Día Mundial de la Alimentación: Lo que no mata, ¿engorda?

Día Mundial de la Alimentación: Lo que no mata, ¿engorda?
Fecha de publicación: 
17 Octubre 2019
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En este planeta que habitamos, un tercio de la comida producida para el consumo humano se bota. Y mientras los vertederos del planeta engordan, una de cada nueve personas sufre de hambre.

Pudiera escribirse sin que tiemble el pulso, pero ese tercio representa alrededor de mil 300 toneladas de comida tiradas olímpicamente a la basura.

Dentro de esa exorbitante cantidad se cuenta cerca del 45% de las frutas y vegetales cosechados, el 30% de los cereales y el 20% de la carne: unos 75 millones de vacas.

Esas dolorosas pérdidas tienen lugar lo mismo en los campos donde se cultiva y cosecha, que en los procesos de producción industriales, que en la distribución y el consumo.

Agricultores, empresas, mercados, establecimientos para el expendio de comidas elaboradas –desde restaurantes hasta minipuntos- y también consumidores, comparten responsabilidades en tan grave asunto.

Lo mismo se desperdicia productos del agro porque no tienen el color realmente parejo o una forma perfecta, que por deficiencias en sistemas de almacenamiento y transporte, en tanto los comercios descartan alimentos próximos a la fecha de caducidad o que ya la han alcanzado. Y también los botan para no tener que bajar precios.

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Una cibernauta europea dejaba un patético comentario a propósito del tema: “Señor@s, yo trabajo en una gran empresa dedicada al comercio y os puedo asegurar, ya que llevo muchos años allí, que todo lo tiran a la basura y es una autentica vergüenza. Sin ir más lejos, tirarán mañana montones de roscones que no han vendido. Prefieren tirar los productos sobrantes que donarlos, porque si los donaran podrían hacer que bajaran los precios. Pero ya se sabe: las empresas tienen derecho a ganar dinero con la venta de sus productos, más derecho que las personas a comer, por lo que se ve”.

En Europa, el sector de la distribución, ese que incluye a los súper, desecha anualmente cerca el 5% del total de los productos comestibles lanzados a la basura. Tan solo España tira a los vertederos diariamente 21 mil toneladas de comida, de estas, unas mil son lanzadas por los comercios.

Por su parte, en América Latina, paradójicamente se desperdician cada año cerca de 127 millones de toneladas de alimentos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Precisamente por ello, esta semana tendrá lugar en Bogotá la Primera cumbre latinoamericana sobre pérdidas y desperdicios de alimentos.

Los Estados Unidos van entre los abanderados de la desvergüenza en el mundo, también en este tema. Según un reciente estudio de la universidad de Vermont, cada año suman más de 150 mil las toneladas de comida que desperdician en ese país del norte. Esos alimentos equivalen a unas 12 millones de hectáreas cultivables, que son el 7% de todas las que necesita esa nación para alimentar a sus habitantes. “Hay una superproducción de alimentos que las personas no logran comer”, indica una estudiosa de ese país.

Desvergüenzas que no se comen

Sería doloroso que el resumen de arriba fuera visto solo como una acumulación de números. Tras cada una de esas estadísticas hay seres humanos que sufren.

Porque una de cada nueve personas en el orbe sufre de inseguridad alimentaria cuando en realidad sobra comida para todos. Las mil 300 toneladas anuales de alimentos que se tiran permitirían alimentar a 3 mil millones de personas.

Aunque la cuenta es más que evidente, resulta muy difícil traducirla en realidad. Los emporios, las grandes cadenas, no renuncian a perder dinero. Prefieren botar comida que salvar vidas.

A pesar de tan dolorosa realidad tan complicada de revertir, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), junta empeños para disminuir el hambre en el mundo, e incluso de propone una meta de hambre cero, para la Agenda 2030.

También con esos propósitos, cada año desde 1979 se conmemora cada 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación, promovido precisamente por la FAO.

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Este año, la FAO no solo apuesta por un mundo donde todos tengan acceso a la comida, sino además aspira a que esa comida sea realmente saludable y cubra los requerimientos del organismo según la edad de la persona. De ahí que su lema sea ahora "Una alimentación sana para un mundo #HambreCero".

Según datos de esa entidad de las Naciones Unidas, en el mundo 672 millones de adultos y 124 millones de menores son obesos y 40 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso. Ello es también un problema alimentario. Porque, además, ser obeso nunca será sinónimo de estar bien alimentado.

Ocurre que la llamada comida rápida ha desplazado en gran medida a la preparada en los hogares sustituyendo ingredientes sanos por otros que no lo son tanto. A esto se suman conductas sedentarias, sobre todo en grandes ciudades, y serios daños al medio ambiente.

El cambio en los hábitos alimentarios ha reducido la biodiversidad en el planeta. Solo nueve cultivos constituyen el 66% de todo lo que produce la tierra a nivel mundial.

Una de las claves para revertir esos patrones pudiera andar por que cada cual se sienta como ciudadano, como habitante de este planeta, más que como consumidor, para ir alcanzando así estilos de vida más sostenibles.

Pero ese propósito tiene muchos vientos en contra, al punto de que hoy se diseñan estrategias de Neuromarketin para inducir a comprar manejando voluntades y raciocinios. Tan maquiavélicos resultan estos manejos que hoy una tercera parte de las compras se realizan por impulso como resultado de dichas estrategias. Se trata de las llamadas compras por impulso, el cliente compra a última hora y luego busca razones para justificar esa adquisición que realmente no necesita.

Cuba de cara al Día Mundial de la Alimentación

Aunque los cubanos sabemos de dificultades y carencias en el plano de la alimentación. La nuestra no es ni parecida a la situación de otras latitudes.

No parecen ser pocas las personas que andan aquí sin trabajar, se les suele ver en parques, esquinas y otros espacios públicos, y, sin embargo, ellos también tienen cada día su plato de comida. Tengo hambre no es una frase que se escuche junto a una mano extendida por esta encrucijada caribeña.

Lo confirma Marcelo Resende, representante en Cuba de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quien a inicios de este mes presentó el programa de la Jornada Nacional por el Día Mundial de la Alimentación (DMA).

Resende precisó en La Habana que Cuba es un ejemplo por el valor que le otorga a la alimentación en sus políticas públicas, y es una de las naciones que incluye en su Carta Magna el acceso a esta como un derecho humano.

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"En nombre de la FAO, felicito a Cuba por los esfuerzos de las instancias que intervienen en el sistema de abastecimiento público de alimentos y de protección social. Para otras naciones del mundo y de la región, los logros del archipiélago son apenas un sueño lejano. Pero el país tiene todavía notables retos en los ámbitos productivo, ambiental, sanitario y cultural", declaró en La Habana.

Elogió al gobierno de la Isla por el programa de autoabastecimiento municipal, el cual, según explicó, contribuye desde lo local a la seguridad alimentaria del país.

No obstante, reconoció que si bien en Cuba no existe hambruna, sí se manifiestan otros problemas como la obesidad y el sobrepeso, a los que hay que prestar especial atención. Dos de cada cinco personas en el mundo exhiben sobrepeso y es una cantidad que pudiera aumentar.

Variadas serán las actividades previstas en esta Antilla Mayor como parte de la Jornada por el Día Mundial de la Alimentación. Entre ellas se inscriben, para el 10 de octubre, una carrera popular por el DMA con la participación de más de siete mil personas, entre las que se encuentran glorias deportivas y atletas de alto rendimiento.

Entre el 14 y el 18 de octubre tendrá lugar, en el Palacio de Convenciones, el VII Festival Culinario Internacional “Culinaria 2019”, con unos 150 participantes de 23 países; y el martes 15 se realizará el Acto Central por el Día Internacional de las Mujeres Rurales y por el DMA.

Asimismo, acontecerán talleres educativos y culinarios, exposiciones de artes plásticas, intercambio de experiencias, programas de televisión y conciertos con jóvenes agrupaciones del patio.

Todo ello, con el auspicio del Ministerio de la Agricultura y las representaciones en Cuba de la FAO y del Programa Mundial de Alimentos, y bajo el lema mundial que esas entidades internacionales promueven: “Nuestras acciones son nuestro futuro. Una alimentación sana para un mundo #HambreCero”.

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