Guerreras de batas blancas, sus vidas por las de todos

Guerreras de batas blancas, sus vidas por las de todos
Fecha de publicación: 
11 Febrero 2022
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Todas merecen el reconocimiento desde sus profesiones u oficios, pero hoy, 11 de febrero, Día Mundial de la Mujer Médica, es la jornada especial para nuestras guerreras de batas blancas que sin descanso han batallado en el enfrentamiento a la pandemia; no han cesado sus labores, a pesar de la distancia de un hijo en casa, o una familia sin tiempo para disfrutar.

Las mujeres médicas en Cuba han garantizado la salud de miles de enfermos y convalecientes. Han velado por la respiración de pacientes en terapias intensivas, por el tratamiento clave en menores de edad con COVID-19, por los abuelos que sufren doblemente por su condición médica y el dolor de la soledad. Además de los cuidados, el cariño y calor humano han estado presentes.

En Cuba las mujeres ocupan el mismo lugar que los hombres en cualesquiera de los escenarios, no hay discriminación ni celos. Donde hay un hombre taxista, también hay una fémina, y así las hay ingenieras, albañiles, bomberos, académicas, artistas, filósofas, enfermeras, y dentro del área de salud representan el 70,3 por ciento de los 497 mil 593 trabajadores del sector.

Hoy es día igualmente para aplaudir a tantas científicas cubanas por las que Cuba cuenta con vacunas anti-COVID-19 propias, Soberana y Abdala, de alta eficacia para todas las edades, ancianos, mujeres embarazadas, y hasta para pequeños de más de dos años de edad; los cubanos, los primeros que formaron parte de una campaña de vacunación masiva.

Y se aprovecha la efeméride igual para agradecer a las enfermeras, técnicas y trabajadoras de otras áreas que en hospitales, laboratorios, llevan la enorme labor de salvar vidas. Todas han cumplido una misión estratégica, cada una desde sus puestos, desde sus perspectivas, han procurado compañía, esperanzas, un futuro por vivir.

Son tantas historias hermosas desde que triunfó la Revolución: la imagen lo mismo de una doctora del consultorio de la comunidad, como de la alfabetizadora, enseñan así, incluso carente de colores, el carácter humano que emergió y se dispersó en toda la isla a partir de que el proyecto tomara un sentido más social, alejado de preceptos materialistas, más solidario, más espiritual.

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