Covid-19: Cuba va por el refuerzo

Ocurre ahora algo parecido a inicios y finales del 2020, cuando vimos cómo el virus del SARS-CoV-2 tomaba posesión de varios territorios. Primero con los casos de China, después con Europa y sus gráficos alarmantes, a diferencia de que hoy día hay más vacunados, sin embargo, la indiferencia sigue ocasionando estragos.

Tras una disminución de contagios y decesos en este último verano, vuelve a ser noticia que Europa retoma su sede epicentro de la enfermedad. Así lo declaró hace cuestión de días la Organización Mundial de la Salud, y la causa de ello recae en la poca aceptación que han tenido las vacunas anticovid-19 en esas naciones.

Como un tsunami vuelve a atacar la Covid-19 a Alemania, Países Bajos, Rusia, Portugal, Rumania. Cifras récords apuntan que la pandemia seguirá perturbando hospitalizaciones, disponibilidad de medicamentos y balones de oxígeno. Si bien muchos se niegan a la inmunización, la relajación de medidas a dado pie al alza de contagios.

BBC News Mundo publicó hace poco las consideraciones del profesor Lothar Wieler, del Instituto Robert Koch de Alemania (IRK), responsable del control y prevención de enfermedades, quien pronosticó un resultado desfavorable. Wieler advirtió que “si no tomamos medidas ahora para contrarrestarlo, esta cuarta ola traerá aún más sufrimiento”.

Incluso dentro de la misma Europa hay países que no están en condiciones paralelas a la de los más complicados. Inciden varios factores, la inmunización de la población en general ya sea por las vacunas o por el efecto de rebaño y las medidas gubernamentales. Sin embargo, la realidad actual nos demuestra que la pandemia aún no ha culminado.

Dejando a un lado este continente, conociendo cómo van los tiros, nos trasladamos hacia nuestra región. De acuerdo con la plataforma Statista, encargada de recopilar datos estadísticos, EE.UU., Brasil, Argentina y México son los que han acumulado más positivos y fallecidos por el SARS-CoV-2 y donde hoy se respira un ligero respiro, pero, ¿este cuánto durará?

Todo dependerá de cómo los gobiernos e instituciones sean capaces de sobrellevar la situación, apostando cada vez por más personas vacunadas, que las sociedades más pobres las tengan a su alcance, y que la población en sí concientice que la Covid-19 no es cosa del pasado, viene siendo un acápite en nuestras vidas por el cual hay que cuidarse para resistir.

Cuba en la ecuación

La Covid-19 penetró en Cuba en marzo de 2020 como mismo lo hizo en América Latina y el Caribe. Ha sido una dura batalla de aprendizajes del nuevo virus y de resistencia, entre medidas restrictivas para garantizar el distanciamiento físico y social y otras adecuaciones que se han ido incorporando a largo de este tiempo, ganadas en la práctica.

Delta nos demostró, como también a la India, Brasil, EE.UU., que nuevas variantes más transmisibles pueden surgir y sacudir comunidades. Lo que se vivió aquí en Matanzas quedará en la memoria de muchos de por vida, y la moraleja, es que no será a nuestro favor, tirarnos en un campo de tiros sin saber las fuerzas y armas con que el enemigo nos atacará.

Por eso hay que mantener alta la percepción de riesgo, no bajar la guardia, más ahora cuando el descongelamiento a nivel nacional es más amplio que el del año pasado. La diferencia entre aquel noviembre y el de ahora es que un alto por ciento de la población cubana ya cuenta con sus tres dosis y otra parte se prepara para la de refuerzo.

La verdad es que, gracias a esta “dictadura médica”, el ciento por ciento de la población cubana podrá estar inmunizada completamente en el menor tiempo posible. Las experiencias en campañas de vacunación más el engranaje que existe desde la base del sistema de salud, permite que la conexión entre el Médico de la Familia y la comunidad sea directa.

Así sea en las comunidades más intrincadas o en la cima de la loma, llegarán los bulbos de Soberana o Abdala, para darle un sí a la vida a todos por igual. Desde la punta de Pinar del Río, hasta el otro extremo en Guantánamo, sin dejar detrás al municipio especial Isla de la Juventud, a cada uno de nosotros se nos tiene presente.

Después de estar aseguradas las tres dosis por cada habitante, el país se prepara para producir y administrar una dosis de refuerzo. A partir de este 8 de noviembre la recibirán los trabajadores de los hospitales habaneros Manuel Fajardo, Joaquín Albarrán, Salvador Allende y el Miguel Enríquez, y del grupo empresarial BioCubaFarma.

Cerca de 90 mil trabajadores de la salud en La Habana será reforzados, al mismo tiempo que se realizará un estudio para profundizar cómo se comporta el refuerzo con Soberana 01 y Soberana Plus, y comparar resultados, explicó Dagmar García Rivera, directora de investigaciones del Instituto Finlay de Vacunas, según el portal oficial del Ministerio de Salud Pública.

Guanabacoa, San Miguel del Padrón, Habana del Este y Regla, y después, Boyeros, Cotorro y Arroyo Naranjo serán los primeros municipios en la capital en recibir la dosis de refuerzo, en este caso con Abdala. Se realizará a la par en las zonas de alto riesgo. Esta estrategia garantizará una mejor inmunidad para quienes fueron vacunados, primeramente.

Pareciera pura politiquería, la cual muchos aborrecen como consecuencia de las campañas mediáticas organizadas en contra del gobierno y la revolución cubana, pero producir y asegurar para las tres primeras dosis más la de refuerzo, bulbo por bulbo, persona por persona, no es tarea fácil, ni de grandes farmacéuticas, ni del capitalismo, es pura obra humana y social.