Matanzas: El Cocodrilo avanza poderoso a semifinales

Otra dentellada contundente, nuevamente viniendo de abajo, en las postrimerías del tercer inning, donde un racimo de cinco carreras le bastó a Matanzas para conseguir su segunda victoria 11-4 sobre Cienfuegos, y poner en punto de mate el play off de cuartos de final 2-0 a su favor.

Nuevamente repitieron variables claves en el desenlace del partido: la ofensiva de los yumurinos, y la endeble defensa cienfueguera, que hizo aguas con cuatro costosos errores.

El diestro Noervys Entenza en su segunda salida en lo que va de serie, (una victoria y un salvamento), y Abel Campos, fueron los designados por uno y otro mentor para intentar hacerse del triunfo, que corrió a la cuenta del cienfueguero devenido matancero (8-3). En cinco actos y un tercio
Entenza permitió las cuatro de los Elefantes, tres de ellas limpias, fundamentalmente debido a su descontrol, pues regaló siete boletos y cometió un wild, pese a haberle conectado únicamente cuatro inatrapables.

Ese desacierto en sus comandos, unido a una de las dos pifias de sus huestes a la defense le pasaron factura y pusieron a tambalear el posible desenlace posterior.

Afortunadamente una vez más la ofensiva yumurina carburó como es debido, fundamentalmente la de dos hombres que a lo largo de la temporada le respondieron a Armando Ferrer: el intermedista Aníbal Medina y el hoy designado Javier Camero, con tres anotaciones remolcadas per cápita.

Eso sin contar el ajuste en la ofensiva de largometraje de Erisbel Arruebarruena, autor de par de jonrones  en solitario y con cinco fletadas en los dos choques, dando fe de que ciertamente va recobrando su estado de gracia.

Del otro lado de la grama de un José Antonio Huelga bastante deteriorado, si bien en esta oportunidad las pifias de los sureños no costaron anotaciones, calaron en lo anímico y la disposición del plantel para intentar remontar y revertir el marcador, algo que les fue verdaderamente imposible ante los envíos de Naykel Cruz, hermético en tres y dos tercios de episodios a ritmo de tres ponches y una regalía, además de famélicos dos jits.

Con ese panorama, y la ausencia de la conexión oportuna a la hora cero, los cienfuegueros fueron silenciados, cuestión en la que incidió el hecho de haber dejado una decena de corredores en circulación.

Por otra parte, su bullpen no pudo contener la hemorragia ofensiva de los campeones defensores por Segundo día consecutivo, autores de 13 cohetes, incluidos seis extrabases a razón de par de dobles y cuatro cuadrangulares.

Ninguno de los cinco serpentineros empleados por el alto mando de Cienfuegos cumplió cabalmente con asu cometido, por lo que lógicamente el veredicto no se hizo esperar.

Es cierto que la alineación yumurina impone respeto, con disímiles variants en la posible colocación de un line up sin generar fisuras, como este domingo, donde Camero asumió a las mil maravillas el turno de designado que Vázquez había defendido con decoro en el desafío de apertura.

Esa es la realidad. Matanzas ha impuesto su cartel de favorite en los dos cohues iniciales, apostando a su ofensiva profunda y la capacidad de sus lanzadores para meter el brazo a la hora buena.

Bien por Armando Ferrer, que continua moviendo los hilos de sus efectivos con tino, independientemente de la calidad que pullulan.

El martes, amigo mío, es nuestra próxima cita frente a los telerreceptores. A juzgar por lo acontecido hasta ahora, pudiera producirse la segunda barrida en estos cuartos de final. Pero no nos apresuremos, dejemos que sea el terreno el que dicte sentencia.