Abracadabra, los sueños de la infancia

Abracadabra, los sueños de la infancia
Fecha de publicación: 
1 Junio 2023
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Desde 1956 —por acuerdo de la Asamblea General de las Naciones Unidas— el primero de junio quedó instituido como el Día Internacional de la Infancia. Con esta resolución ese organismo internacional buscaba consagrar la fraternidad y la comprensión entre los niños del planeta.

También, para invitar a todos los países a promover actividades que incentiven el bienestar e involucren, de modo directo, a los infantes como sujetos de derechos.

Las maneras de celebrar esta fecha atestarían, a no dudarlo, baúles de imaginación y fantasía, acciones concebida en virtud de hacer del mundo infantil un gran abalorio de ilusiones. 


Foto: Tomada de Revista Código

Y a propósito de esta jornada singular, siempre recuerdo un libro que di a mi hijo con la sensación de estar obsequiando un pequeño tesoro. Juntos “bebimos” y nos regocijamos con cada línea de aquel texto maravilloso. Han pasado casi dos décadas y todavía sigue ahí, como cabecera.

La noche  (Editorial Gente Nueva, 2002) es su título, y el legado que para los niños —y para los adultos, claro está— dejó Excilia Saldaña (1946-1999), la vehemente autora que murió cuando las letras de esta isla mucho la necesitaban. Tenía solo 53 años de edad.

Escrito a partir de la ternura y la memoria, este clásico de la literatura cubana deviene un manojo de sabiduría que descubre sentimientos y provee de respuestas a lo simple, a lo frecuente, a lo obvio...

Así es este volumen: desmesuradamente tierno, cálido, virtuoso, revelador, imprescindible… con cuya lectura la escritora nos convida a volar entre sus sueños, los recuerdos y a través de los diálogos que mantiene con la abuela. 

Porque “este es el libro de la Noche y de abuela. Y de Mayito. Y del que lo lea… Ven conmigo  a crecer esta rueda.” 


Foto: De la autora. Edición publicada por la Editorial Gente Nueva, en 2002.

Bajo ese pretexto nos unimos a ellas (nieta, abuela y noche),  para viajar “en un zapato, en la concha de un caracol, en el ala de una mariposa, en el nido del picaflor; en la corona de la piña, en las arrugas del anón, en la masa de la calabaza, en el cogollo de la col…” 

¡Cuánta ternura y sabiduría cabe aún en la sencillez de las cosas y del mundo! Re-leerlo bien pudiera ser, para los niños y sus mayores, esa “fiesta” sencilla, la misa que arrulla el alma y convoca a la memoria adormecida o latiente. ¿Habrá mejor pretensión? 

“¿Qué cómo era mi abuela? Abuela estaba hecha de vuelo de zunzún y miel de abeja. Era como una guitarra guajira cantando en la noche… Abuela era tan sabia que no sabía palabras oscuras, pero podía conversar con los astros o con la humilde matica de ruda.

"¿Qué cómo era mi abuela? Abuela era una jícara de magia cotidiana. Elemental. Y simple como el milagro cotidiano del agua.”

Cautivado por la magia que envuelve a este cuaderno, un jurado de la Sección de Literatura Infantil de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba decidió otorgarle, en 1995, el Premio Especial “La Rosa Blanca”, un galardón entregado a los mejores títulos infantiles del año. 


Foto: Tomada de Cubaperiodistas.

Excilia Saldaña  no solo dejó una fértil obra como herencia a la cultura nacional, creaciones todas de una exquisita hechura. Entre otras muchas funciones, fue profesora adjunta de Literatura Infantil en las universidades de Las Villas y Pinar del Río, editora en la Editorial Gente Nueva y trabajó en la Casa de las América. Además de recibir numerosos reconocimientos.

Sin embargo, La Noche, es un texto que algunos especialistas e innumerables seguidores consideran clásico. Para confirmarlo, basta leer cualquiera de sus 121 páginas.

-¿Qué es la noche, abuela?

-Es una doncella de dulce mirada, vestida de ébano, descalza y cansada. Es negra y es bella. Es sabia y callada. En nada recuerda a sus otras hermanas.

-Abuela, ¿qué es la soledad?

-El eco de una voz que no se puede olvidar.

-¿Y la nostalgia?

-La danza, el frío y la espada para duelo.

-Abuela, ¿qué es lo cercano?

-El sitio que enmarca la circunferencia de un abrazo.

-¿Y la lejanía?

-El mismo lugar, pero con las manos extendidas. 

-Abuela, ¿has conocido la mentira?

-Sí, es un dardo de vidrio que te hiere la mejilla.

-Abuela, ¿qué es la ternura?

-La caricia del rocío sobre una rosa desnuda?

De tal manera se cuece el sortilegio de una lectura entrañable, proveedora de ese particular apego que se pacta por amor natural.

“La Noche es como una abuela/ con un gran moño de plata./ Se mece suave y serena/ en un sillón de aguas blancas./ Cuéntame, abuela,/ cuéntame/ tu historia/ de viejas hadas./ Se mece suave y serena/ en un sillón de aguas mansas/ y dos estrellas le corren/ despacito por la cara./ Cuéntame, abuela,/ cuéntame/ tus viejas/ historias de hadas./ Y dos estrellas le corren/ despacito y desmayadas,/ si canta, con voz de niña,/ su infancia de noche esclava.”

Obra "Vuelvo a nacer en ti", caligrafía de la pintora cubana Mary Cary Rodríguez.
 

Ya sabes, en La Noche descubrimos al “libro de todas las respuestas, mito, verdad, raíz… abuela”. Sin dudas, cada edición en una librería puede ser el mejor regalo a quienes nos heredan para que, ovillado a la memoria, no olvidemos.
 

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