Natación cubana: Se hundieron los nuestros en Budapest

Natación cubana: Se hundieron los nuestros en Budapest
Fecha de publicación: 
29 Julio 2017
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Comprender resultados adversos siempre resulta difícil para una afición como la cubana, tan ávida de rendimientos notorios, en una época en la que muchos califican como la más rocosa para nuestro movimiento deportivo en la era revolucionaria.

Quizás por eso muchos se cuestionen la actuación de nuestros tres nadadores en el XVII Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos que hasta este domingo 30 de julio se desarrolla en Budapest, Hungría.

Detrás de sus rendimientos hay otras variables que muchos no manejan, como el hecho de que la piscina del Marcelo Salado, cuartel general de la preselección nacional hasta que la cerraron hace poco menos de un mes sufrió las huellas indelebles del deterioro, además de otras irregularidades asociadas con su cloración. De hecho, ante la sobreexplotación y la ausencia de condiciones de la Ciudad Deportiva, nuevamente se impuso el retorno al Complejo de Piscinas Baraguá, donde avanzan las obras de la puesta de la cubierta superior y las dos albercas están en explotación.

La ausencia de roce competitivo de nivel superior es otro fenómeno recurrente. Exclusivamente Hanser asistió al circuito europeo Mare Nostrum, a tono con sus reales potencialidades y en esa cruzada bajó  de los 49 segundos.

No se trata de poner el parche ni intentar justificar rendimientos por debajo de los registros personales de cada uno de los involucrados, pero sí de aclarar otras cuestiones de incidencia.

Comencemos por Hanser, quien luego de dos años ausentes de la alta competición recaló en el escaño 30 de los 100 metros libres, entre 119 tritones. Hanser ni siquiera pudo colarse entre los 16 semifinalistas sin acercarse a los 48.83 segundos que registró en la española Barcelona y marcó en definitiva 49.33 .

Sucede que Hanser tuvo que hacer puesta en forma para obtener la marca A mundialista exigida por la Fina, luego nadó cercano a su pico máximo de etapa competitiva en ese circuito y ahora el hecho de volver a sufrir variaciones en sus volúmenes para encarar la lid del orbe, definitivamente le pasó factura. Hablamos de un hombre que bajó más de 20 kilogramos en un período de seis meses como parte de su retorno.

Concluyó  noveno en el heat más rápido de los 12 que se largaron, al punto de que siete hombres rebajaron de los 49 segundos y el ganador de la distancia hizo menos de 48. Además los tres primeros de ese segmento terminaron siendo finalistas: fueron los casos de los australianos Cameron McEvoy, Jack Cartwright y el británico Duncan Scott.

De hecho, para entender la magnitud de esa prueba en el estilo más competitivo de la natación cabe señalar que el propio McEvoy recaló cuarto (47.92). Los medallistas de oro, plata y bronce en esta prueba fueron los estadounidenses Remel C. Dressel (47.17) y Nathan Adrian (47.87), bronce en Río de Janeiro, y el francés Mehdy Metella (47.89), respectivamente.

Mientras, en los 50, “el pollo” como también se le conoce cronometró 22.70 para la posición 37 en prueba que tenía al estadounidense Caeleb Dressel (21.29), al ruso Vladimir Morozov (21.45) y al brasileño Bruno Fratus (21.51) entre los principales contendientes.

El segundo de nuestros exponentes radiografiados es el mariposista Lázaro Vergara, primero en concursar y anclado en la plaza 38 al no emular siquiera su crono cúspide de  (2:00.04 minutos) en los 200 metros. Vergara, quien no acaba de explotar todo su talento, al menos no en escenarios donde la exigencia aumenta  detuvo los relojes en 2:03.19, octavo en su manga.

Un fenómeno sudafricano conocido por todos y de nombre Chad Le Clos (1:53.33) cuarto bajo los cinco aros en Río 2016, se llevó el gato al agua, escoltado por el húngaro Laszlo Cseh (1:53.72), séptimo en la urbe carioca; y el japonés Daiya Seto (1:54.21), quinto en la cita brasileña.

El accionar lo cerró el jovencito de 18 abriles Luis Vega, quien  marcó 2:08.91 minutos en los 200 metros combinado individual para concluir en la plaza 40 entre los 44 concursantes. Su mejor registro es de 2:07.92, o sea que igualmente estuvo un segundo por debajo de lo esperado en su rendimiento.

A lo más alto del podio escaló el estadounidense Chase Kalisz (1:55.56), escoltado por el nipón Kosuke Hagino (1:56.01), subcampeón en Río, y el chino Shun Wang (1:56.28), bronce olímpico.

China (12-11-6), apoyada en su arrollador en el clavados, Estados Unidos (11-12-8) y Rusia (11-4-7) avalados por sus tritones y ondinas, comandaban el medallero de la justa, al término de estas líneas. Lo cierto es que ni en la natación, ni en el atletismo, ni en ningún otro deporte de tiempo y marca, si usted culmina por debajo de sus registros cimeros, puede aspirar a podio, al menos no tratándose de certámenes del orbe.

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