El endeudamiento de naciones es uno de los riesgos de la Covid-19, afirma economista cubano
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Licenciado Faustino Cobarrubia Gómez, jefe del Departamento de Comercio e Integración del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM).
El endeudamiento cada vez más de gobiernos, empresas y familias, en un contexto en el cual la mayoría de las naciones del orbe reciben préstamos o son asistidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), es uno de los riesgos que hoy se corre como consecuencia del impacto de la pandemia.
Tal aseveración la hizo a la Agencia Cubana de Noticias el Licenciado Faustino Cobarrubia Gómez, jefe del Departamento de Comercio e Integración del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), en La Habana, además de alertar que ese fenómeno conducirá a la privatización de las estructuras del Estado ante su incapacidad de pagar lo que deben.
En su opinión no se está ante una sola crisis, pues coexisten la crisis económica global, del multilateralismo, del orden económico mundial bajo el influjo de Estados Unidos en su rivalidad contra China, y por la hegemonía política, y todo ello engloba dimensiones como la comercial, tecnológica y financiera.
El experto aclaró que la economía mundial ya estaba en picada al desatarse la pandemia, y esta lo que hizo fue agudizarla o acelerarla, es decir, no es el nuevo coronavirus el que provoca la crisis a contrapelo de que algunos teóricos exculpan al capitalismo y al neoliberalismo de los graves problemas que hoy vive la humanidad en medio de la COVID-19.
Desde la II Guerra Mundial es la primera vez que el Producto Bruto Mundial cae y con cierto optimismo el FMI vaticina una caída del 4,9% para el 2020; algunos, más objetivos o realistas, hablan de un 10%, pero también nunca en la historia de la economía mundial se habían registrado correcciones tan súbitas y drásticas en materia de pronósticos, expresó el investigador del CIEM.
Sus aseveraciones tuvieron lugar durante un encuentro organizado por la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) en La Habana y la ACN con especialistas de esa institución científica, en el cual Cobarrubia Gómez señaló que ante el empeoramiento de la pandemia y su impacto las predicciones cambian constantemente, sean dadas por el FMI, el Banco Mundial u otro organismo.
Esto nunca había ocurrido, lo cual da la idea de la magnitud o especificidad de la crisis, asociada no a un fenómeno económico sino sanitario, a un nuevo coronavirus nadie sabe cuándo y cómo va a terminar y en ello también radica su complejidad, explicó el investigador.
Señaló como otra peculiaridad estar ante una crisis profunda y sincronizada en las principales economías avanzadas, en la crema y nata del orbe: China, Estados Unidos y los países europeos, cuando hasta ahora las llamadas economías emergentes (el propio gigante asiático, Brasil y la India, entre otros) eran las salvadoras de la economía mundial.
Si el panorama para las naciones desarrolladas es dramático, ¿qué puede esperarse para las restantes? se preguntó el académico.
Algunos pronósticos hablan que la pandemia va a costarle al planeta 6 billones de dólares, y esto, por ejemplo, es mucho más que el Producto Interno Bruto (PIB) de Japón, la tercera economía del orbe, manifestó Cobarrubia Gómez.
Otro asunto a tener presente, expresó, por ser muy importante en un contexto de globalización, es el comercio, el cual abarca las cadenas de valores pues casi todo está montado sobre ellas; para producir cualquier cosa EEUU depende de China y esta de otros mercados y así sucesivamente.
Al respecto, la Organización Mundial del Comercio habla de una caída del comercio del 12% y el FMI (más conservador) vaticina un 11,9 %, lo cual afectará sobre todo al turismo internacional, acotó.
Si tenemos en cuenta en primer lugar la situación de la COVID-19 y en lo económico el gran endeudamiento que está suscitando, podríamos decir que estamos también ante la pandemia de las deudas porque es deuda por todas partes: en lo económico, en lo social.
La deuda global (la conjunta del sector público o del Estado, las empresas y las personas u hogares) hoy está en 255 billones de dólares. Eso es el 322 % del PIB mundial, mientras entre los llamados países emergentes es de 71 billones de dólares, el 220 % de sus propios PIB, abundó el especialista.
Aunque específicamente ese monto no es con el Fondo Monetario Internacional ni con el Banco Mundial podrían los Estados caer en manos de estos organismos financieros en su intento por paliar la situación, y verse así obligados a aplicar políticas neoliberales.
Estamos ante dos instituciones gemelas de las que recordamos sus onerosos programas de ajuste estructural de los años 80, que nos hundieron en la pobreza y el desempleo. Del FMI más de 90 naciones han solicitado préstamos y del BM otras 60 están siendo asistidas, explicó el jefe del Departamento de Comercio e Integración del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial.
Ellas son ahora “las salvadoras”; pero no solo es la deuda de los gobiernos la que hay que pagar, sino las de las empresas y algunas de estas están zombi porque no tienen dinero ni para asumir los intereses de los préstamos, están viviendo con el subsidio.
Solo en América Latina –expresó Cobarrubia Gómez - se dice que van a desaparecer 2,7 millones de empresas, y eso afectará la capacidad productiva en un contexto en el cual la región no tiene la manera de poder exportar para obtener ingresos.
Estamos ante un capítulo que en muchas naciones conducirá a la privatización del Estado, un riesgo que estamos corriendo, es decir, están en juego las estructuras estatales a todos los niveles, en tanto que en nombre de la pandemia acontece un “ajuste global” consistente en más desempleo, más bajos salarios y otros tantos males sociales, concluyó el experto del CIEM.
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