EN FOTOS: Pelícanos en Cojímar
Dicen que en esta época llegan volando desde la Florida, lo cierto es que ahora son muchos y conviven cordialmente con los hombres.
Los pescadores del poblado marinero de Cojímar, al este de La Habana, están perfectamente acostumbrados a su presencia. “Son como mascotas —comenta uno—; andan por aquí como perros por su casa”. Solo hay que verlos: los pelícanos están a su aire en la base de pesca.
“No son competencia para nosotros, no comen los mismos pescados que los hombres, así que nos llevamos bien”.
Los pelícanos son un espectáculo para muchos de los que cruzan el puente peatonal que conecta Cojímar con Alamar.
—¡Qué patos más raros! —exclamaba un niño.
—No son patos, son pelícanos —le explicaba la abuela.
—¡Yo quiero llevarme uno para la casa!
—Imposible, no son animales domésticos.
Pero al verlos caminar entre la gente uno pudiera pensar lo contrario.
Pasan el día entero “pescando” en la desembocadura del río, alisándose las plumas en las ramas de los árboles, tomando el sol sobre un barco destartalado o “haciendo guardia” en un horcón en medio de la ensenada.
“El pelícano pudiera ser el símbolo de Cojímar” —sentencia una señora.
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