos Llanes y Trats Cabaleiro, de acuerdo con investigaciones del historiador deportivo Mario Torres de Diego.
Ricardo, primer cubano en conectar tres cuadrangulares en un juego, aunque lo consiguió en un desafío extraoficial, cayó combatiendo, desde la tropa comandada por Maceo, durante la invasión en 1897. Él y Valdés fueron exaltados a nuestro Salón de la Fama del Béisbol en 1946. Waldemar, tío del destacado velocista, futbolista y remero Pepe Barrientos, brilló como lanzador y árbitro.
Mundial de Béisbol Amateur de Costa Rica en 1961. La selección de la Mayor de las Antillas está representada por un potente conjunto. Para los expertos, es el favorito. Sin embargo, mercenarios al servicio de lo peor de Estados Unidos, invaden la patria. Ya son peligro y crímenes en los territorios matanceros de Playa Girón y Playa Larga, en la Ciénaga de Zapata. Fuerzas yanquis amenazan con intervenir. Los peloteros cubanos comunican a su gobierno la intención de retornar y cambiar los implementos por las armas, para defender la independencia de la nación. Su papel es conquistar el campeonato mientras las fuerzas armadas, las milicias, la patria toda vencerá, les responden.
La maldad fue derrotada. Y nuestro seleccionado obtuvo el título en el XV certamen de este tipo. El segundo puesto correspondió a México; el bronce quedó en manos de los venezolanos. Pedro Chávez encabezó el importante departamento de las carreras empujadas con 19, y empató en el liderazgo de incogibles: 17. Aunque el liderazgo de la victoria correspondió al colectivismo, el todos para uno y el uno para todos, y la concentración mental llevada a las acciones por los miembros del conjunto, con el objetivo de que tenían que ganar. Y ganaron.
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