Barranquilla 2018: Buscando cetros en una tempestad de rendimientos

Se suceden las jornadas de competencias en Barranquilla. Cayó el telón de la décima como parte de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe y nuevamente México le ganó el pulso diario a Cuba, con balance de seis oros por tres. Los aztecas, en este minuto, nos sacan 48 coronas de diferencia (40 a Colombia) en la carrera desenfrenada por la hegemonía regional.

Sin pecar de pesimista, en varios análisis he comentado sobre lo difícil, por diversas cuestiones, que sería preservar la cima centrocaribeña en suelo colombiano. Ahora, viendo la distancia que nos separa de los aztecas, aun cuando los exponentes antillanos que restan se comporten casi para un 100% de efectividad, se necesitaría un desplome de los mexicanos para intentar desbancarlos de la cúspide, cuestión que, al parecer, dista de que suceda.

Pero esa realidad objetiva no empaña ni por asomo los rendimientos excelsos de la fecha sabatina. El primero de ellos salido de la combinación Laina Pérez-Jorge Grau en el tiro deportivo. El binomio antillano demostró su calidad y se impuso en la pistola de aire mixta a diez metros con 471 puntos inalcanzables en la definición. Antes, habían comandado la clasificatoria con 761 unidades.

Significó la segunda corona para ambos, en tanto el cetro llegó como aliciente para un deporte que ha estado por debajo de lo proyectado. Confiemos en que Leuris Pupo, Jorge Féliz Álvarez y Juan Francisco Pérez, puedan hacer sus deberes en la pistola de tiro rápido, y contribuyan al saldo global, además de retener su cetro de hace cuatro años.

La venganza es un plato que se sirve frío. Eso justamente deben estar pensando las miembros del elenco de Hockey femenino, quienes al momento de redactar estas líneas dormían tranquilas, pues se impusieron en la discusión del oro 1-0 a México, para sacudirse del revés sufrido ante las mexicanas en la fase de grupos.

El tercer vellocino llegó entre touchés. La espadista zurda Seily Mendoza se impuso 15-10 a la también siniestra jamaiquina Nicole Chang para dominar el concurso individual. Seily (#84 del ranking mundial) se ratificó como una de las mejores espadistas de América, a la vez que su corona sirve de impulso a sus coequiperas de cara a la lid por equipos.

Otros rendimientos merecen destaque, como el de las chicas del baloncesto 3x3 en su estreno. Pese a sucumbir 16-21 frente a Venezuela por el oro, las cubanas dejaron una grata imagen. Eso sí dependieron en demasía de la curtida y fornida Clenia Noblet, otrora centro de las selecciones nacionales de baloncesto convencional.

En la disputa por el oro, las nuestras no tuvieron muchas otras variantes ofensivas más allá de Noblet, y su tiro perimetral (vale dos puntos) no estuvo preciso, sí el de las morochas, reinas con un juego rápido y apoyadas en su certera puntería sabatina.

Había una enorme montaña de expectativas alrededor de nuestras cinco ciclistas lanzadas al ruedo en la ruta femenina. De todas, la mejor fue Yudelmis Domínguez, que se colgó la plata al cronometrar el mismo tiempo que la ganadora, solo que una “nariz” detrás en el sprint final.

Igual condición de subtitulares merecieron los hombres del elenco masculino de rifle 3x40 a 50 metros. Reinier Estopiñán, Alexander Molerio y compañía no pudieron hincar las rodillas de sus homólogos aztecas.

En la cuerda de las gratas noticias quedaron registrados igualmente los triunfos de ambas parejas de voleibol de playa, además de las convincentes demostraciones en el cuadrilátero de Lázaro Álvarez (60 kg) y Roniel Iglesias (69). A propósito, este domingo se espera continúen por la senda de la victoria los cinco púgiles que escalarán al cuadrilátero.

Y si de esperar se trata, cuando la justa en Barranquilla entra en su curva descendente, gurúes, atletas, aficionados y pueblo de Cuba, ansían que se cumpla al menos el vaticinio de 11 metales áureos dominicales, para poder sentir que, en definitiva, estamos apretando el paso.

Apretando, paso… lucha y atletismo serán dos de los deportes que deberán ceñirse a esa filosofía, como también todos los que restan, si de dejar una buena imagen en Barranquilla, a tono con los niveles de preparación previos de nuestros deportistas, y sin importar el inmejorable performance de México, se trata.