Terrorismo vs Cuba, el ejemplo de Girón

Terrorismo vs Cuba, el ejemplo de Girón
Fecha de publicación: 
17 Abril 2012
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Ninguna otra nación como Cuba ha sufrido miles de atentados terroristas y más de 600 intentos de asesinatos contra su líder, Fidel Castro. Unido a un férreo bloqueo económico y social en la arena internacional, y bajo una guerra psicológica de desgaste contra el pueblo. Todo con el sello inconfundible de Made in USA.

Muchos son los ejemplos que ilustran los planes secretos del Gobierno de los Estados Unidos para acabar de raíz con la Revolución. Documentos secretos revelados en los últimos años demostraron que el propio presidente Dwight David Eisenhower había dado la orden de asesinar a Fidel en 1960.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) junto a grupos terroristas y contrarrevolucionarios del exilio elaboraron minuciosas operaciones encubiertas para destruir a Cuba, y tratar de evitar que el ejemplo de una nación comunista se propagara en América Latina.

Entre los atentados terroristas que marcaron de una manera especial en la historia cubana de principios de la Revolución, estuvieron el incendio de El Encanto, la tienda por departamentos más grande de Cuba el 13 de abril de 1961, y el ataque en la madrugada del día 15 a los aeropuertos de San Antonio de los Baños, la pista de Ciudad Libertad y el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, en Santiago de Cuba.

Esos ataques fueron realizados por ocho bombarderos B-26 camuflados con insignias de la Fuerza Área Cubana que partieron de Puerto Cabezas en Nicaragua. La idea era provocar miedo y confusión en la población cubana y en la comunidad internacional; además de destruir la escasa y modesta fuerza área cubana.

Los atentados eran el preludio de un plan mucho más grande y macabro que se llevaría a cabo dos días después con la invasión mercenaria a Bahía de Cochinos (Playa Girón y Playa Larga). El objetivo, ocupar en el término de 72 horas una cabeza de playa en el territorio nacional y lograr el reconocimiento de un gobierno provisional.

Lo que parecía un plan meticulosamente elaborado por la CIA y sin margen de equivocación se convertiría en el primer y gran fracaso del presidente John F. Kennedy y un bochorno para la estrategia agresiva del Gobierno norteamericano hacia otros países del mundo.

Origen: Operación Pluto

El 17 de marzo de 1960 el entonces presidente Eisenhower aprobó la llamada Operación Pluto, considerada el proyecto más poderoso jamás organizado por la CIA. El plan consistía en reclutar, entrenar y equipar un ejército de exiliados cubanos para llevar acciones militares contra Cuba, y donde la mano del Gobierno de los Estados Unidos permaneciera oculta.

Guatemala fue el país escogido para el entrenamiento que se realizó en la llamada Base Trax. La CIA se esmeró a la hora de reclutar a los ex militares; los cuales debían tener una amplia hoja de servicios y en lo fundamental formados en sus escuelas. 

Documentos desclasificados demostraron que el 4 de noviembre de 1960, desde la sede de la CIA en Washington se despachó un cable cifrado al oficial a cargo del entrenamiento en Guatemala, donde se le ordenaba la reducción del entrenamiento de guerrillas y la introducción de entrenamiento convencional para una fuerza de asalto anfibia y aerotransportada.

De esta forma, nacía la idea de una invasión armada a un punto de Cuba, preferentemente de costa. En un inicio se pensó en el puerto de Casilda, Trinidad, pero la idea sería desechada por el presidente Kennedy, al considerar que la acción sería muy ruidosa y que implicaría demasiado a los Estados Unidos.

La Operación Pluto se preparó y aprobó para ser ejecutada sin la ayuda masiva norteamericana. Tenía que parecer que era un problema entre los cubanos. El desembarco estaba inspirado en la operación anfibia más compleja de toda la guerra del Pacífico, el asalto a Iwo Jima y en la de Inchón, en Corea del Norte. No fue casual entonces que al frente de la brigada se encontrara el coronel de la infantería de marines, Jack Hawkins.

El Cuartel General de la Operación Pluto se ubicó en un edificio del Pentágono, en Washington. En el primer piso se hallaba la sala de guerra, un área restringida con su propio sistema de teletipos. Mientras, en el segundo piso funcionaba la sección de propaganda, con la misión de elaborar los mensajes a transmitir por Radio Swan y los comunicados de prensa. Los hechos  demuestran que la CIA se había esmerado en planificar hasta el último detalle de la invasión.

El 17 de abril, trece meses después de la firma del memorándum por Eisenhower, se produjo la invasión por Playa Girón y Playa Larga. La misión de la brigada mercenaria era ocupar una cabeza de playa y sostenerla 72 horas. Sin embargo,  no lo logró y la invasión se convirtió en la primera gran derrota militar del imperialismo yanqui en América.  

Bahía de Cochinos: El fracaso de Kennedy

Investigadores del tema aseguran que la invasión a Bahía de Cochinos fue el gran error de Kennedy, y que tuvo en su momento un alto costo político y diplomático. Pocos días antes de la invasión el Presidente había asegurado a la prensa, ante las denuncias realizadas por nuestro país en la ONU, que bajo ningún pretexto el gobierno de los Estados Unidos realizaría una intervención armada y que el problema básico no era un feudo entre los EE.UU y Cuba, sino entre los propios cubanos. “Y me propongo a atenerme a este principio”, afirmó en aquel momento Kennedy.

Días después del fracaso de la invasión, él mismo reconocía que la culpa era totalmente suya. Detractores de su política aseguran que efectivamente el Presidente tuvo la culpa de que los planes de la CIA no salieran como estaban previsto, entre otras cosas por no aprobar una intervención masiva de las tropas norteamericanas.

A pesar de lo que muchos piensan, Kennedy no era un simpatizante de la Revolución, ni del líder Fidel Castro. Pero, su agudo instinto político lo puso sobre alerta en relación al plan aprobado por Eisenhower y que él había heredado tras ganar en las elecciones. Se conoce que incluso algunos de sus más estrechos colaboradores, como Schlessinger y Rusk, se mostraban claramente contrarios al plan propuesto por la CIA.

Algunos testimonios de personas cercanas al Presidente aseguran que estuvo hasta el último momento dubitativo y vacilante antes de dar el visto bueno al plan. Al parecer tuvo que ceder ante la insistencia de Richard Bissell, hombre clave del proyecto.

Kennedy se encontró de pronto ante una encrucijada, ¿qué hacer con la brigada de cubanos que llevaban meses de entrenamiento y estaban locos por entrar en acción?; en caso de abortar el proyecto podría dar a la opinión pública una sensación de debilidad al no llevar adelante un plan aprobado ya por Eisenhower.

Ante esta disyuntiva, se da la acción de Bahía de Cochinos. No obstante, hay que destacar que Kennedy hizo modificaciones al plan original presentado por la CIA. Se opuso al desembarco por Trinidad–Casilda y forzó a la CIA y al Pentágono a elaborar la alternativa de Playa Girón. Unos minutos antes del primer bombardeo ordenó reducir el número de aviones que iban a participar en la operación y no cedió a las peticiones de Bissell que demandaba que algunos aviones de guerra norteamericanos protegieran a los B-26.

Documentos desclasificados

En agosto de 2011 se reveló que las autoridades estadounidenses autorizaron el uso de napalm contra blancos militares para proteger el área destinada al desembarco de la invasión a Bahía de Cochinos. Algo que Cuba había denunciado desde hace tiempo y que salió a la luz solo ahora con la desclasificación de varios folios relacionados con el ataque.

Aunque en un principio las autoridades titubearon sobre el uso del napalm porque “causaría preocupación e indignación en el público”, al segundo día de combate esa idea había sido echada por la borda “a favor de cualquier cosa que pudiera revertir la situación en Cuba a favor de las fuerzas de la brigada”, reveló la información.

De igual forma, se supo que la CIA había establecido negociaciones con varios gobiernos de América Central para buscar apoyo una vez realizada la invasión; además a Gran Bretaña se le pidió ayuda logística y de infraestructura para los preparativos.

Entre la información revelada estuvo también que un operador de la CIA disparó por error contra sus propios pilotos durante la invasión. Los B-26 fueron disfrazados para que parecieran naves militares cubanas. Al parecer, el engaño funcionó muy bien y los pilotos confundieron las naves.

A pesar de que algunos secretos han sido revelados, se afirma que aún existe un tomo secreto no entregado por la CIA y que contiene la versión oficial de la oficina sobre el fallido ataque.

A más de 50 años del fracaso de Girón, el Gobierno norteamericano continúa perfeccionando su sistema de ataque a los estados soberanos como Cuba. Iraq y Libia son algunos de los ejemplos más recientes que demuestran que aquel país que desee mantener su independencia, tiene la obligación de poner en alto su sistema de defensa en un mundo donde los halcones de la guerra no han saciado su sed de atacar y destruir naciones enteras.

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