DE LA COCINA: Boniato (+recetas)
especiales

Imagen tomada de https://www.lavanguardia.com
Hay alimentos, como el boniato, que no tienen el lugar que se merecen, que son subestimados, arrinconados en el viandero. Sin embargo, es un manjar perfecto y versátil que puede darnos muchísimas recetas dulces y saladas.
Afortunadamente es fácil de adquirir. Se encuentra en casi todos los establecimientos y su precio, aunque todo sube constantemente, es de los asequibles.
No obstante de sus bondades, generalmente se es muy básico al cocinarlo porque lo usamos solo como complemento de sopas y ajiacos, por ejemplo, o en postres típicos como el boniatillo y la malarrabia, que son muy ricos, pero hay mucho más.
Lo común en nuestras cocinas es picarlo en trozos, más finos o gruesos, y freírlos en aceite caliente para conseguir una guarnición ideal para acompañar comidas. Puede quedar crujiente, suave por dentro y con sal cruda por encima contrasta con su sabor dulce natural.
Otra manera usual es hervirlo en agua con sal, si acaso hacerle un mojo. No niego que sea rico, que además nos deje muy saciados, pero podemos lograr más con solo un poco de empeño e imaginación.
Este tubérculo fue históricamente asociado con la pobreza, con ser destinado para animales y poblaciones esclavizadas, pero en realidad posee gran valor nutricional. Siempre fue barato, de fácil cultivo por su rápido crecimiento, adaptación a ambientes y resistencia a plagas, pero menos prestigioso que otros como el arroz y el trigo, quizás por ahí le llegó su fama y estigmatización.
Con nombres diversos según la región, ya sea batata, camote o papa dulce, el boniato ha sido visto como rústico, poco vistoso, humilde, cotidiano, sin ese glamour gastronómico que le permitiría estar en menús sofisticados. No es merecido tal trato porque puede estar disponible casi todo el año y bien sirve como acompañamiento, plato principal y postre.
Existen muchas variedades, blanco, amarillo, anaranjado o rojizo, incluso morado; redondo, alargado, pequeño o enorme, no importa, es una excelente fuente de carbohidratos, antioxidantes y fibra, contiene vitaminas y minerales, sin colesterol. Es una opción saludable, y, lo que nos interesa aquí, deliciosa.
Comer es un ejercicio de placer, pero también de experimentación. No debería ser aburrido, y claro está que siempre somos fieles a lo que conocemos que funciona, pero innovar puede arrojar excelentes resultados y ampliar el diapasón. Por eso esta vez proponemos recetas que van más allá del puré o los bastones fritos.
RELLENO
Para hacer este plato cortamos a la mitad boniato mediato, con su piel muy limpia. Se puede hervir o cocinar en el horno o el microwave hasta que esté tierno. Luego se deja refrescar un momento y con una cuchara a cada tapa se le hace una cavidad para quitarle la pulpa ya blanda. Debe quedar como un cascarón, y hay que tener cuidado de no dejarlo muy delgado para que conserve su forma.
Se condimenta con sal, pimienta y cuanto se desee, y esa pulpa se combina con carne picada ya cocinada al estilo preferido, o pollo en trozos, o jamón y queso, vegetales —un sin fin de variantes.
El resultado ya mezclado se devuelve a la "canoa" de boniato y se cocina por unos minutos más para que se integren los sabores. Este paso puede ser de muchas maneras según disponibilidad, en el horno, en el microwave, en una sartén tapado o al vapor en una olla.
Es sabroso ponerle encima queso o una salsa, ya sea bechamel u otra como pesto casero o de tomate, la que se disponga.
Imagen tomada de https://www.vikika.es
FALSA TOSTADA
Esta es una alternativa muy interesante y fácil de hacer. Consiste en rebanar boniato limpio en rodajas de aproximadamente un centímetro de grosor. Se condimenta con aceite, sal, especias y se hornea a fuego medio.
La idea es que se cocine y tueste un poco para usarla como tostada. Para eso quizás luego, cuando esté cocinada y queramos un efecto más crocante, es posible pasarlo por grill, plancha o sandwichera para que dore y se cree costra.
Cuando esté en el punto de nuestro gusto se deja refrescar y por encima se le puede poner lo que más guste, tal y como haríamos con un pan. Es una excelente merienda.
Imagen tomada de https://www.antena3.com
BROCHETAS
Sin dudas esta preparación es diferente, una opción para veganos, vegetarianos y amantes del boniato y la experimentación. El primer requisito es escoger uno que sea alargado y más o menos uniforme para que al cortarlo en ruedas queden de tamaño similar y de un centímetro de grosor.
Por supuesto debe estar lavado y le dejaremos la cáscara para que ayude a mantener la forma. Lo cocinaremos de la manera que queramos, en agua, al vapor o en microwave, por cuatro o cinco minutos nada más, solo hasta que ablande un poco y nos permita más tarde introducirle un palillo de brocheta.
Pasado este tiempo se deja en reposo y se pone a marinar en una mezcla que haremos con los ingredientes que se nos antoje, con la combinación que podamos hacer con lo que tengamos en despensa. Opciones habrá muchas: naranja agria o limón, aceite, especias; salsa soja, jengibre, aceite, especias; miel, canela, especias y picante. En fin, será cuestión de creatividad y disponibilidad.
Justo antes de servir se calienta una sartén o plancha, se escurren los boniatos y se arman las brochetas, se ponen a dorar y a cada rato se le agrega un poco del marinado, hasta que caramelice y esté en su punto.
Es un acompañamiento diferente, divertido y muy sabroso. Será ideal para acompañar cualquier plato que elijamos, y con seguridad los comensales quedarán complacidos con la novedad.
Imagen tomada de https://www.directoalpaladar.com
El boniato es muy versátil y con él se pueden hacer muchísimas recetas desde panes y brownie hasta cremas, "hamburguesa" vegetal y una lista inmensa que parte desde la creatividad. Los exhortamos a salirse del marco tradicional e incorporarlo más allá de las sopas, la fritura y el clásico boniatillo.
Añadir nuevo comentario