El calor nos lleva al límite

El calor nos lleva al límite
Fecha de publicación: 
4 Agosto 2023
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Fotografía tomada de https://www.ondacero.es

Cada verano creemos que el calor es insoportable, que no aguantaremos un grado más, incluso aseguramos que es peor que el año anterior y que las temperaturas se superan a cada rato de acuerdo con las estadísticas y los récords que existen.

Es cierto que últimamente conocemos de olas de calor en Europa que nos parecen salidas de otro planeta, y hasta la Organización Mundial de la Salud recomienda protegerse de la deshidratación y de la exposición solar que puede causar afecciones en la piel, por ejemplo. Sin embargo, este es un escenario bastante común que se repite cada vez, solo que a nivel sensorial es bastante molesto.

Resistir altas temperaturas es difícil, más cuando la humedad relativa en Cuba suele ser también muy elevada y eso hace que sudemos y tengamos esa sensación de falta de higiene; además del agotamiento asociado, la irritabilidad en las calles, el mal dormir si no se cuenta con aire acondicionado. Sí, porque por muy ventilada que sea la casa, hay días de julio en los que realmente no se logra conciliar el sueño porque se siente la cama caliente, las sábanas molestan, el aire se respira pesado. Entonces, afecta el humor.

Claro, no todas las personas lo sentimos igual porque unas tienen más tolerancia que otras al calor, pero este es un criterio muy generalizado ahora mismo, y fácil de justificar. Solo probemos alguna situación extrema como montar en una guagua alrededor del mediodía, que es cuando la temperatura alcanza los valores más elevados. Probablemente más de un individuo se mostrará irritado, incapaz de sobrellevar que otro le roce un brazo.

De hecho, muchas son las investigaciones que trabajan sobre las consecuencias del calor en la salud mental, más allá de las funciones físicas, el sueño y los procesos cognitivos. Estudian cuáles son las determinantes de su impacto en el cerebro y si es posible poner en riesgo el bienestar mental.

Eso se lo preguntamos a un cubano que en la noche tenga 32 grados en su habitación y solo un ventilador Midea, y con una carcajada irónica y el ceño fruncido responderá que no hace falta indagar demasiado porque tal hipótesis es demostrable sin dudas.

No obstante, sí, hace falta la ciencia para hablar con propiedad. La comunidad científica refiere que las temperaturas inciden en las interacciones sociales, y que podría convertirse en grave amenaza para la estabilidad de la psiquis.

La población más vulnerable son las personas mayores. Todos sufrimos el calor cuando nos parece extremo, pero en la adultez se agrega el estrés acumulado, la responsabilidad de llevar el hogar y no poder resolver esa situación que le es ajena, además, la temporada de más calor coincide con el periodo de vacaciones escolares, por tanto, se pasan más horas encerradas en casa. Esto puede crear un cuadro complejo de convivencia, que, junto a las temperaturas altas, es fácil que se desate algún desajuste del carácter.

Recordemos que el cuerpo humano posee un sistema de enfriamiento natural, pero cuando la temperatura supera cierto nivel no puede evitar se desencadenen patologías. Expertos en psicología alertan sobre la posible relación que existe entre los episodios de sofoco y la ansiedad, la depresión, el trastorno bipolar, el desarrollo de episodios maníacos que con frecuencia llevan a psicosis y a ideas de suicidio, así como con el incremento del comportamiento agresivo y de la delincuencia violenta en pacientes con algún padecimiento psiquiátrico.

También puede exacerbar pensamientos confusos, delirios y desmayos, disminuir la capacidad cognitiva en personas completamente sanas que de repente tienen dificultades para razonar, y se muestran embotadas. Esto se debe a que el estrés térmico incide en las áreas del cerebro responsables de enmarcar y resolver tareas complejas de raciocinio; y cuando estamos en esa situación es más probable frustrarnos y responder con cólera.

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Fotografía tomada de https://www.directoriocubano.info

Si tenemos en cuenta que la temperatura no la podemos modificar, simplemente no es posible apagar la calefacción del planeta, ¿qué sugerimos hacer para que esta temporada sea más llevadera? Es recomendable evitar andar al aire libre durante los horarios más complejos, de no ser posible es mejor usar protector solar, hidratarse constantemente, comer alimentos ligeros; utilizar gorra, sombrero, sombrilla, abanico, además de ropas adecuadas con telas claras y frescas que cubran la piel para suavizar la incidencia del sol directo.

En casa conviene mantener puertas y ventanas cerradas durante las horas de más calor, y abiertas en la noche para que se ventile; también alivia mucho tomar duchas a temperatura ambiente, colocar bolsas o pomos fríos sobre la cama media hora antes de dormir, estirar muy bien las sábanas, que, si pueden ser de algodón, mucho mejor.

De igual forma vale evitar los bombillos incandescentes que generan demasiado calor, y limpiar el suelo o, simplemente, humedecerlo con trapeador varias veces en el día, esto puede hacer sentir el ambiente más fresco.

Estas medidas no harán que las temperaturas sean más bajas constantemente, pero ayudará a la sensación térmica, permitirá que podamos soportarlo.

Lo que sí podemos hacer con resultados reales para las generaciones futuras es trabajar para que los efectos del cambio climático no aumenten, pues el calentamiento global es real, y ha incrementado poco a poco durante un corto periodo de tiempo. Los pronósticos no son favorables, y ya vemos que no solo nos ofrece inestabilidad meteorológica con temporadas ciclónicas más severas, y contrastes entre sequías e inundaciones. Sus consecuencias llegan hasta nuestra salud desde varias formas, el calor, es una de ellas. Si todo se mantiene igual, será irreversible.

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